Translate

viernes, 2 de agosto de 2013

Capitulo 26









Sonó el despertador de ambos móviles. Álvaro hizo el esfuerzo de coger el móvil y miró la hora. Noté como se sobresaltó y salió corriendo a coger su ropa. Yo seguía dormida y me daba mucha pereza levantarme.


-Mierda. Mierda. Mierda -Maldijo Álvaro- Amor, despierta. -Me zarandeo- Venga! -Gritó-
-Tranquilizate -Susurré- Tengo mucho sueño, estoy muy cansada. Cinco minutos más.
-Joder Míriam, son las diez y cuarto y en una hora tienes que estar en el aeropuerto.

Cuando escuché eso, salí corriendo de la cama, me puse mi ropa. Maldecí en todo. ¿Porque no podíamos olvidarnos de todo y seguir tumbados en la cama? Cuándo los dos estuvimos listos, cogimos nuestras cosas y nos largamos. Álvaro llevaba todas las rosas en la mano. ¿Cuándo las había cogido? Bah, da igual. Nos subimos en el coche y fuimos hacia casa. Una vez allí, corrí a la ducha, me sequé el pelo y me cambié. Me puse un vestido veraniego blanco con flores y unos tacones marrones. Cogí mi bolso y allí coloqué mi MP3, mi móvil, el cargador, los auriculares, el pasaporte, los billetes, maquillaje... Suspiré. Cogí mi maleta y empecé a bajar por las escaleras. Allí estaban los chicos.


-Bueno, creo que... me tengo que ir ya -Dije mirándolos- Espero que os vaya bien la gira -Sonreí-
-Esperamos que vaya bien con tu padre -Dijo Blas y todos reímos-
-Eso también lo espero yo. -Dije jugueteando con mis dedos-
-Amor, no estés nerviosa -Dijo Álvaro abrazandome- Todo saldrá bien
-Eso espero Álvaro. No conoceré a Cloe -Rodé los ojos- hasta la noche. Y al novio de Ana tampoco -Suspiré- Creo que le diré que me encuentro indispuesta y que no podré bajar. -Reí nerviosa-
-No digas tonterías amor. -Me abrazó- Tu puedes con todo y con mucho más -Me susurró en la oreja-
-Si bueno... -Suspiré-
-Vamos, que te acompaño a la estación -Dijo Álvaro cogiendo mi maleta-
-Eh.. no.. ¿Cuando os vais vosotros?


Los chicos alzaron los hombros. Suspiré. Álvaro le pidió permiso a Dani para coger su coche, y le dio las llaves. Metió mi maleta en el coche y me senté abrochándome el cinturón, después de despedirme de todos. Carlos estaba abrazado a Andrea y Blas le había cogido la mano a Eunice. Esos cuatro hacían una pareja maravillosa. Álvaro arrancó y encendió el aparato de música. Yo me puse mis gafas de sol. No quería irme.
Al llegar al aeropuerto, cogí mi maleta. Todavía quedaban veinte minutos, así que fuimos a la cafetería a tomar algo. Estuvimos los dos callados todo el rato. Incomodo. Lo se. ¿Pero que podía hacer?. Pedí un bocata, tenía demasiada hambre y no había comido nada desde anoche. Los minutos pasaban lentamente, me torturaban. De repente, una voz llamó a los pasajeros, suspiré y miré a Álvaro, que este se había puesto rígido. Nos levantamos y me acompañó a facturar la maleta.


-Me tengo que ir ya. -Aspete-
-Lo se. -Me miró con lástima- Te echaré de menos. -Asentí-
-Yo también amor. -Le besé y me abrazó-
-Te amo, no lo olvides.
-Nunca. -Sonreí y volví a besarle- Eres lo mejor que me ha podido suceder en esta vida, Álvaro. Te amo.


Le besé y me encaminé hacia el avión. Un par de lágrimas cayeron por mis ojos, no pude evitarlo. Suerte que llevaba las gafas de sol puestas. Suspiré. No era un adiós para siempre y lo estábamos tomando como tal. Me subí al avión y busqué mi asiento. ¡Bien! Al lado de la ventana. Puse mi MP3 en marcha y a medida que el avión se iba alejando, más nerviosa me ponía. No quería irme, no sin él. Me quedé dormida. Me desperté cuando mi MP3 se apagó, me revolví en mi asiento. Quedaba poco para llegar, y justo se me había acabado la batería. Bien. Soy demasiado lista. Suspiré. Contemple la señora que tenía al lado, era muy delgada, rubia y con ojos marrones, vestía exactamente igual que una puta. ¿Lo será? ¡Pero eso a ti que más te da!. Volví a suspirar.
Cuando el avión aterrizó, me levanté enseguida. Bajé y fui a por mi maleta. Tenía miedo a que la perdieran, pero no, no la había perdido. Me fui al baño, entré y me miré en el espejo. Tenía los ojos achinados y el pelo revuelto. ¡Mierda! Me recogí el pelo y me di cuenta de que... Álvaro la noche anterior me había dejado unos cuantos regalos en mi cuello. ¡Mierda Álvaro! Saqué mi bolsa de maquillaje, y empecé a echarle pote para que el color disminuyera, pero no hubo suerte. Suspiré. Guarde mis cosas y me solté el pelo. No pasa nada, solo espera a que ni tu padre ni tu familia te lo vean. Salí a fuera y cogí un taxi, inmediatamente le dije la calle donde me tenía que llevar. Eran las dos de la tarde y tenía muchísima hambre. La barriga me rujía. Cuando llegué, pagué al taxista y me dirigí a la puerta de la entrada. Piqué.


-¿Quien demonios sera a estas horas? -Preguntó una voz que te era conocida y abrió la puerta-
-¡Hola abu! -Sonreíste y le abrazaste-
-Nieta de mi corazón. ¿Como has llegado hasta aquí?
-He cogido un taxi -Vi que mi abuelo frunció las cejas-
-¿Como? ¿Tu padre no te dijo que llamaras?
-Si, pero no quería molestaros -Reí- ¿Me vas a tener aquí toda la tarde? ¡Tengo hambre!


Cuando me dejo pasar, dejé la maleta en mi supuesta habitación y me encaminé hacia la cocina y como no, allí se encontraba mi abuela, haciendo pasteles. ¡Como siempre!


-Abu -Corrí a abrazarla-
-Miriam -Dijo con sorpresa- ¿Hace cuanto has llegado? ¿Porque no ha ido tu abuelo a buscarte?
-Acabo de llegar ahora abu -Sonreí- He venido en taxi, no quería molestar.
-Mi amor, tu no eres ninguna molestia -Sonrió- Anda, ven aquí. ¿Tienes hambre? Si hubieras llamado te hubiéramos esperado para comer cielo.
-Si, tengo mucha hambre -Mi abuela rió- y tranquila, puedo comer sola -Reí-
-Pues ahora mismo te hago algo para comer.


Asentí como una niña pequeña. La verdad es que adoraba a mis abuelos. Ellos lo eran todo para mí. Me quedé mirando a mi abuela, cuando caí en la cuenta de que no había llamado a Marta ni a Álvaro para decirles que ya había llegado. Marqué un numero.


-¿Hola? -Preguntó y se escuchaban risas de fondo-
-¿Amor? -Pregunté un poco desconcertada-
-Amor, ¿Como estas? ¿Ya has llegado?
-Si, acabo de llegar.
-Miriam. ¿Con quien hablas? -Preguntó mi abuela y Álvaro se echo a reír-
-Con mi novio abu, espera un segundo -Le dije y presté atención a Álvaro- ¿De que te ries?
-¿Estas ya con tus abuelos?
-Si, acabo de llegar.
-Oh, nosotros todavía no hemos llegado, no sabes las ganas que tengo de estirar las piernas.. pfff
-Comprendo -Dije un poco distante-
-¿Te pasa algo?
-No -Dije rápidamente- No me pasa nada, solo que estoy cansada. ¿Con quien estas?
-Con los chicos -Dijo rápidamente y pude escuchar como se mandaban callar unos a otros-
-A -Contesté secamente- Envíales un besito de mi parte y diles que les quiero mucho ¿Vale?
-De acuerdo.
-Bien, me tengo que ir que estoy hambrienta.
-¿Y para mi no hay nada?
-Mmmm -Hice la que pensaba- No. -Bromeé-
-¿Porqué? -Me imaginé que Álvaro abrió los ojos como platos y eso me causo un poco de gracia-
-Pues porque... No.
-Bien. -Se había enfadado- Pues, hablamos mas tarde.
-Vale.
-¿Quieres dejar de hablar con monosílabos? ¡Me estas poniendo nervioso!
-¿Se puede saber que coño te pasa?
-Nada.
-Ok.
-Bien.
-Perfecto
-Chao -Dijo enfadado y suspiré-
-Te amo. -La linea se quedó en silencio- ¿Álvaro?
-Que. -Dijo enfadado-
-Te amo -Repetí y volvió a quedarse mudo.- No se ni para que he llamado. Adiós.


Pude notar como Álvaro iba a decir algo, pero le colgué. ¿Que coño acababa de pasar? ¿Porqué se había enfadado tanto? Suspiré y me di cuenta de que mi abuela me estaba mirando. La miré y le sonreí con tristeza. Fui a la cocina, me había preparado hasta la mesa.


-Las papas todavía tienen que freírse. No te importa esperar un poco ¿Verdad?
-No abu. Esta bien. -Dije con tristeza-
-Querida, no dejes que esto te afecte. -Me acarició la mano y la miré-
-No puedo. Solo hace horas que me he separado de él, y ya se ha enfadado por una triste y absurda broma. ¿Y si la distancia nos separa?
-Si eso llega a pasar, querida, quiere decir que el destino tiene preparado una cosa mejor para ti.
-¿Y si no quiero otra cosa? ¿Y si solo le quiero a él? -Suspiré-
-Querida, escuchame cuando te hablo. El diablo sabe mas por viejo que por diablo -Sonrió y me apretó la mano- Si la distancia os separa, eso quiere decir que... -La corté-
-El destino tiene algo mejor para mi. Si. Lo sé. Pero es que yo estoy bien con él. Solo le quiero a él.

Mi abuela se levantó para mirar las patatas. Cuando ya estaban echas, les echó un poco de sal y las echó encima de mi plato y se sentó a mi lado.


-Querida, no quiero que sufras. Ya tuviste bastante. No te preocupes más. ¿Vale? Ahora estás aquí, disfruta de tu estancia. Seguro que te llevarás bien con Ana -Sonrió-
-Creeme abu, no me gusta esta chica. -Suspiré-
-Ya lo se. Me lo contó tu padre. -Suspiró- A mi hay algo en ella que no me acaba de cerrar. Pero dale una oportunidad. Deja que se explique. Al fin y al cabo, va a ser tu hermanastra.


Empecé a toser como si fuera una niña diabólica. ¿Que? ¿Mi hermanastra? Eso significa que... ¡No! De ninguna manera..


-¿Que? -Pregunté- ¿Me estás diciendo que papá se va a casar con la loca esa? -Le pregunté indignada-
-Si. ¿No te dijo nada?
-No abu, no.
-Supongo que esperara para contártelo esta noche -Se levantó y se limpió las manos en su delantal-





Acabé de comer y subí a mi habitación. ¿Qué? ¿Papá se iba a casar y no me ha dicho nada? ¿Como puede ser eso posible? ¿Y si Cloe no me caía bien? ¿Y si me hacían la vida imposible? Me descalcé y me tumbé en mi cama. Cogí el móvil de mi bolso y empecé a chafardear. Me quedé dormida.




2 comentarios:

  1. Otro, otro, otro asdfghjklnv me requetehipemegaencantaaaaaaaaa! Adoro tu forma de escribir, gracias por compartir. Muuuuuuuuuuuuak

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te guste la novela! jajajajaja Muchisimas gracias por leerla!! :D

      Eliminar