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viernes, 30 de agosto de 2013

Capitulo 52


[Narra María]


Subí corriendo a mi habitación para hablar con Ariadna y para saber si debía llamarlo ya, o no.


-Sis, necesito tu ayuda -Dije con un poco de nervio-
-¿Que pasa?
-No se que hacer -Soné un poco desesperada-
-¿Con que? María me estás asustando.
-No se si llamar a Dani ahora, o mañana o si llamarlo... -Suspiré-
-Me has asustado pequeña idiota. Y si, tienes que llamarlo y ahora.
-¿Segura? No pensará que soy una desesperada por querer quedar con su ídolo?
-¿Tu eres tonta, verdad? Si él te ha dicho que eres diferente a todas las demás y encima te ha dicho para quedar... de verdad, llámalo, oportunidades así no se presentan mucho y como la desperdicies te mato. ¿Me entiendes? -Contestó enfadada-
-Vale Sis, ahora le llamaré.
-Ok, cuando acabes de llamarle me llamas y me cuentas ¿vale? -Noté que sonreía-
-Vale sis, adiós.
-Adiós ligona


De verdad, esta chica es demasiado bipolar. Miré mi móvil y busqué el numero que Dani me había grabado. “Dani Auryn” así lo puso. Me quedé un rato mirando la pantalla, suspiré, me armé de valor y llamé.


-¿Hola? -Dijo una voz que no se me hacía conocida-
-Ho... Hola. ¿Está Dani? -Escuché unas risas al otro lado del teléfono-
-Si, ahora se pone. Es un despistado y se deja el móvil por ahí. ¿De parte de quien?
-María.
-Oh, ahora te lo paso. Daniiiiiiiiii -Dijo gritando- María al teléfono. -Soltó una carcajada-
-Idiota. -Dijeron desde la otra línea- ¿Hola? ¿María? ¿Estas?
-Si, estoy. -Reí-
-Oh, siento que hayas escuchado todo el percal, Blas es un idiota. -Rió nervioso-
-Esta bien, no te preocupes -Dije mientras me sentaba en la cama-
-Pensaba que no ibas a llamar.
-Tenía mis dudas, pero lo he echo -Sonreí-
-Bien, me alegro.
-Si... bueno.. -Dije un poco incómoda- mi hermana me obligó... -Me quedé pensando en ello... ¿A caso eres idiota María?- Bueno, más que obligarme me dijo que tenía que llamarte enseguida -Reí nerviosa- Da igual, dejalo... no me se explicar
-Tranquila -Rió- ¿Te parece bien que quedemos mañana donde nos encontramos hoy?
-¿Donde nos chocamos la primera vez, o la segunda? -Dani rió por mi pregunta-
-La primera.
-Perfecto. ¿Hora? Sabes que no soy muy puntual...
-Si, ya me fijé hoy. ¿Que te parece si pasamos el día juntos?
-Por mi perfecto.
-Pues, quedamos allí a las once. ¿Te parece bien?
-Me parece. -Solté una risita nerviosa- Entonces... hasta mañana
-Si, si, hasta mañana. Sueña con los angelitos.
-Intentaré hacerlo. Buenas noches.

Colgué. Me quedé atontada mirándo el teléfono. Pasar todo el día al lado de mi ídolo... ¡No me lo puedo creer! Llamé a Ariadna, me lo cogió enseguida y solté un grito de emoción.


-Tia, estas loca. ¿Porque gritas?
-He llamado a Dani. -Dije de lo más contenta-
-¿A si? ¿Y que te ha dicho? Cuenta!
-Pues, que quiere pasar el día conmigo. Bueno, no lo dijo así, me dijo que que me parecía que pasasemos el día juntos y le dije que por mi era genial... aggggg!
-Aiiiiiiii, que mi peque se ha echado novio -Dijo con emoción-
-Para el carro Ariadna. No me he echado novio y no lo será. ¿Como crees? Él nunca se fijaría en mi -Suspiré-
-Bueno, eso nunca lo sabes.. ya sabes, nunca digas nunca jamás. ¿Y que te vas a poner?
-No lo se, lo primero que encuentre, no quiero arreglarme mucho...
-Ok, ¿Y mamá? ¿Que harás con ella?
-Mierda. No lo había pensado -Suspiré- Ariadna me tienes que ayudar...
-Dile que te vienes a mi casa y pasarás todo el día conmigo.
-¿Y si me descubre?
-No creo que lo haga... si es así dile que es un amigo mío, y que me he tenido que ir un momento y ya...
-Me estoy metiendo en problemas -Suspiré- Pero bueno, todo sea por quedar con mi ídolo.
-Sisi... -Rió- Anda, vete a dormir que si no llegarás tarde....
-Si, mejor pongo ya a cargar el móvil y todo eso... no quiero llegar tarde...
-Vale -Rió- Chao fea.
-Chao.


Puse a cargar el móvil, me puse mi pijama y me costó dormirme, pero me dormí. Al día siguiente los rayos de sol me despertaron, me levanté sobresaltada, fui a mirar mi móvil. Las nueve y media. Suspiré. Me levanté a toda prisa, me metí en el baño y me duche con la calma. Salí y me dirigí a mi habitación. Y me puse lo más sencilla que pude, unos pantalones tejanos, una camiseta y una sudadera acompañado de una bufanda y obviamente unas vans. Me miré al espejo, me peiné y me recogí los dos mechones que tapaban mi cara para recogerlos por detrás con dos clips, de manera que el pelo no me venía a la cara. No me maquillé. Miré el teléfono. Las diez y media. Perfecto. Me eché colonia y bajé, rezando que mi madre no estuviera abajo. De ilusiones se vive.


-¿Donde vas hija? -Preguntó saliendo de la nada-
-Emm, ¿Porque me controlas tanto mamá? -La miré- Ya soy lo suficientemente mayor para que me dejes de controlar. No me va a pasar lo mismo que Ariadna.
-Lo se, pero solo quiero saber donde estás. -Suspiré.-
-Pues no te lo voy a decir, estoy harta de que siempre me lo preguntes, y con tu permiso me voy, que si no llego tarde y tengo que recorrerme las calles de Madrid corriendo.
-María... -Dijo con un tono de medio enfado-
-Me da igual mamá. Adiós.

Abrí la puerta y la cerré de un portazo. No pude evitar rodar los ojos. Desde que le había pasado aquello a Ariadna se volvió muy desconfiada. Salí hacia el encuentro con Dani. Cuando llegué, allí estaba él. No pude evitar sonreír al verle allí parado.


-Hola Dani -Dije poniéndome detrás de él-
-Hol María -Dijo con su sonrisa tan asdfgh- Pensaba que llegarías un poquitin más tarde.
-He quedado con mi ídolo. ¿Como crees que voy a llegar tarde? -Reí-
-No tienes remedio chica. -Dijo mientras me daba dos besos-
-Ya bueno, tu tampoco. -Olí su colonia, dios mío.- Mmm, one million. -Le miré- Me encanta
-A todas les encanta. -Me miró- ¿Porque crees que me la pongo?
-Eres un creído Danielo -Dije mientras le pegaba en el hombro-
-Si, y por eso tu te has puesto la Lady Rebel ¿Verdad?
-Que lo hayas dicho en una revista, no significa que me la haya puesto especialmente para ti -Puse mis manos en mi cintura- La llevo usando un montón de tiempo. Así que... siento decepcionarte macho. -Puse una mano en su hombro mientras ponía cara de pena, cosa que hizo que Dani soltara una carcajada-
-Eres de lo que no hay. ¿Has desayunado? Porque yo no.
-Pues ahora que lo dices... no. He salido corriendo de casa para esquivar a mi madre y me he olvidado de desayunar. -Enredé mi dedo en un mechón de pelo-
-Pues vamos a desayunar! -Dijo mientras me cogía de la mano y me tiraba-


Entramos en un bar a desayunar, algo parecido como el Starbucks. Yo me cogí un café con una enseimada mientras Dani se cogió un moca con un muffin. No se lo que hicimos, no se como pasó, pero el café de Dani quedó estampado en mi chaqueta. ¡Bien!


-Mierda, lo siento. -Dijo mientras cogía una servilleta y limpiaba mi chaqueta-
-No te preocupes. -Dije mientras me la sacaba- Esto después se lava y listo.
-¿Que te parece si después de desayunar, nos pasamos por mi casa y te presto una chaqueta? Porque claro esta que no irás en manga corta y mucho menos dejaré que te resfríes. Anda, ponte esto. -Dijo mientras me daba su chaqueta-
-¿Estas loco? ¿Y tu con que vas a ir? -Dije horrorizada-
-Soy un hombre, aguanto el frío.
-No te hagas el vivo ¿Vale? -Le miré mal- Puedo ir con la chaqueta manchada hasta tu casa, no me importa.
-¿Y que te vea todo el mundo con esa mancha de café? -Dijo mientras ponía una cara bastante graciosa-
-Pues si, no pasa nada. -Dije con total normalidad, aunque me daba vergüenza ir así- No es la primera vez que me pasa -Eso es cierto- Soy un desastre y entre lo despistada que soy, siempre me mancho. Aunque no se como lo has echo para mancharla si estabas a mi lado.
-Yo tampoco -Reímos- Vaya dos despistados
-Si...


Pasamos el desayuno entre risas y más risas. No me podía creer que estaba allí, con él y que encima me había manchado la chaqueta. Ariadna se va a morir cuando se lo explique. Acabamos de comer y Dani me llevó hasta su casa. Por el camino iba incómoda, ya que la gente nos miraba o miraba mi chaqueta sucia.


-Sube a caballito -Dijo mientras bajaba un poco-
-¿Que? No. ¿Estas loco? No pienso dejar que me lleves a caballito.
-¿Prefieres estar incómoda y pasar vergüenza? -¿Como sabía que me sentía así?
-No estoy incómoda ni paso vergüenza -Dije cruzándome de brazos-
-Anda, no seas terca y sube. No siempre te dice tu ídolo que te lleva a cuello. -Me miró-
-Vale, esta bien. -Dije resignada-


Me subí con cuidado a su espalda y pasé mis brazos por su cuello y entrelacé mis piernas en su cintura, por si me escurría.

-Agarrame bien eh -Le susurré en el oído- No quiero caerme y cuidado con lo que tocas -Le dije cuando noté su mano en mi pierna-
-Chica, te quejas más que una niña pequeña. ¿Como quieres que te agarre si no me dejas ni tocarte? A parte, que como me sigas apretando el cuello de esa manera me vas a matar.
-Ostras. -Dije mientras aflojaba y apoyé mi frente en su hombro, muerta de vergüenza- Lo siento Dani.
-No pasa nada pequeña. ¡Llegamos! -Dijo mientras se paraba delante de una casa blanca y bastante grande-
-Uou ¿Vives aquí?
-Si, es un poco grande para vivir solo una persona, pero bueno... Cuando vienen los chicos está más llena -Rió- ¿Entramos? 

jueves, 29 de agosto de 2013

Capitulo 51

[Narra María]


Preguntareis quien soy, ¿Verdad?. Mi nombre es María, tengo dieciocho años y curso primero de veterinaria, soy bajita, tengo el pelo castaño y los ojos oscuros, soy un poco pálida de piel y mi carácter... bueno, me considero amiga de mis amigos, me gusta hacer bromas pero no que me las hagan, puedo ser muy borde si me lo propongo pero a flor de piel soy una chica demasiado romanticona. Soy muy simple y nada complicada.
Llegaba tarde a mi cita con mi hermana. Como siempre. No soy nada puntual. Iba corriendo por las calles de Madrid, esquivando a toda la gente que se me ponía por delante. ¿Porque justo se me tubo que romper el coche? Saqué mi móvil. Habían pasado diez minutos desde que quedé con mi hermana. Paré de correr, mis piernas estaban agotadas y el aire me faltaba, llevaba corriendo por las calles como un cuarto de hora sin descansar. Le envié un Whatsapp a mi hermana diciéndole que en cinco minutos estaba allí. Como no, ella se cabreó, como siempre. No le gusta la gente impuntual pero... Yo no podía hacer nada. Iba concentrada en pedirle perdón a mi hermana que no vi que venía alguien y choqué con él, cayendo al suelo.


-Maldita sea. -Gruñí- Lo que me faltaba ahora... Joder, mi culo... -Volví a gruñir-
-Lo siento, lo siento -Dijo el chico intentando levantarme- ¿Estas bien?
-Si, pero me duele el culo... -Le miré- Oh.. Da... Dani. -Me quedé petrificada mirándolo-


Dani, Daniel Fernandez. Mi amor platónico, mi ídolo. Me había chocado con él. ¿Esto es un sueño? Le observé atentamente, si... sin duda no es un sueño. Es más hermoso en persona sin duda. Vi como fruncía el ceño.


-¿Nos conocemos de algo? -Preguntó-
-Si... bueno no... Yo a ti si pero no creo que me recuerdes -Dije con total normalidad- Nos hemos visto en un par de ocasiones, en la firma de los dos discos -Sonreí-
-Mmm, auryner por lo que veo -Sonrió. ¡Que divino! -
-Si, Blueheart para ser más exactas -Solté una pequeña carcajada mientras tapaba mi boca-
-Encantado entonces... -Me miró-
-María, me llamo María -Sonreí-
-Entonces, encantado María -Me dio dos besos-
-Y yo... esto... -Miré el suelo y mi móvil no estaba- Dios, no puede ser... -Miraba para todos lados- He perdido mi móvil -Dije mientras me llevaba las manos a la cabeza- Soy un desastre... mi hermana me mata..
-Lo tengo yo -Dijo mientras estiraba su mano- Cuando te he ayudado a levantar lo he cogido, pensaba que lo habías visto.
-Uff -Suspiré- Gracias. -Miré la hora- Esto... Me tengo que ir. Llego un cuarto de hora tarde.. ¡Madre mía! Mi hermana me mata. -Le miré e hizo un gesto como si se estuviera divirtiendo de esa situación- Bueno... Encantada de conocerte por fin -Sonreí- ¡Nos vemos!


Me fui corriendo, desapareciendo de su vista. Por fin, llegué hasta donde había quedado con mi hermana. Estaba bastante enfadada y se le notaba en el rostro.


-Lo siento sis! -Dije mientras la abrazaba- Ya sabes como es mamá... -Suspiré- No me dejó salir de casa hasta que no le dije donde iba. -Me crucé de brazos-
-Oh, vaya. Pensé que te habías dormido -Sonrió- No pasa nada Sis, anda, vamos.


Nos dirigimos hacia el centro comercial. Estuvimos comprando un par de cosas ya que dentro de una semana teníamos la boda de alguien de nuestra familia que ni siquiera conocía. Bueno, si, solo conocía a la hija, pero tengo unos recuerdos muy vagos sobre ella. Ariadna, mi hermana, se compró un vestido azul, zapatos azules y bolso azul.. ¡A esta chica le pierde el azul! Yo me compré un vestido blanco, con unas lentejuelas doradas que hacían el contorno de los pechos y de las tiras, unos zapatos negros de plataforma y un bolso negro (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=95552502&.locale=es)
Nos sentamos a comer. Estábamos hablando tan tranquilamente y me acordé de mi encuentro con Dani y no pude evitar sonrojarme.


-Enana ¿Porque te sonrojas? -Dijo un poco extrañada- No entiendo porque te suben los colores mientras te estoy contando mi pelea con Edu.
-Lo siento Sis, es que... no te vas a creer lo que me ha pasado cuando venía hacia aquí.
-No me lo creeré si no me lo cuentas. ¡Desembucha bruja! -Solté una mini carcajada, tapándome la boca de nuevo-
-Verás. Venía distraída hablándote por Whatsapp y me choqué con un chico.
-No es nada del otro mundo María -Rodó los ojos-
-No, si que lo es... el chico con que me choqué es Dani.
-¿Dani? ¿Que Dani?
-Dani Fernandez. El de Auryn -Dije con total normalidad y Ari abrió los ojos, por no decir que casi se les sale de las órbitas-
-¿Queeee?! -Gritó-
-Shhhh, ¡No grites puta loca! -Exclamé-
-¿Enserio te encontraste a tu Blue?
-Si. Estuvimos hablando pero me fui corriendo porque llegaba tarde para verte a ti. -La maté con la mirada-
-Bueno -Rió- Por lo menos ya le has conocido. ¿Te ha pedido el numero? -Negué- ¿Le has pedido el numero? -Volví a negar y Ari me miro horrorizada- Por lo menos te habrá dicho que algún día os veréis ¿no?
-No Ari, no. ¿Como pretendes? Para él soy una simple auryner más -Suspiré-
-Bueno, en otra ocasión será.


Acabamos de comer y nos fuimos a dar una vuelta. Iba con dos bolsas colgada en cada mano y atendiendo los mensajes de Whatsapp, cuando volví a tropezar. Las bolsas cayeron al suelo, igual que mi móvil e igual que yo.


-Joder. -Gruñí- Mi culo.
-Lo siento -Dijeron mientras estallaba a reír-
-¿Encima te ríes? Serás hipócrita. -Dije sin mirarle y me levanté-
-María... -Dijo mi hermana, señalándome al chico-


Miré con mala cara hacia delante y era Dani, como no... Ahora entendía porqué se reía.


-Hoy tienes la manía de chocarte conmigo. -Dije mientras colocaba las manos en mi cintura-
-Lo siento María. -Dijo mientras curvaba sus labios-
-¿A caso me estás siguiendo? -Burlé-
-¿Tu crees? -Rió- Para nada. ¿No serás tu? Que quieres ver a tu Blue.
-Mmm, no soy ese tipo de Auryners. Lo siento. -Levanté los hombros-
-No, sin duda no eres como todas. Eres más especial -Dijo mientras cogía mis bolsas-
-¿A que te refieres con especial?
-Pues, a que tu no gritas cada vez que me ves, guardas la compostura y siempre que te chocas conmigo siempre dices “mi culo”. Te da igual quien sea para hacer ese tipo de comentarios y ahora mismo no estás montando un escándalo porque estoy aquí.
-Como ya te he dicho, no soy ese tipo de auryners. Lo siento. -Reí-
-Tu sonrisa es bonita cuando no te la tapas con la mano -Me sonrojé-
-Es un tic que tiene. -Dijo Ari y Dani la miró-
-Ella es mi hermana Ariadna.
-Ari para los amigos -Dijo mientras le daba dos besos-
-Encantado -Le sonrió-
-Igualmente, no sabes lo pesada que es esta chica cuando empieza a hablar de ti y no para.... -Burló-
-¡Ariadna! -Gruñí-
-¿A caso no es verdad? -Dijo guiñándome un ojo-
-Serás zorra -Susurré-
-Tranquilidad -Rió Dani- Yo me tengo que ir ya, se me hace tarde y he venido a comprar un par de cosas, para una boda que tengo -Sonrió- ¿Te apetece que quedemos un día de estos y hablamos? -Me quedé de piedra. ¿Dani me estaba pidiendo para salir?-
-S...Si, claro -Dije lo más rápido que pude- Estoy libre. -Sonreí-
-Trae. Llamame y me dices que día te va bien ¿Vale? -Asentí-


Agarró mi móvil y empezó a teclear bastante rápido y en nada me lo devolvió. Esbozó una sonrisa y yo, morí por dentro. Nos despedimos de él con dos besos y se fue. Al cabo de un rato, llegamos al coche de Ariadna. Entramos en el coche, en silencio. Seguia en shock. No podía creer que mi ídolo, mi amor platónico me hubiera dicho para quedar y mucho menos que me hubiera grabado su numero en mi móvil.


-Sis... -Dijo Ari pasandome la mano por delante- Tía, ahí está Dani! -Dijo mientras señalaba hacia fuera-
-¿Que? -Dije mientras salía de mis pensamientos-
-Nada, que te has empanado.
-Es que... no puedo creer que mi ídolo me haya dicho para quedar...
-¡Te ha grabado su numero! -Gritó-
-Si... Si... -Dije aún estando fuera de la realidad-
-Anda, te llevo a casa.
-Podrías haberme venido a buscar, sabiendo como es mamá...
-Si, pero no tengo ganas de verla, y mucho menos después de todo lo que paso... -Suspiró-
-Ya...
-A parte, si te hubiera ido a buscar, no te hubieras chocado con el rubio y no hubierais quedado -Me guiñó el ojo-
-Tienes razón... -Suspiré-


En diez minutos, estábamos en casa. Ariadna me dejó en la puerta, me bajé del coche y me despedí de ella. Entré en casa, subí a mi habitación y allí me encerré. No me lo creía. Dani, mi Dani... Mi queridísimo amor, me había dicho de quedar... Esto es un sueño.
Dejé las bolsas en el suelo y me tiré en la cama. No me di cuenta, no se como, pero me quedé dormida.


-María -Dijeron abriendo la puerta con cuidado- Hijita, vamos... Despierta -Dijeron con un tono dulce-
-Mmm, cinco minutos más mamá.
-Venga amor, ya está la cena echa.
-Bffff -Bufé-



Me levanté con pereza, froté los ojos y miré a mamá, que estaba con una sonrisa radiante. Bajé a cenar, estuvimos hablando sobre como pasé el día, y sobre la futura boda de gente que no conocía o no recordaba. Estaba nerviosa. No por la boda, si no por Dani. No podía dejar de recordar esa sonrisa y esos ojos. Y mucho menos ese perfume que olí cuando nos chocamos la primera vez. Subí corriendo a mi habitación para hablar con Ariadna y para saber si debía llamarlo ya, o no

martes, 27 de agosto de 2013

Capitulo 50



Había pasado una semana. Los mareos se habían ido y me encontraba bien. La boda de mi padre se acercaba y con Álvaro habíamos decidido ir dos días antes de la boda para ayudar con los preparativos. La casa de mis abuelos había gente subiendo y bajando. Nadie estaba quieto. En la cena aprovechamos para decir la noticia y se lo tomaron bastante bien. El día antes de la boda, Cloe estaba estresada, no paraba de gritar y mandar poner las cosas donde ella quería. El banquete lo iban a hacer en casa de mis abuelos ya que era un jardín bastante grande. Estuve ayudando a decorar el centro de las mesas con unas flores demasiado preciosas. Me tenían enamorada.


-¿Te imaginas preparando nuestra propia boda? -Dijeron mientras me abrazaban por la cintura-
-Mmmm, no quiero ser una novia loca como Cloe -Reí y me giré-
-No creo que llegues hasta ese punto.
-Quien sabe, las novias se dejan llevar por los nervios... Hasta ha logrado ponerme nerviosa y todo -Suspiré-
-Bueno, tu tranquila. Ya sabes lo que te dijo el médico, tienes que hacer el mínimo esfuerzo y al ayudar a preparar las cosas para la boda estas haciendo bastante esfuerzo... No quiero que os pase nada a ti o al bebé... Me moriría -Me mordí el labio-
-Amor, no nos va a pasar nada ¿Vale? -Le abracé- Siempre estaremos a tu lado. -Besé la mejilla- Voy a ir a descansar un poco ¿Vale?
-Vale, dentro de un rato iré yo -Sonrió-


Entré dentro de la casa y pasé por la sala de estar. Llevaba en la mano la bandeja con las tazas y la tetera. Me paré en seco cuando escuché a mi padre hablar con una mujer en la sala de estar. Estaban discutiendo sobre... ¿Mi?


-Por favor Carlos... Dejame verla -Suplicó la mujer-
-Te he dicho que no. Largate de aquí antes de que ella te vea. -Ordenó-
-No me voy a ir de aquí, no cuando por fin la encuentro.
-¿Por fin la encuentras? Oh venga Marian, sabías perfectamente donde estábamos. -Dijo con enojo-
-Carlos, ella es mi hija, tiene derecho a conocerme...
-¿Y si no quiere conocerte? Con lo inteligente que eres Marian por favor... Si Míriam hubiera querido saber algo de ti, te hubiera buscado ¿No crees?
-Pero Carlos... ¡Soy su madre!


Me quedé helada. La bandeja se me cayó de las manos haciendo ruido. Me agaché inmediatamente para recoger las tazas rotas y la tetera que hacía quedado echa añicos. Decidí levantarme y me topé con los cuatro ojos mirándome.


-¿Que haces aquí Míriam? -Preguntó Papá-
-Yo... Yo... Iba a dejar esto a la cocina pero... os escuché... No quise de verdad... -Dije nerviosa- Tengo.. Tengo que ir a echarme un rato. -Dije girándome-
-No, espera... -Dijo Papá- Creo que ya es hora de que sepas la verdad -Dijo mientras miraba a Marian-
-Yo... -Hice una pausa y miré a mi supuesta Madre-
-Por favor -Susurró la mujer-
-Esta bien -Susurré-
-Dame, yo iré a llevar eso a la cocina


Papá me sacó la bandeja de entre las manos, me quedé mirando, más bien examinando a la mujer que tenía delante, era igual que yo, más o menos, aunque sus ojos eran de un color verdoso y en su rostro se podía apreciar el comienzo de unas arrugas. La mujer se sentó en el sofá y me hizo un gesto para que me sentara a su lado. Mis nervios estaban a flor de piel. Quería saber porqué me había abandonado, porque aparecía ahora, después de dieciocho años. ¿Porque justo ahora?. Me senté donde ella me indico, esperando a que dijera algo. Pero las dos estábamos envueltas en un silencio demasiado incomodo, hasta que decidió abrir la boca.


-Yo... -Suspiró- Se que no me vas a perdonar -Me miró- Pero lo tenía que hacer, no estaba preparada. -Alcé las cejas. ¿Enserio me estaba diciendo eso?-
-Para decir eso mejor no digas nada -Hice amago de irme pero me cogió de la mano y me sentó-
-Por favor, esto no es fácil para mi.
-¿Y te piensas que para mi si? ¿Como crees que me siento al saber que mi madre está aquí después de dieciocho años? ¿Como crees que me he sentido durante todos estos años al saber que mi propia madre no me ha querido? -Dije con frialdad- ¿Quien te ha dado el derecho de venir aquí y reclamarme? ¿Te crees que te vas a salir con la tuya? Porque estás muy equivocada.
-Míriam, por favor... No me lo hagas más difícil.
-¿Hacértelo difícil? Venga ya... ¿Me estás tomando el pelo? -Dije indignada- Te lo estoy poniendo fácil, te estoy dando la oportunidad para explicarme porqué me abandonaste y lo primero que dices es que no estás preparada.
-Vale, no he utilizado las mejores palabras, pero... ¿Que quieres que haga?
-Que me digas de una vez que coño quieres. -Me estaba cabreando- ¿Porque me abandonaste? Sabías que estabas embarazada de mi, lo sabías, estabas ilusionada con quedarte embarazada y después vas y me abandonas a mi y a mi papá a la suerte de Dios. ¿Pero quien te has creído que eres?
-Tu madre. -Dijo secamente-
-No eres mi madre. Mi madre para mi murió hace mucho. -Me levanté- Ni se te ocurra volver a acercarte a mi. No quiero saber nada de tí.


Me largué del salón, estaba indignada. Le había una oportunidad para explicarse y lo único que dice es que no estaba preparada. ¿Pero de que va? Cerré la puerta con enojo, y con cuidado me tumbé en la cama, boca arriba. Miraba el techo, de allí no movía la mirada. Estaba enfadada. Alguien tocó la puerta, no contesté. Esta se abrió lentamente y la mujer volvió a asomarse.


-Oh, por favor... -Dije- ¿No te he dicho que no quiero saber nada? -Dije mientras me incorporaba- Lárgate.
-No me largaré hasta que me escuches. Tan solo escuchame.
-¿Para que? ¿Para que me digas otra vez que no estabas preparada? ¿O me dirás que fui un error? -Me miró horrorizada-
-Para nada. -Se puso al lado de mi cama- ¿Puedo? -Dijo señalando la cama y alcé los hombros- Solo quiero decirte, que, cuando me enteré de que estaba embarazada de ti, fue lo mejor que pude haber sabido. Cuando supe que estaba embarazada de ti, se lo conté a Carlos, nuestra relación se forjó más, eramos felices, sabíamos que íbamos a tener una niña, los dos juntos, algo que era fruto de nuestro amor. Se lo contamos a tus abuelos, por las dos partes. Los padres de Carlos se lo tomaron muy bien, pero ya sabes... eramos jóvenes, y apenas empezamos la universidad y no teníamos dinero, ni casa, eso no nos importaba mientras los tres estuviéramos juntos. Pero... mis padres no aceptaban la idea de que iban a ser abuelos, ponían buena cara delante de todos, pero siempre me decían que me iba a arrepentir y un montón de cosas, que me hicieron dudar en su momento. -Me miró con los ojos llenos de lágrimas- Cuando naciste, estaba contentísima, sabía que mis padres estaban equivocados, que tu serías nuestra buena suerte, nuestro motivo para luchar y conseguir sacarnos adelante pero... mis padres me dijeron que Carlos se había ido contigo, que se había largado y que me había arrebatado a mi niña. Estaba destrozada... no sabía que hacer, así que mis padres dijeron que lo mejor que podían hacer por mi era largarnos de Madrid e ir a vivir afuera. -Hizo una pausa-


“Yo acepté porque total... No tenía nada que perder. Habían pasado un par de años que me encontré con mis amigas, ellas me contaron todo. Que mis padres te habían llevado con los padres de Carlos con la excusa de que nosotros teníamos una comida y no podíamos llevarte y entonces se inventaron eso. Me cabreé mucho con ellos, les pedí que me explicaran eso, les dije mil cosas horribles y no me arrepiento de ello. ¿Como podían separar a una madre de su hija recién nacida? Volví a Madrid, en tu busca... Pero la casa que ocupaba Carlos estaba vacía. Me desesperé, no sabía donde buscarte. Años más tarde hice un viaje a Jaén, donde te encontré, por fin. Pero se te veía tan feliz, tan inocente, tan despreocupada porque no tenías madre que... me entró muchísimo coraje. Me largué. -Se secó las lágrimas-


“Sabía que si aparecía en tu vida, arruinaría tu infancia y yo no... no quería eso -Dijo entre sollozos- Se que fue el mayor error que cometí en mi vida. Debería haberme acercado a vosotros y explicárselo todo a Carlos, pero... no podía. Les venía muy felices sin mi... Juré que mis padres me iban a pagar por todo aquello... Lo que más les dolía era tener a su hija fuera de su casa, sin saber nada. Así que desaparecí. -Suspiró- Varias veces me puse en contacto con tu padre, pero él se negaba a verme... Siempre me decía que estabas bien sin ella... Intenté explicárselo, explicarle lo que los malvados de mis padres me hicieron, pero no me dejó...

“Entonces, te vi, te vi con ese chico en Mallorca, te vi en las revistas... Estabas tan grande... Estas -Corrigió- tan mayor que algo en mi pecho decía que fuera a verte -Dijo mientras se tocaba el pecho- Pasaste por mi lado varias veces y no te diste ni cuenta, eso para mi fue... me sentó como una patada en el culo, pero claro... ¿Como ibas a saber quien soy si no sabías que existía? -Suspiró- Se que diciéndote esto, no creo que me perdones durante toda la ausencia. Quería aparecer de una dichosa vez, quería tenerte a mi lado, ver como crecías, ver tus primeros pasos, tus primeros dientes de leche, tu primera palabra... Quería que crecieras junto a mi y por culpa de los desgraciados de mis padres... No pude. -Volvió a llorar- No sabes lo doloroso que es que tus padres te separen de tu hija... -Me miró- No sabes cuan difícil se me izo.. Intenté olvidarte, intenté hacer como que no existías, pero no pude... siempre estabas presente en mis pensamientos. Siempre me preguntaba que estarías haciendo, si preguntarías por mi, si sabrías quien soy...

“Pero cuando te vi tan feliz en aquél parque, algo en mi interior hizo que desapareciera. Supuse que no quería... No se. -Volvió a suspirar y se calló- Por fin he tenido el coraje que siempre me faltó para presentarme y por lo menos, tener tu perdón. Se que he tenido un montón de oportunidades para pedírtelo y para poder volver a ser una familia que tu padre y yo habíamos deseado. Pero llego tarde. Demasiado tarde -Suspiró-


Cuando me di cuenta, estaba llorando. Vale, si. Me había conmovido. ¿Que clase de padres separan a su hija de su nieta? ¿Que clase de padres permiten que su hija sufra? ¿Que clase de padres son mis abuelos?


domingo, 25 de agosto de 2013

Capitulo 49




[Narra Míriam]



Había pasado el día volando. Me estaba preparando para conocer a mi futura suegra. Tenía los nervios de punta. ¿Que pensaría de mi? Tranquila. Tranquila.


-¿Amor estás lista? -Gritó Álvaro desde la planta baja-
-Si -Grité- Ya voy.

Me miré al espejo por ultima vez y suspiré. Cogí mis cosas y bajé. Sentí un leve mareo, así que tuve que apoyarme en la pared.

-¿Estas bien? -Dijo Álvaro alarmado viniendo hacia mi-
-Si.. -Dije con los ojos cerrados- Solo ha sido un mareo, no es nada. -Le miré- Vamos anda, que si no llegaremos tarde.


Me cogió por la cintura y nos fuimos a casa de su madre andando ya que no estaba muy lejos.

-Estoy muy nerviosa -Confesé- ¿Y si no le gusto? ¿Y si no se toma bien la noticia?
-Ei -Dijo Álvaro cogiéndome de la cara- Va a salir todo bien. Tranquilizate. Confía en mi -Sonrió- Ahora tranquilizate ¿Vale? -Asentí-

Cogí aire y Álvaro picó al timbre. Una señora con el pelo oscuro y ojos verdes nos atendió. Se quedó un rato mirándonos y sonrió.

-Hijo -Dijo mientras le abrazaba-
-Hola mamá -Dijo correspondiendole el abrazo-
-¿Y esta hermosura? -Preguntó su madre mirándome- Supongo que es Míriam ¿No?
-Así es -Dijo Álvaro sonriendo-
-Encantada -Dije con un tono de nerviosismo-
-Por fin te conozco -Exclamó- El placer es mío -Me abrazó- Anda, pasar, la comida esta casi terminada -Sonrió-

Me sentí un poco más aliviada. Entramos en la casa, era preciosa. Fuimos al comedor, la mesa estaba montada. Me llamó la atención el piano que había en la sala. Era enorme y encima de él había un montón de fotografías. Me acerqué allí y empecé a mirarlas. En casi todas salía Álvaro de chiquitín y en algunas con Fany. Habían dos que me llamaron la atención una era Álvaro sentado en la bañera y parecía muy feliz, la otra era de su comunión.


-De todas las que hay, te has tenido que fijar en esa -Dijo mientras me abrazaba por la espalda-
-Bueno, eras muy mono -Solté una pequeña carcajada-
-Oye... -Se hizo el ofendido- Era horrible.
-Que va -Me giré- La gente cambia en el paso del tiempo -Le cogí por el cuello del polo- y tu has ido a mejor -Le besé-
-Si, bueno... pero no sigas mirando ese asco de foto por favor.. -Suplicó y bufé-
-Esta bien.
-Chicos, ¿Me pueden ayudar a poner la mesa? -Preguntó su madre desde la cocina-

Caminamos hasta la cocina que estaba justo al lado. Cogimos los platos, vasos, tenedores y cuchillos y los pusimos encima de la mesa. El timbre sonó y Álvaro fue a abrir la puerta.

-Hola hermanita! -Escuché- No sabía que ibas a venir
-Pues hemos venido porque quería presentarle a Joel a mamá
-Oh, veo que los dos con lo mismo -Rió- Venga, vamos a sentarnos.
-Hola titi -Dije al ver a Joel-
-Hola renacuaja! -Me abrazó-
-No me llames así
-¿Ustedes se conocen? -Preguntó la madre de Álvaro-
-Somos primos -Dijimos los dos a la vez y la madre rió-
-Oh, todo queda entre familia entonces -Volvió a reír- La verdad es que os parecéis muchísimo
-Si bueno... Mi padre y su padre son hermanos gemelos -Expliqué- Bueno, mellizos -Corregí-
-De pequeños siempre nos preguntaban si eramos hermanos porque nos parecíamos mucho -Explicó Joel-
-Entiendo -Sonrió la madre- Bueno. ¿Comemos?
-Si por favor. Tengo hambre -Dijo Álvaro mientras se sentaba-


La madre de Álvaro fue trayendo la comida. La ayude en cuanto pude, ya que me daban leves mareos. Nos sentamos a comer y la madre de Álvaro nos hacía preguntas. La verdad es que los nervios se habían ido y me sentía cómoda.

-Bueno, creo que ha llegado la hora de contároslo -Dijo Álvaro cortando el rollo y agarrándome de la mano-
-¿Que pasa hijo?
-Bueno, se que es complicado y que somos muy jovenes todavía pero nosotros nos queremos mucho y esto no entraba en nuestros planes -Expliqué y Álvaro continuó-
-Es una sorpresa que nos ha cambiado nuestras vidas. -Dijo Álvaro mirando atentamente a las tres personas que teníamos delante- Míriam está embarazada -Escupió-
-¿Qué?! -Dijo Joel-
-Enhorabuena hermanito -Dijo Fany abrazándolo- Felicidades cuñadita -Me abrazó-


Miré a Álvaro y volví a mirar a su madre que se quedó atónita. Tragué saliva. No sabía como sería su reacción y mis nervios volvían a meterse en mi cuerpo.

-Voy a ser... abu.. abuela -Parecía que estaba en shock- ¡Oh dios mío, voy a ser abuela! -Dijo con emoción- Aiii, venir aquí anda.

Miré a Álvaro confundida. Él asintió y se levantó. Fue donde su madre y ella le abrazó, le vi alguna que otra lágrima y no pude evitar morderme el labio inferior. Era muy tierna la imágen. Álvaro se separó y la madre me miró, le sonreí y me levanté. Cuando estaba delante suyo me abrazó. En ese momento se me pasaron los nervios.


-Ya sabes lo que te toca hacer -me susurró y la miré. No sabía a que se refería- Cuidarte boba, no me mires asustada -Rió- Ahora más que nunca tienes que cuidarte, por tu bien y por el del bebé que esta en camino -Dijo tocándome la barriga- ¿De cuanto estás?
-De dos semanas, casi a la tercera, señora. -Intenté sonar educada y la madre se rió-
-Por favor Míriam, tuteame, me llamo Mercedes, Merche para los amigos -Sonrió-
-Oh, claro -Noté que el color se apoderaba de mis mejillas-
-Por cierto -Dijo Merche- ¿Y este anillo que llevan los dos? -Preguntó mientras tocaba mi anillo- ¿Están comprometidos? -Miró curiosa a Álvaro-
-No, no -Apresuré a decir- Pero... Bueno... Álvaro los compró cuando se fue de gira, nos juramos que nos acordaríamos el uno del otro cada vez que mirásemos el anillo -Se llenaron mis ojos de lágrimas nada más recordar lo que pasó-
-¡Que bonito! -Dijo Fany- No pensaba que eras tan tierno Álvarito -Le guiñó el ojo-
-Ya.. bueno.. -Me miró e intenté sonreír-
-La verdad es que hacéis una buena pareja -Dijo Merche- Me alegro que Álvaro haya encontrado una mujer como tu -Sonrió- Y lo mismo digo por Fany -Dijo mientras miraba a Joel- Me alegro mucho que los dos hagáis felices a mis hijos. -Se le llenaron los ojos de lágrimas-
-Hey mamá -Dijo Álvaro abrazándola- No llores anda. Seguimos siendo tus niños al fin y al cabo
-Ya lo se -Dijo mientras se pasaba la mano por la cara para secarse las lágrimas- Pero.. Habéis crecido muy rápido, joo. -Hizo un puchero- Si vuestro padre os viera... -Suspiró-
-Hablando del rey de Roma -Dijo Fany- Papá vendrá cuando acabe de trabajar -Miró a Merche- Quise aprovechar que estábamos por aquí para presentarle a Joel y me dijo que cuándo saliera del trabajo se pasaría por aquí. ¿No te molesta, no?
-No hija, no me molesta -Sonrió-


Estuvimos un rato hablando sobre el bebé. Merche nos dijo que nos ayudaría en todo lo que quisiéramos porque ella no tenía ningún problema. El timbre sonó y Merche fue a abrir. Un hombre entró por la puerta. Me quedé bastante sorprendida al verle. ¿Él era el padre de Álvaro?


-¿Míriam? -Preguntó extrañado-
-Aurelio -Le miré-
-¿Que haces aquí? ¿Y tu padre? ¿Como está?
-Bien, bien. Yo esto... estoy aquí porque... -Álvaro me cortó-
-Es mi novia papá -Aurelio miró a Álvaro-
-Que casualidad -Rió-
-¿Y de que os conocéis? -Preguntó Álvaro cruzándose de brazos-
-Su padre, es mi mejor amigo. La conozco desde que estaba en la tripa de su madre -Sonrió-
-No entiendo -Dijo Joel- ¿De que conoces a mi tío?
-Conozco a Carlos desde que vino aquí a estudiar -Hizo una pausa- Su padre se enamoró de Marian. ¿Que es de tu madre? Hace muchísimo que no la veo. Debe de estar hermosa...
-Esto... No conozco a mi madre.
-¿Como que no?
-Me abandonó cuando nací. Bueno, me dejó con mi padre y ella se largó. Por eso mi padre solicitó el cambio de ciudad y se fue a estudiar a Jaén, mis abuelos me criaron mientras mi padre estudiaba. -Suspiré-
-Oh, entiendo... siento haber metido la pata. Nunca pensé que Marian podría ser así... Ella estuvo muy ilusionada cuando se enteró de que estaba embarazada de ti.
-Mejor no hablemos de ese tema -Dijo Álvaro mientras me abrazaba- Tenemos que contarte una cosa papá.
-¿El que? -Preguntó curioso-
-Yo de ti, me sentaba -Dijo Merche y Aurelio la miró y se sentó-
-Bueno ¿Que es lo que me quieren decir?
-Pues que, vas a ser abuelo -Escupió lo más rápido que pudo-
-Uou. -Dijo Aurelio mientras nos miraba- Enhorabuena, supongo. -Se calló y nos observó-
-¿No vas a decir nada más? -Preguntó Álvaro-
-Sois muy jovenes para ser padres.
-Lo sabemos, pero nos ha pillado por sorpresa -Defendí-
-Para algo sirven los condones -Gruñó-
-Si, bueno.. Pero fue un descuido -Excusó Álvaro-
-¿No eres capaz de abrazar a tu propio hijo y a tu nuera? -Dijo Merche cruzándose de brazos- ¿Tan frío te has vuelto? ¿O es que a caso no te alegras de saber la noticia?
-Si, si que me alegra. Ser abuelo es lo que mas ansío en el mundo. -Dijo mirándonos- De verdad, pero es que sois muy jovenes para ser padres. Tu estas de gira casi todo el tiempo y tu... ¿estas estudiando no? -Asentí- Alguien te tendrá que cuidar mientras estás embarazada y la carrera no la podrás sacar.
-Puedo estudiar a distancia y presentarme solo a los exámenes. Y por quien me cuide, no te preocupes, mis amigas no viven lejos de nuestra casa y si veo que necesito más ayuda, no me quedará otro remedio que irme a Jaén con mi padre y mis abuelos y esperar a que Álvaro termine la gira. -Alcé los hombros-
-Veo que eres una chica bastante lista. -Dijo Aurelio- Si lo tenéis muy claro, y queréis seguir en adelante, por mi no tengáis ningún problema. Yo, encantado estoy de ser abuelo -Sonrió-
-Gracias papá -Dijo mientras le abrazaba-

jueves, 22 de agosto de 2013

Capitulo 48



[Narra David]



Había quedado con Clara. ¡Por fin! Hacía muchísimo que no veía a mi princesita y la echaba de menos. Hacía dos meses que empezamos a salir en secreto. Los chicos no sabían nada y quería hacerlo ya oficial. Clara era de mi pueblo, había crecido junto a ella, la conocía como si fuera mi hermana. Clara siempre fue como mi mejor amiga, aunque sabía siempre lo que sentía por ella aunque los dos siempre teníamos parejas distintas y de una forma u otra causábamos un daño colateral a nuestra relación, por no decir que llegamos a romperla por culpa de un novio de Clara. Todo eso pasó justo cuando decidí venirme a Madrid, a seguir mi sueño, a poder sacar en adelante mi carrera como cantante. Mis problemas se esfumaron cuando conocí a estos cuatro chicos que de la nada se convirtieron en mis hermanos e hicieron que me olvidara de Clara.
El tiempo pasó y volví a encontrármela por las calles de Granada. Estaba igual aunque un poco más crecidita y muchísimo más guapa. A partir de ese día, seguíamos en contacto hasta que un día decidimos quedar en Granada ya que tenía allí una firma del nuevo CD. Aquel día nos sinceramos los dos, y decidimos empezar algo aunque yo estuviera recorriendo media España cada dos por tres. Pero ella, hoy, estaba aquí, en Madrid.

El timbre sonó. Me levanté confuso. ¿Quien era? No esperaba a nadie. Oh, una cosa que no os he contado. Al Álvaro irse a Roma con Mimi, decidí que era hora de mudarme a un nuevo piso que conseguí en la ciudad. Los chicos eran mis hermanos pero necesitaba un poco de relax, como todos, ya que estábamos más de 24h juntos. Total, abrí la puerta y allí estaba. Mi rubia, parada delante de mi puerta, con una sonrisa de oreja a oreja. Me quedé helado, totalmente pasmado.


-Oh, dios mío. -Dije al verla allí- ¿Porqué no me has dicho que venías?
-Era una sorpresita. -Sonrió- ¿No me vas a dejar pasar o que? -Dijo cruzándose de brazos-
-Claro que si, ven aquí tonta. -Dije mientras cogía sus maletas y ella entraba-
-¡Wow! Es más bonita de lo que me habías contado -Dijo mirando por todos lados de la casa- ¿Y esto lo has decorado tu solito?
-Claro. ¿Que esperabas? -Alcé las cejas-
-No puedo creer que mi novio tenga tan buen gusto. -Después de haber dicho eso se ruborizó-
-¿Como me has llamado?
-Novio -Me miró picarona- ¿A caso no te gusta? -Negué rápidamente-
-No me gusta, no. Me encanta. -Sonreí-
-Me habías asustado lelo. -Dijo pegándome en el pecho- Eres un lelo.
-Este lelo te quiere desde chiquito. -Le saqué la lengua-
-Lo se. -Me besó- Te he echado mucho de menos.
-Y yo también. ¿Que tal si me voy a cambiar y nos vamos a dar un paseo? Así te enseño Madrid.
-¡Me parece estupendo! Venga va, sube a cambiarte. Yo te espero aquí.


Subí rápidamente a cambiarme. Me puse unos tejanos, una camiseta negra con el estampado rojo de rompe ralph y mis queridísimas bambas. Cogí una chaqueta y una bufanda ya que hacía frío. Me eché un poco de colonia y me peiné. Cuando bajé me encontré a Clara mirando los cuadros de fotos que tenía en la entrada. Me acerqué sigilosamente hacia ella y le abracé por la cintura.


-Son bonitas estas fotos -Dijo mirándolas- Has cambiado. -Sonrió-
-Lo se, ahora soy mucho mas feo -Dije apoyando mi barbilla en su hombro-
-No seas tonto, ahora estas más guapo. Me encanta esta foto -Dijo cogiendo el marco donde salíamos ella y yo de bebés dándonos un beso en la boca-
-Ya apuntábamos maneras ¡Eh! -Dije apretándola más a mi cuerpo-
-Quien iba a decir que al final, acabaríamos juntos -Esbozó esa sonrisa tan perfecta que tiene- Te quiero muchísimo negri -Dijo mientras se giraba y quedábamos completamente pegados-
-Yo también te quiero rubita. -Le besé- ¿Has desayunado? -Negó- Pues vamos a desayunar algo por ahí y te enseño mi bella Madrid -Sonreí y le cogí de la mano-



Fuimos hasta una panadería. Allí desayunamos en paz, riendo y contándonos anécdotas de cuando eramos chicos. Sin duda, esta chica me traía loco. No se porqué. La amaba como una novia, la quería como una amiga y la protegía como si fuera su hermano. Ella sabía perfectamente descolocar mi mundo y ponerlo patas arriba en cuestión de segundos. Su visita no me la esperaba. La tenía aquí, delante mío comiéndose una ensaimada con colacao. No podía dejarla de mirar. Era mi chica. Acabamos de desayunar y la llevé por los lugares más hermosos de Madrid. Pasamos por la puerta del sol y Clara se quedó maravillada. Seguimos andando cogidos de la mano. De vez en cuando habían fans que me paraban para que me hiciera fotos con ellas, y encantado lo hacía. Amo a mis fans. Clara nos echaba la foto, contenta.
Llegó la hora de comer, así que decidimos ir a comer a casa, antes de que los pesados de los paparazzi nos pillasen. Queríamos ir en serio, pero tampoco tanto para salir en las revistas y todo ese rollo. Hice el plato preferido de Clara, milanesa con papas fritas. ¿Original verdad? Eso es lo que me atraía de Clara, lo que siempre me atrajo, su sencillez ante las cosas y lo poco complicada que era. Mientras la carne se freía, puse la mesa. Una vez las patatas y la carne estaban listas, hicimos un poco de ensalada y nos pusimos a comer. Encendimos la tele y Clara puso los 40 TV. Comimos en silencio, como siempre solíamos hacer. Al acabar, lavamos los platos y nos sentamos en el sofá.


-¿Quieres ver una peli? -Le dije-
-Si -Contestó emocionada-
-¿Cual quieres ver? -Pregunté- Tengo Harry Potter, Un paseo para recordar, El diario de Noa, Titanic, Rompe Ralph, El cuerpo... Tu elijes -Sonreí-
-Un paseo para recordar, por favor -Se sonrojó, sabía que esa era su preferida-
-¿No te cansas nunca de verla?
-No, es que están... perfecta. -Dijo finalmente y se acurrucó a mi lado-


Nos pusimos a ver la película, mi móvil no paraba de vibrar, así que cansado vi que querían los pesados estos. ¡Ni un minuto de tranquilidad!


-Chicos, Mimi y yo os tenemos que contar algo, quedamos esta noche a las diez en casa ¿Vale?
-¿Que es? -Dijo Carlos, tan cotilla como siempre- ¡Pero cuéntalo ya!
-No, es algo que queremos contar los dos. Os esperáis hasta esta noche. Por cierto, vamos a comprar cena. ¿Que queréis?
-Lasaña por favor. -Dijo Blas- Hace mucho que no como...
-Yo hace mucho que no como las lentejas de Blas -Dijo Dani- ¿Cuando las vas a hacer? Quiero comerlas!!!!!!!
-Pues te vas a joder, porque para ti no hay :P -Bromeó Blas-
-Okai... -Dijo Dani-
-Bueno, bueno, no os peleeis, solo os digo que es una buena noticia, por lo menos para mi y Míriam. Esperemos que os guste.
-Joder Álvaro! -Puso Carlos- No dejes con la intriga cacho cabrón.
-¿A que te quedas sin postre? -Dijo Álvaro-
-Si hombre... me traeré chocolate de casa ;)
-Haz lo que te salga del ojete -Dijo Álvaro- ¿David estas vivo?
-Eso, eso -Dijo Dani- HOLA DAVIIIIIIIIIIIIIIID?!
-A lo mejor estará haciendo.. ya sabes que cosa ;) -Bromeó Blas-
-¿Os queréis callar de una puñetera vez? Estaba viendo una película!!! -Le puse la cara de enfadado- Por cierto, quiero que conozcáis a una persona. ¿La puedo traer esta noche a tu casa Álv.? -Le pregunté-
-Claro que si, no hay problem :D
-Vale, voy a seguir viendo la peli. Chao.
-Si, si, escaqueate maricón ;P -Dijo Carlos y dejé de leer-


Apagué el móvil y lo tiré en la mesita que había al lado del sofá. Clara se había quedado dormida, así que la llevé a mi habitación y la estiré con cuidado a un lado de la cama. La verdad es que yo también tenía un poco de sueño, así que me estiré en el otro lado de la cama y me quedé completamente dormido. Me desperté sobresaltado. ¿Que hora era? Encendí mi móvil. Por suerte solo eran las ocho y media. Desperté a Clara con cuidado.


-Amor, despierta. -Dije mientras le daba besos por toda la cara-
-Mmmm -Gruñó- Cinco minutos más por favor.
-No, va levantate. -Dije acariciando su hermosa cara- Tenemos que ir a casa de Álvaro, nos tiene que decir una cosa y... -Hice una pausa y Clara abrió lentamente los ojos- quería aprovechar para presentarte.
-¿Estas seguro? -Me preguntó y asentí lentamente con la cabeza-
-Más seguro que nunca, a parte, tu ya conoces a Dani. Así que no pasa nada -Sonreí-
-Como tu quieras mi amor. -Me besó- Si tu quieres presentarme, yo no tengo ningún problema, así nos sacamos ya un peso de encima y no hace falta que les mientas más para quedar conmigo -Sonrió-
-Eres un amor.
-Aprendí del mejor -Sonrió y me besó-


Nos fuimos preparando para ir a casa de Álvaro y Míriam. Clara llevaba bastante tiempo encerrada en el baño, preparándose.


-Claris -Dije desde el otro lado de la puerta- No hace falta que te arregles mucho, eres divina.
-Oh, venga David. -Dijo abriendo la puerta- Quiero dar buena impresión
-Uou. -Me quedé parado mirándola. Iba preciosa- Estas... Estas... Preciosa -Conseguí decir finalmente-
-Gracias -Se sonrojó-


Llevaba un vestido azul turquesa, era pegado al cuerpo y llevaba un hombro descubierto. Se planchó el pelo y se lo recogió en una coleta alta, iba muy poco maquillada y sin tacones. Eran ya las nueve y media, así que decidimos ir tirando. Notaba a Clara nerviosa, así que la abracé. Fuimos todo el rato abrazados hasta que llegamos a casa de Álvaro. Tocamos el timbre y Míriam nos abrió.


-Hola! -Dijo Míriam bastante emocionada-
-Hola pequeña -Dije abrazándola-
-Hola -Dijo Clara, un poco timida-
-Hola -Dijo Mimi mirándola- Yo soy Míriam pero me llaman Mimi, encantada -Dijo dándole dos besos- Soy la novia de Álvaro -Sonrió-
-Encantada -Vi como sonreía- Yo soy Clara -Hizo una pausa-
-Es mi novia -Dije y la volví a abrazar-
-Oh que bien! -Dijo sin dejar de sonreír ni un momento- Me alegro por vosotros chicos. Anda pasar, sois los primeros en llegar -Reí-


Poco a poco fueron llegando los chicos con sus chicas. La mesa ya estaba preparada y la comida encima de la mesa. Álvaro y Mimi se sentaron juntos, a su lado se sentaron Carlos y Andrea, delante de Carlos se sentó Blas y Eunice y a su lado nosotros dos, Dani y Hugo y Marta. Empezamos a comer y no paraban de preguntar sobre nosotros dos. Clara les respondía con bastante timidez. Pobrecilla.


-Entonces... ¿Que es lo que nos queríais decir vosotros dos? -Dije cambiando de tema-
-Esto... -Dijo Mimi y Álvaro le agarró la mano y se miraron-
-Estamos embarazados -Dijeron los dos a la vez-


Carlos escupió la bebida encima de Blas. Este empezó a gritar como un desesperado por culpa de Carlos, las chicas se quedaron calladas, Dani felicitó a los futuros papás y yo me quedé paralizado. Sonreí y me acerqué a ellos deseándole lo mejor.


-Pero que venga un bebé, no significa que Auryn vaya a desaparecer -Dijo Álvaro intentando que los otros dos reaccionasen-
-Madre mía. -Dijo Carlos- ¿No podíais esperar a que dejara de beber? -Puso sus manos en su cintura. Parecía una nena-
-Eso, me ha puesto perdido. ¡Que asco! -Dijo Blas mientras pasaba su servilleta por la ropa y por la cara-
-Hay hermanita -Dijo Carlos abrazándola- Me alegro muchito. La nena será preciosa.
-Otro como Álvaro. -Rió- ¿Que os hace pensar que será una niña y no un niño?
-Pues, somos muchos barones en esta sala -Dijo Hugo- Es normal que quieran una nena.
-Vosotras ya lo sabíais? -Preguntó Carlos a las chicas-
-Si, nos enteramos esta mañana. -Dijo Marta-


Wow. Sin duda, esta noticia nos iba a cambiar la vida a todos. ¡Íbamos a tener una sobrina política! A Blas le costó, pero acabó felicitando a la parejita, las chicas les desearon lo mejor y empezaron a hacer planes por si era niño o niña. Me senté al lado de Clara, que seguía bastante nerviosa. Le cogí la mano y le di un pequeño beso en los labios que la tranquilizo por un momento, pero muy poco ya que teníamos todas las miradas clavadas en nosotros.