¡Madre
mía! No me había fijado en los arañazos que tenía en la
espalda... ¿Eso se lo hice yo? Me sonrojé nada más al verlos. Los
chicos se percataron de los arañazos.
-Apale!
-Dijo Blas- Que pashó Álvarito? Tuvite una pelea con una fiera?
-Bromeó y Álvaro se quedó desconcertado-
-¿Que
estás diciendo?
-¿No
te duele la espalda? -Preguntó Carlos y todos rieron-
-Un
poco si la verdad... ¿Que pasa?
-Tienes
arañazos en la espalda -Dijo Marta-
-¡Uh!
¿A que fiera le diste candela a noche? -Bromeó Dani-
Las
chicas me miraron y rieron. Estaba colorada, más colorada que un
tomate por así decirlo. Escondí mi cabeza entre mis rodillas, para
que nadie se percatara de mis colores, pero fue imposible.
-Creo
que ya se quien fue -Dijo Dani mirándome-
-¡Eh!
-Me quejé- Dejarme en paz.
-Vaya,
vaya. Vaya fierita estas echa. -Bromeó Blas-
-Esto
es embarazoso... -Susurré-
-Es
broma princesita. -Dijo David- Solo nos estamos metiendo con
vosotros.
-Da
igual. Es embarazoso igual....
Álvaro
se tiró a la piscina y vino nadando hasta mi. Volví a meter mis
piernas en el agua y él se recolgó de ellas.
-No
les hagas caso. -Dijo mientras besaba mi pierna-
-¿Te
duele mucho? -Le miré un poco triste-
-Un
poco, no sabía que me habías arañado -Rió-
-Yo...
lo siento -Dije agachando la cabeza, casi apunto de llorar-
-Eh,
eh, amor. -Le miré- No les hagas caso. Anda, ven aquí tonta.
Puse
mis brazos en el cuello de Álvaro y poco a poco me fui metiendo a la
piscina, la verdad es que el agua estaba calentita y me daba un poco
de asco, parecía como si se hubieran meado... Me quedé abrazada a
Álvaro, con mis piernas enroscadas en su cintura y mi cabeza en su
cuello. “Lo siento mucho” le susurré al oído. Álvaro me apretó
contra él y no pude evitar que se me soltara alguna que otra
lágrima. Me sabía mal y me jodía que los chicos bromeasen con eso.
Noté como Álvaro les miraba y después soltó un suspiro y empezó
a negar con la cabeza.
-Tranquila.
¿Vale? -Asentí- ¡Ey! Mirame. -Dijo mientras levantaba el hombro
donde estaba apoyada mi cabeza- Mirame. -Le miré- Lo de la espalda
no tiene importancia ¿Vale? No tienes porque sentirte mal, ni nada.
Son pequeñas heridas de guerra -Rió- Estos arañazos en mi espalda
son señal de nuestros momentos más pasionales, son las únicas
heridas que jamás quiero que se sanen-Me besó- Suda de los tarados
estos. -Asentí-
-Jo,
te quiero mucho. -Le abracé-
-Y
yo también te quiero princesa.
-Por
favor... No te vuelvas a separar de mi... nunca.
-Nunca
lo haré, te lo juro -Le miré y negué-
-No
me jures... -Hice puchero- No me jures, solo demuéstralo.
-Te
lo voy a demostrar todos los días de mi vida, a todas horas y a
todos los segundos si hace falta.
-Así
me gusta -Reí-
Estuvimos
casi toda la tarde abrazados en el agua, hablando y susurrándonos.
Seguía sintiéndome mal por los arañazos que le hice en la espalda.
Solo me salía abrazarlo, y esconder mi cara en su cuello como signo
de vergüenza. Salimos de la piscina, estaba muerta de frío, me
enrosqué en mi toalla y Álvaro me abrazaba por detrás. Los chicos
hablaban animadamente, mientras que yo me quedé callada y sonriendo
a veces. ¿Porque estaba así? ¿Tanto me había molestado el
comentario de los chicos? No, creo que no es eso... Me siento rara,
como completa, que nada me falta. ¿Es por eso porque estoy así?
¿Porque vuelvo a tener a Álvaro a mi lado? Me siento completa, si,
pero también siento miedo. Miedo a que lo vuelva a hacer, miedo a
que me abandone, a quedarme sola, sin él. Nada más pensar en eso,
cogí las manos de Álvaro que estaban en mi cintura y las apreté
aún más contra mi. Álvaro se percató y puso su barbilla en mi
hombro.
-¿Que
te pasa cielo? -Susurró y le miré-
-Nunca
más te vas a separar de mi... ¿Verdad? -Susurré-
-Nunca.
-Nuestras narices se frotaron como un beso de esquimal-
-¿Seguro?
-Susurré- Porque si lo volvemos a dejar... me muero. -Le miré a sus
preciosos ojos, que en esos momentos lo decían todo-
-No
pienso dejarte, porque si tu te mueres, muero yo -Me susurró y me
mordí el labio-
-Eres
mi mundo. -Le dije y le besé- No me puedo imaginar volver a
perderte... -Suspiré-
-No
lo harás. ¿Vale? No lo harás. ¿Siempre y para siempre? -Asentí-
-Siempre
y para siempre -Susurré y nos besamos-
-¡Apa!
-Dijo Marta- Vuelve la pareja -Todos rieron, Álvaro apoyó su
barbilla en mi hombro y les miré-
-Ya
era hora eh... Odiamos que estuvierais separados -Dijo Carlos-
-Ya..
Sinceramente, Rocío era una pesada -Suspiró David-
-Pues
a mi me cae bien -Dijo Blas-
-¡Eh!
-Le llamó la atención Eunice-
-Tranquila
amor mío. Solo tengo ojos para ti mi vida. -Le dijo y la besó-
-Más
te vale chiquito, por que si no te corto lo de ahí abajo.
-¡Upa!
-Dijo Dani- Cuidado con lo que haces Blas, que te quedas sin tu
querido carnet de padre -Reímos todos ante su expresión-
-Ya
nos contarás si es doloroso o no -Rió Carlos-
-Callate
rubio feo -Dijo Blas- Te la deberían cortar a ti que la tienes
chiquita.
-¿Y
tu que sabes? -Dijo Carlos- A lo mejor la tengo más grande que tu
¡Eh!
-Oh,
venga, tu eres quien la tiene más pequeña -Dijo Dani-
-¿Y
tu? Tu eres bajito... -Escupió Carlos-
-Sabes
lo que dicen de los bajitos? -Le guiñó el ojo-
-Venga
ya, eso es mentira.
-Anda,
que bajito ni que bajito, eso es lo de la nariz. -Dijo Blas mientras
se tocaba... la nariz-
-Yo
solo os digo que mi ex me llamaba anaconda -Soltó David y todos
rieron-
-Eso
es verdad. -Dijo Álvaro-
-Con
David no se puede jugar... -Dijo Dani-
-Oh,
venga. ¿Enserio tenéis que hablar de eso? Es como si ahora nos
ponemos a hablar de nuestras tetas -Dijo Andrea-
-Por
nosotros no os cortéis eh. -Dijo Carlos y Andrea le pegó-
-Eres
un tonto rubiales.
-Pero
me quieres -Dijo poniendo cara de cachorrito-
-Cierto
-Le besó-
Pasamos
la tarde entre risas y comentarios sobre cuan grande la tenían,
Álvaro no decía nada, prefería callarse. Seguimos en la misma
pose. Me sentía tan bien en sus brazos, tan... completa.
Definitivamente Álvaro era el hombre de mi vida, y le amaba con
locura. Una mano estaba entrelazada con la suya y la otra jugueteaba
con sus dedos. Los chicos iban haciendo planes, pero yo estaba en
otro mundo, estaba más atenta de jugar con sus dedos que de
escucharlos. Todavía no me puedo creer que le tenga aquí, a mi
lado. Nos levantamos y empezamos a cambiarnos. Le pedí a Álvaro que
aguantase la toalla para que me pudiera poner las bragas y el
sujetador.
-Mira
hacia el otro lado -Le ordené-
-¿Porqué?
-Preguntó mirando dentro de la toalla- Si ya he visto tu cuerpo.
-Da
igual, no mires.
-¿Y
que pasa si te miro?
-Mmm,
pues que puede que te quedes sin coso -Dije mientras me subía las
bragas y Álvaro se puso serio- Es broma amor. -Dije acercándome a
él- Puedes mirar -Reí-
-Igualmente
iba a mirar -Me sacó la lengua-
-Si
bueno... -Reí- Eres muy malo conmigo, eh.
-No
mientas. Yo soy muy bueno contigo, si disfrutas y todo -Guiñó un
ojo-
-¡Ey!
No hables de eso, que vergüenza -Escondí mi cara en su cuello-
-Venga,
acabate de cambiar que los chicos ya se van.
Me
acabé de cambiar y nos fuimos. Álvaro y yo fuimos en el coche de
los chicos. Apoyé mi cabeza en su hombro y él me besó el pelo.
-Oye.
-Susurró y le miré-
-¿Que
pasa? -Susurré-
-¿Que
te parece si nos escapamos? -Le mire sin entenderle-
-No
te entiendo.
-Tu,
yo y una ciudad bonita. ¿Que te parece?
-Pues
me parece... -Hice una pausa y le miré- Me parece perfecto amor.
-Sonreí y le besé-
Los
chicos me dejaron en casa, me despedí de cada uno de ellos y yo
seguía en mi mundo. Me fui a duchar mientras me acordaba de lo que
Álvaro dijo. “tu, yo y una ciudad bonita. ¿Que te parece”
Sinceramente me parecía una locura, una barbaridad que estaba
dispuesta a hacer. Nada me apetecía más que estar con Álvaro
perdida por ahí unos días. No cene ya que nada mas acabar de
ducharme y peinarme me quedé dormida. Al día siguiente me levanté
por culpa del móvil, empezó a sonar. Lo miré y era un mensaje de
Álvaro... Joder, solo eran las 6:00 de la mañana. Suspiré y me
froté los ojos. “Buenos días princesa, despierta! Hoy te espera
un día muy largo de Uni. Después te paso a recoger y vamos a comer
los dos juntos. ¿Que te parece? Te quiero”
Me
mordí el labio inferior, era divino. Le contesté el mensaje.
“Buenos días princeso, estoy despierta por tu culpa! Jajaja. El
día va a ser largo si no te tengo a mi lado. Estoy encantada de que
me pases a buscar. Yo te quiero muchísimo mas.” Me miré en el
espejo, tenía los pelos como un león, así que intenté peinarme
pero quedaban echos un asco, así que como era temprano, aproveché
para ducharme y secarme el pelo, me cambié y bajé a bajo para hacer
el desayuno, preparé la mesa y con tanto alboroto las chicas ya se
habían despertado. Hoy íbamos bien de tiempo. Llegamos a la Uni y
como siempre cada una se separó. El día se me hizo eterno.
Oh,
última campana, ¡Por fin! Esperé a las chicas y salimos todas
juntas. Había mucho alboroto en la puerta de la Uni, así que nos
metimos entre la gente para verlo. Todas gritando como locas. Miré
hacia arriba, había un cartel. “Te amo princesa”. Me morí de
ternura y me mordí el labio. Miré hacia delante y allí estaba.
Álvaro, plantado con una hermosa sonrisa debajo del cartel y con un
ramo de rosas. Salí corriendo hacia él, le abracé y le besé.
-Jo,
esto no me lo esperaba -Dije mirándolo.- ¿Son para mi?
-Si.
-Dijo dándomelas-
-Jopé
Álvaro, no tenías porqué.
-Por
ti hago esto y mucho más -Sonrió-
-Te
quiero -Le besé-
Notaba
que había un montón de móviles haciéndonos fotos y un montón de
paparazzis. ¡Que pesados! Miré a Álvaro y le sonreí.
-¿Vamos?
-Dijo mientras me cogía la mano-
-¿A
donde? -Le miré confusa-
-A
comer tonta. -Rió y entramos en su coche-
No
paraba de oler las rosas y de morderme el labio. Era tan divino...
Álvaro nos llevó a un restaurante de pasta, dejé el ramo y mis
cosas en el maletero. Y fuimos a comer. Álvaro pidió spaghetti a la
bolognese y yo spaghetti a la carbonara. Estuvimos comiendo y me
excusé un momento para ir al baño. Cuando llegué había un sobre
al lado de mi plato.
-¿Que
es esto? -Le pregunté mientras cogia el sobre-
-No
lo se -Alzó los hombros-
-No
sabes mentir Álvaro -Reí-
-Abrelo
-Sonrió-
Le
hice caso, abrí el sobre y habían dos billetes, salían el
miércoles. Miré a Álvaro sonriendo.
-Mira
el lugar. -Dijo-
-¿Roma?
-Sonreí como una bobalicona- ¿Nos vamos a Roma?! -Medio grité de
la emoción-
-Así
es.
Me
levanté de mi silla y le abracé. JO. ¿Porque es así? ¿Porque
nunca deja de sorprenderme?
Aggggggg esta novela no puede ser mas perfecta!! Espero el próximo capii. Muaaaaaaakk
ResponderEliminarMe gusta que te guste jajajaja mil gracias por leerla. :D
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