Volví
a cerrar los ojos, me abracé a Álvaro y noté como sus brazos me
apretaban junto a él como si fuera un peluche. De pronto la puerta
se abrió de mala gana.
-Con
que no estaba aquí, ¿no? -Dijo de mala gana- Me cago en la puta...
¡Álvaro! -Gritó y Álvaro se despertó sobresaltado-
-¿Que?
-Gritó de repente- Oh, Rocío. -Dijo cuando la vio parada delante de
la puerta.-
-Olé!
-Dijo Blas y aplaudió-
-¿Que
pasa? -Dije con voz dormida. Álvaro se levantó y se puso sus
baqueros-
-¿Que
estas haciendo aquí? -Preguntó de mala gana-
-¿A
caso no es obvio? -Dijo gritando y se cruzo de brazos y yo me levanté
de la cama rascándome la cabeza-
-Por
favor... Es temprano para gritar. -Dije caminando hacia ella-
-Grito
si me da la gana. ¿Que coño haces durmiendo aquí? -Le preguntó a
Álvaro-
-Era
tarde y no me iba ir andando hasta casa. -Dijo con total normalidad y
Rocío me miró-
-Ah,
y no hay más habitaciones donde puedas dormir que tienes que dormir
con ella.
-Rocío
¿a ti que coño te importa? -Dijo Álvaro con mala gana- Tu y yo no
somos nada ¿Recuerdas? -Alzó los brazos- Tú misma lo dijiste anoche
-¿Por
una pequeña pelea ya no somos nada? parece mentira que no me conozcas -Levantó las cejas- Por una
pequeña pelea ya te acuestas con cualquier fulana?
-¡Eh!
Ten un poco más de respeto teñida. -Dije enfadandome-
-¿Respeto?
¿Hacia ti? Venga ya. ¿A caso no te acuerdas que te puso los cuernos
conmigo? -Sonrió victoriosa-
-A
no.. ¡Yo te mato! -Grité-
Me
abalancé sobre ella pero Álvaro me agarró. Por mas que patalease
para que me dejara en el suelo para poder darle una paliza a la
pelirroja no me dejó. Me cansé de patalear así que paré. Cuando
me soltó miré a Rocío.
-Me
das pena Rocío. -Le solté- Le has perdido. ¿Es que no lo ves? -La
miré y me crucé de brazos- Aquí la única que tiene cuernos a
parte de mi eres tu y lo sabes perfectamente. Sabes lo que viste
ayer. Y ah, en la fiesta... -Me acerqué a ella- Ya empezaste a ser
una cuernuda -Me puse los dedos en la cabeza haciendo el gesto-
¿Sabes? -Sonreí- A mi me ha puesto los cuernos contigo pero... a ti
te los ha puesto conmigo -Le guiñé el ojo- Así que ahora te sales
de MI casa, porqué aquí nunca has sido ni serás bienvenida.
¡Largate! -Le grité. Rocío miró a Álvaro que no dijo nada-
-¿Me
largo? -Le preguntó a Álvaro-
-Si,
largate. No pintas nada aquí. -Dijo Álvaro mientras me abrazaba-
-¡Aaaag!
-Gritó Rocío y se fue indignada-
-Creo
que nos teneis que contar algo -Dijo Marta cruzándose de brazos-
-Lo
que queráis pero abajo... -Dije saliendo de mi habitación-
Bajamos
al comedor y nos sentamos en los sofás.
-¿Que
es lo que queréis saber? -Preguntó Álvaro-
-Todo
-Dijeron todos al coro-
-Pues...
-Dije- No hay mucho que contar. ¿No? -Miré a Álvaro-
-¿Que
pasó en la fiesta? -Preguntó David-
-Pues,
yo es que no me acuerdo mucho -Suspiré- Me acuerdo de pelearme con
Álvaro, de que me besó -Fruncí las dejas- Y de que Rocío
interrumpió.
-Como
no... -Dijo Ana- ¿Y que más pasó?
-Pues,
el otro día... -Me corregí- Ayer, cuando yo fui al baño, Álvaro
estaba en la puerta esperando a hablar conmigo, pero me negué y le
cerré la puerta. Y bueno, empezó a hablar y una cosa llevó a la
otra, acabé abriéndole la puerta y él entró volvimos a besarnos y
Rocío abrió la puerta y nos encontró. -Suspiré-
-Seras
mentirosa... Y tu dijiste que solo habíais hablado. -Dijo Carlos- Aunque sabía que mentíais.
-Es
que eso es lo que menos importa -Le miré- No se...
-¿Y
como es que Álvaro ha dormido aquí? -Preguntó Blas-
-Pues,
porque Mimi se quiso ir, y no iba a dejar que se fuera sola, entonces
la acompañé y cuando me iba a ir me dijo que me quedase, porque no
quería que subiera solo. -Alzó los hombros, todos nos miraban-
-¿Y
pasó algo más? -Dijo Andrea con una sonrisa-
-¿Final
feliz? -Dije yo arrugando las cejas-
-Aaaah!
-Gritaron las chicas-
-Eso
quiere decir que... -Dijo Marta y nosotros nos miramos-
-Nada.
No quiere decir nada -Dije-
-¿Como
que no? -Dijo Dani desconcertado-
-Pues
no, nada. -Dijo Álvaro-
Me
levanté y fui a la cocina. Estaba hambrienta y supongo que Álvaro
también. ¿Lo de ayer significaba que había perdonado a Álvaro?
¿Le había perdonado? Esta claro. Moría por volver a estar con él,
por volver a sentirlo, por volver a abrazarle, besarle, hasta hablar
con él como antes. Cogí el pan bimbo y lo dejé en la encimera,
cogí un poco de queso y de jamón dulce. Noté como me abrazaban por
la cintura y me besaban el cuello. No pude evitar cerrar los ojos.
-¿Me
haces uno a mi también? -Preguntó-
-Si,
claro -Sonreí-
-Déjame,
que te ayudo.
Empezó
a cortar el tomate y a untarlo en el pan, mientras yo ponía el zumo
en los vasos y le pasaba las lonchas de queso y de jamón.
-Tendremos
que hablar sobre... nosotros ¿No? -Me miró-
-Si,
supongo que si. -Le miré y le sonreí- Pero más tarde ¿Vale? Ahora
vayamos con los chicos -Le besé y se quedó parado- Venga, parece
que te hayas quedado pegado en el suelo.
-Eh,
no. Vamos -Dijo cogiendo su vaso-
Fuimos
otra vez al comedor y solo había un sitio. ¡Cabrones!. Álvaro se
sentó en el sofá y yo me senté encima de él, como si nada.
Empezaron a hablar sobre que hacer esta tarde.
-Ya
se que hace frío -Dijo Carlos- Pero conozco a un amigo de mi madre,
que en el hotel tiene una piscina climatizada. Podríamos ir para
pasar la tarde.
-Oye,
pues no esta mal -Dijo Dani- ¿Que decís?
-Por
mi vale -Dijo Andrea y Eunice-
-Por
mi también -Dijeron Marta y Hugo-
-Como
queráis -Dije-
-A
mi me parece bien -Dijeron los chicos-
-Pues
decidido! -Dijo Carlos- Voy a llamarle para decírselo -Sonrió y se
levantó para llamar por teléfono-
-Corre, sácale el sitio -Dijo Marta-
-No,
estoy bien aquí. -Miré a Álvaro y sonrió-
-Ais,
que tortolos -Dijo Dani-
Comimos
todos juntos. Los chicos se fueron a casa para coger sus bañadores
mientras nosotras nos poníamos los bikinis. Cuando estuvimos listas,
estábamos esperando a que Hugo nos viniera a recoger.
-¿Que
piensas hacer con Álvaro? -Preguntó Andrea-
-No
lo se.
-¿Le
has perdonado? -Preguntó Eunice-
-Supongo
que si.
-Sabes
que no puedes estar enfadada con él -Dijo Marta-
-Es
que... tengo muchísimas ganas de estar con él, de abrazarlo, de
sentirle cerca mío, habar con él, besarle... Pero...
-Pero
¿que? -Dijeron todas a la vez-
-No
se si podré confiar en él cuando se vaya de gira -Suspiré-
-Dudo
mucho que lo vuelva a hacer. -Dijo Ana- Vamos, creo yo.
-No
lo se Ana... no lo se. -Suspiré-
-Dale
una segunda oportunidad. Él se lo merece. -Dijo Andrea-
-¿Tu
no vienes a la piscina? -Le pregunté a Ana-
-No,
preferimos quedarnos aquí, para acabar de hacer la maleta y esas
cosas -Sonrió-
-Entiendo.
-Dije-
Hugo
llamó a Marta y salimos. Estaba allí esperándonos. Llegamos al
hotel y los chicos nos estaban esperando. Entramos como si nada, y
Carlos saludó a la recepcionista, ella les indicó donde quedaba la
piscina. Una vez allí, los chicos se empezaron a bañar menos
Álvaro, que se quedó sentado en un lado. Fui hasta él. Supongo que
era hora de hablar.
-¿Porque
no vas con los demás? -Pregunté mientras acariciaba su mano
dulcemente-
-No
se, no tengo ganas. -Levantó los hombros-
-Entonces...
te apetece hablar? -Me miró- Ya sabes... de lo nuestro -Sonreí-
-Si,
bueno... ¿Tu quieres? -Me preguntó mientras se ponía de lado para
que quedásemos frente a frente-
-Claro
que quiero -Sonreí tímidamente-
-Y
bueno... -Estábamos un poco incómodos los dos- Yo.. siento mucho
haberte echo daño.. No quise... -Suspiró-
-Lo
se -Me miró- Me he comportado como una zorra. Yo no soy así, nunca
me he desmadrado tanto -Suspiré- Es solo que... el echo de verte con
Rocío me sacaba de quicio e intentaba ponerte celoso.
-Lo
conseguías. -Susurró y reí-
-Creo
que... con todo lo que nos hemos dicho durante estos días no hace
falta repetirlo... ¿Verdad? -Asintió- ¿Entonces? ¿Tu quieres
volver? -Le pregunté-
-Claro,
claro que quiero. -Me miró- Tu eres mi otra mitad, mi media
naranja... Tu.. ¿Tu quieres?
Me
quedé mirándolo. ¿quería o no quería? ¡Rayos, Míriam! Claro
que quieres. Le sonreí como una boba y poco a poco me acerqué a él
hasta que nuestros labios se juntaron. Sonreí en medio del beso. Le
amaba. Le amo. Eso es lo que importa.
-¿Tu
que crees? -Le dije-
-¿Me
lo tomo como un si? -Preguntó sonriendo-
-Claro
que si. Pero...
-Pero
¿Que? -Se puso serio de golpe-
-Quiero
que me hagas la famosa pregunta -Sonreí-
-Entiendo
-Dijo mirándome a los ojos- Míriam, ¿Quieres volver a ser la
Señorita Gango? -Sonreí como una bobalicona y le abracé-
-Si,
si, si, si quiero. -Le susurré al oído-
-Eh,
tontitos. -Dijo David- ¿Venís a bañaros?
-Ya
vamos -Dijo Álvaro-
Álvaro
se levantó y se sacó la camiseta, yo también me levanté pero para
irme a mi sitio, las chicas estaban en la piscina con sus parejas, no
tenía ganas de mojarme. Álvaro hizo el amago de cogerme en brazos
pero me aparté.
-No,
ni se te ocurra. -Le amenacé- Si me quieres tirar esperate a que me
saque la ropa... No he traído ropa de recambio y no me quiero
resfriar -Álvaro asintió y esperó a que me sacara la ropa-
Cuando
me la saqué me fui corriendo a la piscina y me senté en el
bordillo. Álvaro fue hacia la otra parte. ¡Madre mía! No me había
fijado en los arañazos que tenía en la espalda... ¿Eso se lo hice
yo? Me sonrojé nada más al verlos.
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