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domingo, 11 de agosto de 2013

Capitulo 41






Volví a cerrar los ojos, me abracé a Álvaro y noté como sus brazos me apretaban junto a él como si fuera un peluche. De pronto la puerta se abrió de mala gana.


-Con que no estaba aquí, ¿no? -Dijo de mala gana- Me cago en la puta... ¡Álvaro! -Gritó y Álvaro se despertó sobresaltado-
-¿Que? -Gritó de repente- Oh, Rocío. -Dijo cuando la vio parada delante de la puerta.-
-Olé! -Dijo Blas y aplaudió-
-¿Que pasa? -Dije con voz dormida. Álvaro se levantó y se puso sus baqueros-
-¿Que estas haciendo aquí? -Preguntó de mala gana-
-¿A caso no es obvio? -Dijo gritando y se cruzo de brazos y yo me levanté de la cama rascándome la cabeza-
-Por favor... Es temprano para gritar. -Dije caminando hacia ella-
-Grito si me da la gana. ¿Que coño haces durmiendo aquí? -Le preguntó a Álvaro-
-Era tarde y no me iba ir andando hasta casa. -Dijo con total normalidad y Rocío me miró-
-Ah, y no hay más habitaciones donde puedas dormir que tienes que dormir con ella.
-Rocío ¿a ti que coño te importa? -Dijo Álvaro con mala gana- Tu y yo no somos nada ¿Recuerdas? -Alzó los brazos- Tú misma lo dijiste anoche
-¿Por una pequeña pelea ya no somos nada? parece mentira que no me conozcas -Levantó las cejas- Por una pequeña pelea ya te acuestas con cualquier fulana?
-¡Eh! Ten un poco más de respeto teñida. -Dije enfadandome-
-¿Respeto? ¿Hacia ti? Venga ya. ¿A caso no te acuerdas que te puso los cuernos conmigo? -Sonrió victoriosa-
-A no.. ¡Yo te mato! -Grité-


Me abalancé sobre ella pero Álvaro me agarró. Por mas que patalease para que me dejara en el suelo para poder darle una paliza a la pelirroja no me dejó. Me cansé de patalear así que paré. Cuando me soltó miré a Rocío.


-Me das pena Rocío. -Le solté- Le has perdido. ¿Es que no lo ves? -La miré y me crucé de brazos- Aquí la única que tiene cuernos a parte de mi eres tu y lo sabes perfectamente. Sabes lo que viste ayer. Y ah, en la fiesta... -Me acerqué a ella- Ya empezaste a ser una cuernuda -Me puse los dedos en la cabeza haciendo el gesto- ¿Sabes? -Sonreí- A mi me ha puesto los cuernos contigo pero... a ti te los ha puesto conmigo -Le guiñé el ojo- Así que ahora te sales de MI casa, porqué aquí nunca has sido ni serás bienvenida. ¡Largate! -Le grité. Rocío miró a Álvaro que no dijo nada-
-¿Me largo? -Le preguntó a Álvaro-
-Si, largate. No pintas nada aquí. -Dijo Álvaro mientras me abrazaba-
-¡Aaaag! -Gritó Rocío y se fue indignada-
-Creo que nos teneis que contar algo -Dijo Marta cruzándose de brazos-
-Lo que queráis pero abajo... -Dije saliendo de mi habitación-


Bajamos al comedor y nos sentamos en los sofás.


-¿Que es lo que queréis saber? -Preguntó Álvaro-
-Todo -Dijeron todos al coro-
-Pues... -Dije- No hay mucho que contar. ¿No? -Miré a Álvaro-
-¿Que pasó en la fiesta? -Preguntó David-
-Pues, yo es que no me acuerdo mucho -Suspiré- Me acuerdo de pelearme con Álvaro, de que me besó -Fruncí las dejas- Y de que Rocío interrumpió.
-Como no... -Dijo Ana- ¿Y que más pasó?
-Pues, el otro día... -Me corregí- Ayer, cuando yo fui al baño, Álvaro estaba en la puerta esperando a hablar conmigo, pero me negué y le cerré la puerta. Y bueno, empezó a hablar y una cosa llevó a la otra, acabé abriéndole la puerta y él entró volvimos a besarnos y Rocío abrió la puerta y nos encontró. -Suspiré-
-Seras mentirosa... Y tu dijiste que solo habíais hablado. -Dijo Carlos- Aunque sabía que mentíais. 
-Es que eso es lo que menos importa -Le miré- No se...
-¿Y como es que Álvaro ha dormido aquí? -Preguntó Blas-
-Pues, porque Mimi se quiso ir, y no iba a dejar que se fuera sola, entonces la acompañé y cuando me iba a ir me dijo que me quedase, porque no quería que subiera solo. -Alzó los hombros, todos nos miraban-
-¿Y pasó algo más? -Dijo Andrea con una sonrisa-
-¿Final feliz? -Dije yo arrugando las cejas-
-Aaaah! -Gritaron las chicas-
-Eso quiere decir que... -Dijo Marta y nosotros nos miramos-
-Nada. No quiere decir nada -Dije-
-¿Como que no? -Dijo Dani desconcertado-
-Pues no, nada. -Dijo Álvaro-


Me levanté y fui a la cocina. Estaba hambrienta y supongo que Álvaro también. ¿Lo de ayer significaba que había perdonado a Álvaro? ¿Le había perdonado? Esta claro. Moría por volver a estar con él, por volver a sentirlo, por volver a abrazarle, besarle, hasta hablar con él como antes. Cogí el pan bimbo y lo dejé en la encimera, cogí un poco de queso y de jamón dulce. Noté como me abrazaban por la cintura y me besaban el cuello. No pude evitar cerrar los ojos.


-¿Me haces uno a mi también? -Preguntó-
-Si, claro -Sonreí-
-Déjame, que te ayudo.


Empezó a cortar el tomate y a untarlo en el pan, mientras yo ponía el zumo en los vasos y le pasaba las lonchas de queso y de jamón.


-Tendremos que hablar sobre... nosotros ¿No? -Me miró-
-Si, supongo que si. -Le miré y le sonreí- Pero más tarde ¿Vale? Ahora vayamos con los chicos -Le besé y se quedó parado- Venga, parece que te hayas quedado pegado en el suelo.
-Eh, no. Vamos -Dijo cogiendo su vaso-


Fuimos otra vez al comedor y solo había un sitio. ¡Cabrones!. Álvaro se sentó en el sofá y yo me senté encima de él, como si nada. Empezaron a hablar sobre que hacer esta tarde.


-Ya se que hace frío -Dijo Carlos- Pero conozco a un amigo de mi madre, que en el hotel tiene una piscina climatizada. Podríamos ir para pasar la tarde.
-Oye, pues no esta mal -Dijo Dani- ¿Que decís?
-Por mi vale -Dijo Andrea y Eunice-
-Por mi también -Dijeron Marta y Hugo-
-Como queráis -Dije-
-A mi me parece bien -Dijeron los chicos-
-Pues decidido! -Dijo Carlos- Voy a llamarle para decírselo -Sonrió y se levantó para llamar por teléfono-
-Corre, sácale el sitio -Dijo Marta-
-No, estoy bien aquí. -Miré a Álvaro y sonrió-
-Ais, que tortolos -Dijo Dani-


Comimos todos juntos. Los chicos se fueron a casa para coger sus bañadores mientras nosotras nos poníamos los bikinis. Cuando estuvimos listas, estábamos esperando a que Hugo nos viniera a recoger.


-¿Que piensas hacer con Álvaro? -Preguntó Andrea-
-No lo se.
-¿Le has perdonado? -Preguntó Eunice-
-Supongo que si.
-Sabes que no puedes estar enfadada con él -Dijo Marta-
-Es que... tengo muchísimas ganas de estar con él, de abrazarlo, de sentirle cerca mío, habar con él, besarle... Pero...
-Pero ¿que? -Dijeron todas a la vez-
-No se si podré confiar en él cuando se vaya de gira -Suspiré-
-Dudo mucho que lo vuelva a hacer. -Dijo Ana- Vamos, creo yo.
-No lo se Ana... no lo se. -Suspiré-
-Dale una segunda oportunidad. Él se lo merece. -Dijo Andrea-
-¿Tu no vienes a la piscina? -Le pregunté a Ana-
-No, preferimos quedarnos aquí, para acabar de hacer la maleta y esas cosas -Sonrió-
-Entiendo. -Dije-


Hugo llamó a Marta y salimos. Estaba allí esperándonos. Llegamos al hotel y los chicos nos estaban esperando. Entramos como si nada, y Carlos saludó a la recepcionista, ella les indicó donde quedaba la piscina. Una vez allí, los chicos se empezaron a bañar menos Álvaro, que se quedó sentado en un lado. Fui hasta él. Supongo que era hora de hablar.



-¿Porque no vas con los demás? -Pregunté mientras acariciaba su mano dulcemente-
-No se, no tengo ganas. -Levantó los hombros-
-Entonces... te apetece hablar? -Me miró- Ya sabes... de lo nuestro -Sonreí-
-Si, bueno... ¿Tu quieres? -Me preguntó mientras se ponía de lado para que quedásemos frente a frente-
-Claro que quiero -Sonreí tímidamente-
-Y bueno... -Estábamos un poco incómodos los dos- Yo.. siento mucho haberte echo daño.. No quise... -Suspiró-
-Lo se -Me miró- Me he comportado como una zorra. Yo no soy así, nunca me he desmadrado tanto -Suspiré- Es solo que... el echo de verte con Rocío me sacaba de quicio e intentaba ponerte celoso.
-Lo conseguías. -Susurró y reí-
-Creo que... con todo lo que nos hemos dicho durante estos días no hace falta repetirlo... ¿Verdad? -Asintió- ¿Entonces? ¿Tu quieres volver? -Le pregunté-
-Claro, claro que quiero. -Me miró- Tu eres mi otra mitad, mi media naranja... Tu.. ¿Tu quieres?


Me quedé mirándolo. ¿quería o no quería? ¡Rayos, Míriam! Claro que quieres. Le sonreí como una boba y poco a poco me acerqué a él hasta que nuestros labios se juntaron. Sonreí en medio del beso. Le amaba. Le amo. Eso es lo que importa.


-¿Tu que crees? -Le dije-
-¿Me lo tomo como un si? -Preguntó sonriendo-
-Claro que si. Pero...
-Pero ¿Que? -Se puso serio de golpe-
-Quiero que me hagas la famosa pregunta -Sonreí-
-Entiendo -Dijo mirándome a los ojos- Míriam, ¿Quieres volver a ser la Señorita Gango? -Sonreí como una bobalicona y le abracé-
-Si, si, si, si quiero. -Le susurré al oído-
-Eh, tontitos. -Dijo David- ¿Venís a bañaros?
-Ya vamos -Dijo Álvaro-


Álvaro se levantó y se sacó la camiseta, yo también me levanté pero para irme a mi sitio, las chicas estaban en la piscina con sus parejas, no tenía ganas de mojarme. Álvaro hizo el amago de cogerme en brazos pero me aparté.


-No, ni se te ocurra. -Le amenacé- Si me quieres tirar esperate a que me saque la ropa... No he traído ropa de recambio y no me quiero resfriar -Álvaro asintió y esperó a que me sacara la ropa-



Cuando me la saqué me fui corriendo a la piscina y me senté en el bordillo. Álvaro fue hacia la otra parte. ¡Madre mía! No me había fijado en los arañazos que tenía en la espalda... ¿Eso se lo hice yo? Me sonrojé nada más al verlos.






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