Me
desperté y eran las siete y media de la tarde. Me estiré y me fui
al baño. Allí, enchufé la plancha y estuve un buen rato para
plancharme el pelo. Cuando este quedó bien liso, me cogí dos
mechones y me los até detrás de la cabeza, haciendo que me apartara
el pelo de la cara. Volví a mi habitación y saqué el vestido azul
turquesa nuevo junto con unos tacones negros. De momento iba con las
bailarinas puestas. Bajé y ayudé a mi abuela a preparar la mesa y
la cena. ¡Íbamos a ser un montón de personas y estaban apunto de
llegar! Cuando acabé de poner la mesa, subí otra vez arriba, cogí
la bolsita del maquillaje y empecé a pintarme. Al ver el chupetón
suspiré. ¿Y que hago yo con eso? Miré mi móvil y no había ningún
mensaje ni nada. Empecé a ponerme el pote por toda la cara y por el
cuello, la verdad es que ya no se notaba tanto. Me hice la raya de
los ojos, me puse rimel y me puse la sombra. Cogí el pintalabios
rojo pasión, este que supuestamente dura 24h y me lo puse. Volví a
mi habitación para dejar las cosas y me puse los tacones. Justo
cuando bajaba por las escaleras sonó el timbre y aproveché para
abrir.
-¡Hijita
mía! -Dijo mi padre abrazándome-
-Hola
-Dije bastante seca-
-¿Que
te pasa? -Levanté los hombros-
-Nada.
-No
me mientas.
-No
me pasa nada papá. Déjalo estar -Levanté los brazos y le miré-
¿Porque no me contaste que te ibas a casar con Cloe? -Escupí
molesta-
-¿Es
eso? -Suspiró- Te lo iba a decir hoy, hija.
-¿Porque
lo saben antes los abus que yo? -Le miré- Contestame -Susurré-
-Pues,
porque ellos estuvieron delante cuando se lo pedí. -Miraba por todos
lados- ¿Y Álvaro?
-No
esta. -Dije secamente-
-¿No
ha venido? -Negué con la cabeza- ¿Porque?
-No
lo se, ni me importa -Suspiré-
-¿Os
habéis enfadado?
-¿Y
tu prometida papá? -Le cambié de tema-
-Debe
de estar apunto de llegar, con Ana y el novio -Suspiré- ¿Álvaro y
tu os habéis enfadado? -Asentí-
Como
no tenía más ganas de hablar, me fui hacia el salón, donde mi
abuelo se encontraba sentado en el sofá, mirando la tele. Me quedé
mirando los cuadros que habían. Casi todos eran míos y de mi padre,
cuando yo apenas tenía uno meses de vida, el primer día de colegio,
mis cinco años... Mis abuelos siempre les encantaba conservar y
hacer fotos. Hubo una foto que me llamó la atención y que nunca la
vi. Era mi padre, cuando era joven, rodeando a una chica que no
conocía de nada.
-¿Quien
demonios sera? -Susurré-
-Esa,
era tu madre. -Corrigió- Es tu madre -Me giré y le miré-
-¿Y
porque nunca me has enseñado una foto de ella? -Negó con la cabeza
y metió sus manos en el bolsillo de su pantalón-
-Pues,
porque nunca te habías fijado hasta ahora y porque nunca preguntaste
por ella -Suspiró-
-Nunca
pregunté por ella porque nunca me dijiste nada pa. -Cogí el marco y
la miré-
-Sois
idénticas. ¿Sabes?
-¿Si?
-Asintió-
-Tenéis
el mismo carácter, aunque ella cuando se enfadaba... no había quien
la soportara. Tenias que dejarla que se relajase para poder hablar
con ella. Pero por lo que a ti respecta, solo heredaste lo bueno de
ella -Sonrió- Mi niña -Me abrazó- Te he echado mucho de menos.
-Y
yo a ti papá.
Mi
padre se fue a abrir la puerta y aproveché, para enviarle la foto a
Marta por whatsapp, preguntando a ver si adivinaba quien era la
muchacha que estaba con mi padre. Al recibir la foto, automáticamente
me llamó y no dudé en coger a la primera.
-¿Quien
es la de la foto? -Fue directa al grano-
-Hola
amiga, que tal? Como estas? Yo bien y tu? También, he llegado bien
de mi viaje y me he pelado con Álvaro. -Bromeé-
-¿Que?!
Te has peleado con Álvaro
-Si,
nada más al llegar aquí. -Suspiré- Pero bueno, no le doy mucha
importancia. -Sonreí-
-¿Como
estas?
-Supongo
que bien. No quiero que mi familia me vea mal.
-Entiendo.
La mujer que esta con tu padre... ¿Es tu madre?
-Chica
astuta. -Reí- Mi padre me lo acaba de contar. Dice que me parezco
mucho a ella.
-¿Y
como es que ves esa foto ahora?
-Pues
porque me acabo de fijar en las fotos.
-Mimii
-Gritaron desde la otra linea-
-¿Quien
es? -Reí-
-La
loca de Andrea, estoy con las chicas desde que los chicos se fueron
-Suspiré- Te echo de menos amiga.
-Lo
se. -Suspiré- Yo también -Jugueteé con mis pies-
-Míriam
a cenar -Escuché a mi abuela decir-
-Cariño,
tengo que dejarte. Es hora de conocer a las zorrascas -Reí-
-Mucha
suerte. Mañana me llamas sin duda y acuérdate del piso
-Que
si pesada -Reí- Te quiero mucho amiga. Mañana te llamo
-Yo
también te quiero amiga.
Colgué
y me dirigí hacia el comedor. Me quedé plantada cuándo vi a
alguien conocido. ¿Enserio? ¿Me estas jodiendo?
-Amor
-Dijo mi padre captando la atención de Cloe- Esta es mi hija,
Míriam. Míriam ella es Cloe, mi prometida. -Cloe me miró y sonrió-
-Encantada
de conocerte por fin -Dijo muy sonriente- Tu padre me ha hablado
mucho de ti.
-Lo
mismo digo... Cloe -Forcé mi sonrisa y miré a la mesa. Había un
plato más- Abu... ¿Porqué hay un plato más en la mesa?
-Ya
lo verás querida -Dijo sonriendo y alcé los hombros.-
-Oh,
Míriam -Dijo Cloe captando mi atención- Ella es mi hija Ana -La
señaló y asentí con mi cabeza-
¡Oh,
no! ¿Me estás jodiendo? ¿Enserio? Después de tanto martilizarme y
torturarme... ¿Está con ella? ¡Yo flipo con los tíos! Miré a Ana
con un poco de desprecio y con una sonrisa falsa no, lo siguiente.
¿Porque la vida me tiene que hacer esto? ¿Porque el karma la
devuelve siempre conmigo y no con los que realmente son malos con las
personas? Suspiré al ver a Andrés cogido de la mano de Ana.
Parecían muy felices. Me alegro por ellos.
-¿Y
tu novio? -Dijo Andrés- ¿No esta aquí?
-¿A
ti desde cuando te importo? ¿Dejame en paz quieres? Ya te lo dije.
-Que
pena. Yo que quería conocerle...
-¿Ya
os conocíais de antes? -Dijo Cloe con un tono de sorpresa-
-Si.
-Somos
ex -Explicó Andrés-
-Hay,
que casualidad. -Dijo Cloe- ¿Que os pasó?
-Cariño...
Deja el tema -Dijo mi padre-
-¿Porqué?
-Sonrió la muy zorra- Venga, cuéntame. ¿Que os pasó?
-Preguntale
a él. -Dije mientras ponía un poco de ensalada en mi plato-
-Nos
cansamos -Estallé a reír-
-¿De
que te ríes? -Preguntó mi abuelo desconcertado-
-No
digas tonterías hombre. -Sonreí- Di la verdad. Di la puta verdad.
-Señorita
ese vocabulario -Riñó mi abuelo-
-Venga,
di porqué lo dejamos. ¿Te acuerdas? A no. Espera. Yo lo se. Me
dejaste porque te liaste con la que supuestamente es mi hermanastra.
-¿¡Que?!
-Escupieron mis abuelos y Cloe-
-Si.
¿No lo sabías Cloe? Tu hija va robandole los novios a la gente.
-Eso
no es verdad -Se defendió Ana-
-¿No?
¿Me estás diciendo que no fuiste tan puta para arrimarte a él
cuando sabias que tenia novia?
-Yo
sabía perfectamente que tenía novia -Se defendió-
-¿Entonces?
¿Porque coño te metiste?
-El
me eligió a mi, no fue mi culpa que tu no le llenaras como le
llenara yo.
-Venga
va, si solo eres una puta barata. -
-¡Míriam!
-Dijeron Andrés, mi abuelo y mi padre escandalizados-
-¿Que?
¿A caso no es verdad?. ¡Joder! ¿Para que coño me hacéis venir?
¡Eh! -Miré a mi padre- Tu lo sabías todo y no me dijiste nada. Tu
sabías que estaban juntos y sabías perfectamente todo lo que me
hizo pasar.. ¿Y aún así me haces venir? -Grité y sonó el timbre
y mi abuela se levantó- Dejalo, ya voy yo.
Me
dirigí enfadada hacia la puerta. No podía creer lo que me estaba
pasando. No podía creer que, mi padre, me ocultara las cosas. ¿Desde
cuando me oculta las cosas? Desde que esta con la nombre horrendo, él
había dejado de contarme sus cosas. Me daban ganas de llorar.
¿Porqué mi vida pasaba de ser lo mejor a ser una puta mierda? No
podía creer como los de ahí arriba me odiaban tanto. ¿Que coño he
echo yo para merecer esto? ¿A caso me he portado tan mal para que me
pase?. Abrí la puerta y me quedé embobada mirando al chico que
estaba plantado de espaldas a la puerta. Iba con unos pantalones
tejanos ajustados, una camisa blanca y una chaqueta. El chico se giró
y no pude evitar sonreír. ¿Que hacía aquí? Él estaba hablando
por móvil, cuando colgó, me miró y me sonrió. No pude evitar
gritar y echarme encima de él.
-¿Pero
que haces aquí? ¿Cuando has llegado? ¿Porque no me has llamado? ¿Y
el concierto? ¿Como has llegado hasta aquí? ¿Quien te ha dado la
dirección? -Pregunté rápido cosa que hizo que Álvaro estallase a
reír-
-Yo
también te he echado de menos -Dijo juntando sus labios con los
mios-
-Jo,
yo también. Pasa. -Dije mientras le abría la puerta- Ahora entiendo
porqué había un plato mas en la mesa.
-¿Enserio
crees que te iba a dejar sola? -Sonreí con tristeza- ¿Que te pasa?
-No
te vas a creer quien esta en el comedor -Suspiré y Álvaro me miró-
-¿Quien
hay?
-Andrés.
-¿¡Qué?!
-Gritó-
-Shhhh.
-Le puse el dedo en la boca- Se supone que es el novio de Ana. Me
preguntó por ti, empezamos a hablar y hemos acabado discutiendo en
la mesa hasta que llegaste tu. Estaba perdiendo mis nervios -Volví a
abrazarlo-
-Bueno,
ya estoy aquí pequeña. -Me abrazó- Ahora, vamos a comer. ¡Estoy
muerto de hambre!
No
pude evitar reír. Este chico. Nunca dejaba de sorprenderme. Entramos
abrazados al salón y pudimos ver como “toda” la familia se giró.
Mi padre se levantó y le dio un apretón de manos seguido con una
palma en el hombro. Álvaro hizo lo mismo.
-¿Quien
es esta ricura? -Preguntó mi abuela y reí-
-Abu,
él es Álvaro, mi novio -Le miré- Ella es mi abuela, Rosi.
-Un
placer, señora -Le dió dos besos y noté como mi abuela se molestó-
-¡Oh,
por favor! No me llames señora querido, ¿Cuantos años te piensas
que tengo? -Rió- Estoy rozando los sesenta.
-No
mientas -Dijo mi abuelo- Estas casi en los sesenta y seis -Reímos
todos-
-Él
graciosillo este, es mi abuelo, Carlos.
-Vaya,
otro Carlos -Reí- Un placer, señ... Carlos -Se corrigió-
-El
placer es mío Álvaro -Sonrió-
-Y
bueno, ella es Cloe, la prometida de mi padre.
-La
prome... ¿Que? -Me miró confundido-
-La
prometida, amor. -Reí falsamente-
-Encantada
-Dijo dándole dos besos-
-El
placer es mío -Sonrió-
-Y
bueno, creo que no te hace falta que te presente a ellos. Ya sabes
quienes son -Suspiré-
-¡Oh
si! -Miró mal Andrés- Para no acordarme.
-¡Oh
dios mio! -Saltó Ana- ¿Tu no eres Álvaro, de Auryn? -Preguntó
emocionada
-S..
-Le corté-
-No,
es un extraterrestre. No te jode.
-¡Míriam!
-Regañó mi padre-
-Deja
ya de regañarme papá.
-Pues
comportate.
-Ya
lo hago -Crucé mis brazos y miré a Álvaro- ¿Nos sentamos? Tengo
hambre.
Álvaro
asintió. Empezamos a comer y mis Abuelos no paraban de preguntar.
¡Que cotillas! Aunque podía ver que Álvaro les contestaba a todo
encantado y sonriendo. Parecía que les había caído de lujo. Ana de
vez en cuando soltaba algún comentario desagradable y... Que
casualidad que a ella no le dicen nada. ¡Esto es injusto!
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