[Narra
Míriam]
Los
rayos de sol se colaban por la ventana. Remoloneé un poco, me daba
mucha pereza levantarme de la cama. Me giré lentamente y estiré la
mano hacia el otro lado. Me levanté sobresaltada al notar la parte
de la cama de Álvaro fría. ¿Donde habría ido? Miré toda la
habitación y vi un ramo de rosas, enorme, encima de mi mesita. No
pude evitar morder mi labio y pensar que tenía al mejor novio del
mundo. Cogí el ramo, y en él vi una targetita blanca.
“Feliz
cumpleaños amor. Difruta de tu día, te lo mereces. Te ama, Álvaro”
Simplemente es tan asdfghjkl. Me
levanté de la cama y salí de la habitación. Vi unos pétalos en el
suelo que hacían un camino. Los miré extrañada y los seguí. Esos
pétalos conducían hacia una de las habitaciones de invitados. Abrí
la puerta y me encontré con un enorme paquete encima de la cama.
Otra vez, me mordí el labio. ¿Porqué era tan perfecto? Me acerqué
hacia el paquete y retiré el lazo que le envolvía con cuidado, abrí
la caja lentamente y en él pude ver un vestido precioso, de color
negro. Dentro de la caja, había otra nota.
“Espero
que el vestido te guste y haya acertado con la talla, si no, seré el
peor novio del mundo”
Mordí otra vez mi labio. Salí de
la habitación en busca de Álvaro y, para mi asombro, me encontré a
Nala, con un lazo bastante exagerado en el cuello y el cual llevaba
una caja alargada. Me agaché, cogí a Nala en brazos y le saqué el
lazo junto con la caja. Lentamente abrí la caja y me encontré con
una pulsera de plata, en la parte delantera estaban nuestros nombres
escritos, y detrás, la fecha de cuando empezamos. Y otra vez, me
encontraba mordiéndome el labio, al recordar aquel viaje a Mallorca.
Me dirigí a la cocina y me lo
encontré allí, sentado en la cocina. Me abalancé sobre él.
-Jopé, no tenías porqué
molestarte con tantos regalos -Le besé- Con las flores me basta -Mordí de nuevo mi labio-
-Es lo que te mereces princesita -Me
besó la frente- Te mereces esto y mucho más.
-No digas eso, me siento mala
persona -Suspiré-
-¿Porque? -Preguntó extrañado-
-Pues, porque yo para tu cumpleaños
no te compré nada...
-Míriam... -Me abrazó- A mi me da
igual, si me regalas algo o no, a parte que para esa época no
estábamos juntos -Suspiró-
-Ya
pero... igualmente -Hice un puchero- No tienes que gastarte el dinero
en comprarme cosas, tu eres mi regalo perfecto -Sonreí- Con que
sonrías y no te vayas nunca de mi lado, es suficiente. -Álvaro
sonrió y me senté en sus piernas-
-Anda, vamos a desayunar que esto me
ha dado trabajo...
-Nadie te ha pedido que lo hicieras
amor. -Sonreí- Por cierto, todo esto tiene pinta de ser delicioso
-Besé su mejilla-
Desayunamos entre mimos y risas.
Nadie había llamado para felicitarme, aunque poco me importaba con
tal de estar con Álvaro. Este, me dijo que me cambiara y que cogiera
unos guantes y una bufanda, aunque me parecía extraño ya que
empezaba a hacer calor, las cogí sin rechistar. Bajé y Álvaro
estaba allí, esperando. Salimos y no sabía donde nos dirigía. Hubo
un momento en que, me obligó a vendar los ojos, iba completamente
agarrada en él para no caerme. Pasado un buen rato, noté que
estábamos en un lugar frío y nos paramos. Álvaro me sacó la venda
y pude ver donde estábamos. ¡Una pista de patinaje!
-Álv, no se patinar -Dije cuando
trajo los patines-
-Para eso no tengas problema, yo te
enseño -Le miré desconfiada-
-¿Tu desde cuando sabes patinar?
¿Eh? ¿Eh? No me fío..
-Gracias mujer, gracias -Rió- Se
patinar, para tu información... -Suspiró- Venga, no seas quejica y
vamos.
Nos pusimos los patines y los
guantes, Álvaro entró confiado en la pista, no tanto como yo. Si,
soy una miedica de cuidado, pero es que nunca en mi vida había
patinado sobre hielo. Puse primero un pie, y al poner el otro, casi
me caigo. Me agarré a la barandilla, maldiciendo a los ancestros de
Álvaro.
-No te rías, capullo...
-Lo siento...es que... -Estalló en
una carcajada- No agarres tan fuerte la barandilla, que la vas a
romper.
-Oh, cierra el pico, barbudo.
-Gruñí- Maldita la hora que me has traído aquí... ¿No ves que lo
estoy pasando mal?
-Oh, venga ya, si no has dado ni un
paso -Se acercó a mi- Anda, ven -Me tendió sus manos-
-¿Puedo fiarme de ti?
-Mujer, claro que si. Te fias de mi
sobre otras cosas y en esto no? Vas a herir mi orgullo... -Hizo una
mueca y suspiré-
-Ok.
-Principalmente, pon los pies
rectos, y deslizate poco a poco con ellos. Venga, tu puedes.
Le hice caso, intenté poner los
pies rectos, intenté deslizarme, pero no conseguí nada, bueno, si...
una caída mortal...
-¡Oh dios mio! Que dolor! -Álvaro
reía- No te rías imbécil, ayúdame a levantarme -Le tendí las
manos y me levantó-
Seguíamos intentándolo, poco a
poco iba logrando patinar, aunque tenía el culo adolorido y mojado.
-¡Joder Álvaro, no voy a poder
sentarme en un mes! ¡Que dolor! -Dije frotándome el culo-
-Que exagerada, eso no es nada.
-¿Que no? Caete tu cada vez que
patines, a ver si te va a doler el culo. -Gruñí-
-Eu, no te enfades.
Álvaro se acercó a mi y me abrazó,
pero, como yo soy tan torpe, resbalé y caímos los dos, llevándome
yo todo el golpe.
-Ouch -Me quejé- Álvaro, pesas
mucho, me duele el culo, me duele la espalda... -Lloriqueé- ¿Haces
el favor de levantarte? Me duele todo. -Hinché los morros-
-No seas llorica -Dijo mientras
colocaba un mechón de mi pelo detrás de mi oreja- ¿Enserio peso
tanto? -Dijo horrorizado-
-No, pero ya sabes que me encanta
quejarme -Reí y le besé-
-Eres única pequeña.
-Y llorona -Le saqué la lengua-
Álvaro se levantó y me ayudó a
levantarme con cuidado. Seguimos patinando, pero esta vez sin caerme.
Creo que, empezaba a cogerle el tranquillo pero... ¡Tenía toda la
ropa mojada!
-¿Quieres que nos vayamos? Empiezo
a tener hambre y tu estás mojada.. -Dijo mientras me cogía de la
mano-
-Si por favor -Suspiré- Tengo el
culo adolorido -Reí-
-Quejica -Susurró-
-Te he escuchado, feo. -Le solté de
la mano- Puedo ir yo sola hasta la salida, gracias.
-¿Segura? Seguro que te caes -Se
burló-
Le miré desafiante, empecé a
patinar hasta llegar casi a la puerta sin resbalar Digo casi, porque
me caí de culo antes de poner un pie fuera de la pista. Álvaro se
reía a carcajada limpia y a mi no me hacía gracia. Vale, si, me
había divertido, los golpes ya no dolían, me lo tomaba a risa cada
vez que me caía, pero que se riera cada vez que me veía en el
suelo, me estaba empezando a molestar. Saqué mis patines estando en
la pista, me levanté como si nada y salí. Álvaro dejó de reír al
instante, salió de la pista, se sacó los patines lo más rápido
que pudo y me siguió hasta dentro. Una vez allí le di mis patines a
la chica y ella me dio mis zapatos. Me senté en el banco y me los
puse, mientras a Álvaro le daban sus zapatos. Se los puso y me
abrazo.
-Vamos, no te molestes... Sabes que
no lo hago con mala intención... -Besó mi mejilla-
-No, si que me molesto -Me crucé de
brazos- Una cosa es que te rías las primeras veces, pero todas las
que me caigo? Eso ya es exagerado... parece que solo quieres burlarte
de mi. -Dije cruzándome de brazos- Me estoy hartando.
-Eu, lo siento... -Me giró- Lo
siento si te ha sentado mal que me ría, no lo he echo queriendo...
Vamos, mírame -Dijo levantando mi cara, obligándome a mirarlo- Sabes
que te quiero ¿Verdad? -Asentí- No lo he echo con mala fe, se que
eres una patosilla y una llorica, pero vamos... Hemos venido a que a
divertirnos, es tu cumpleaños -Suspiré-
-Y parece que a nadie le importa
-Solté-
-¿Porque lo dices? -Se rascó la cabeza-
-Pues, porque nadie me ha llamado
-Suspiré- Ni siquiera Marta... de las demás a lo mejor me lo
esperaba, pero de Marta... de Marta no -Suspiré-
-A lo mejor te felicita después...
-Me miró- Ya sabes, Marta está con Hugo que son culo y mierda y las
chicas con los chicos igual, quizás que esta tarde te llamen o
algo..
-No se... -Suspiré- Tampoco es que
me importe mucho, pero... no se. -Suspiré-
-Jode, lo se -Besó mi frente-
¿Vamos a comer? Yo invito -Le miré-
-Ni se te ocurra.
-Oh, claro que si que se me ocurre,
es el cumpleaños de mi novia, hoy vivirá como una princesita.
-Sonrió-
-Si vivir como una princesita es
llevarte golpes en el culo cada dos segundos... ¡No quiero ser una
princesa! -Levanté los brazos-
-Estás loca -Dijo riendo-
-Pero me amas tal y como soy.
-Eso es verdad -Me besó la frente-