[Narra
Mimi]
-¿Álvaro?
-Dije sollozando-
-Hola
amor. ¿Como estás?
-Álvaro
por favor... -Dije desesperada y llorando-
-Amor
que te pasa? ¿Estas bien?
-No
puedo... no puedo respirar.. -Dije agarrándome el pecho y seguí
llorando-
-Tranquila
amor -Dijo Álvaro desesperado-
-No..
No puedo... Por favor... -Sollocé- Me falta el aire.
-Amor,
amor... tranquilízate ¿Vale? Ahora voy
-Por
favor.. ven...
-En
diez minutos estoy ahí... intenta tranquilizarte.
Colgué
el teléfono y miré que las chicas me miraban y sonreí.
-Me
va a matar por esto -Miré a las chicas-
-¿Te
han dicho alguna vez que eres una gran actriz? -Dijo Eunice-
-Si
-Reí- En diez minutos está aquí -Suspiré- No se si estoy
preparada
-Sube
arriba y acaba de arreglarte anda. Cuando llegue nos encargamos
nosotras.
Asentí
y subí arriba. Me peiné, me maquillé, me eché colonia y sentí
que alguien tocó el timbre. ¡Que rápido! Escuche como Álvaro le
preguntaba preocupado por mi a las chicas, y escuché como Andrea me
llamaba. Me miré al espejo y respiré. Me va a matar. Me va a matar.
Bajé las escaleras y me encontré con Álvaro. Pude ver como su
mirada se relajó aunque estaba enfadado.
-¿Se
puede saber a que ha venido lo de la llamada? -Se cruzó de brazos y
si, estaba enfadado-
-Solo
era una pequeña excusa para que vinieras -Agaché la cabeza- Llevo
cuatro meses sin verte. ¿Que esperabas? ¿Que te llamase y te dijese
que te quería ver? Había que hacer algo.
Levanté
la mirada y las chicas no estaban. Álvaro estaba enfrente mío con
una mirada que realmente asustaba. Corrí hacia él y le abracé. Le
eché mucho de menos. Tardó en abrazarme, pero al final lo hizo. Le
besé y noté que estaba frío y distante. Maldita la hora que le
hice caso a Eunice.
-¿Que
te pasa? -Le pregunté-
-Nada
-Dijo levantando los hombros-
-Bueno,
pues entonces vayámonos. -Me miró-
-¿Donde?
-Por
ahí -Sonreí-
Salimos
de casa y fuimos rumbo a ningún lado, no sabíamos que hacer. Álvaro
me abrazó y me apretujó contra él. Fuimos a cenar al Burger King.
Cenamos rápido, Álvaro me contó como lo había pasado y me contó
que estaban apunto de sacar su nuevo CD. No podía dejar de sonreír.
La suerte les sonreía y me alegraba muchísimo por ellos. Cuando
acabamos de cenar, nos fuimos a dar una vuelta, hasta que nos
encontramos un fotomatón de estos. Miré a Álvaro y entramos. Me
senté encima de Álvaro y empezamos a hacer un poco el tonto, como
siempre. Hicimos como cuatro rondas. Después de hacerlas, yo me
quedé con dos de ellas, con las mejores y Álvaro con las otras dos.
Fuimos andando hasta que paramos en un bar que estaba delante de un
parque. Obviamente estaba vacío. Nos sentamos en el bar y pedimos.
No se porqué, pero pedí un café y Álvaro se tomó otro. Cuando
nos lo trajeron puse las manos en él. ¡Que calentito! Tenía las
manos heladas. Álvaro no decía nada. Tenía algo rondandole por la
cabeza y supongo que ya se que es.
-¿Te
pasa algo Álvaro? -Asintió-
-Si...
Bueno...
-¿Que
pasa? -Dije preocupada-
-Amor,
yo... te tengo que contar algo -Escupió-
-¿Algo
malo? -Dije rápidamente y tragué saliva. Álvaro asintió-
-Si
-Bueno..
-Quiero
que sepas que te quiero. -Suspiró- Que te quiero mucho y lo que
paso... no se... pasó... no se porqué.
-Sin
vueltas Álvaro.
-Hace semanas.. Cuando salimos con los chicos... Yo bebí demasiado, me
pasé de la ralla...
-Sin
vueltas Álvaro. -Me tembló la voz-
-Estuve
con otra. -Escupió y los ojos se me abrieron-
-Que....
-Susurré-
-Yo...
Joder... Yo te quiero Míriam -Me cogió la mano y yo se la aparté.
Me quedé mirándolo a Álvaro se le caían las lágrimas- Dime
algo... por favor.
-Que...
Que quieres que te diga? -Susurré-
-Algo...
como te sientes...
-¿Como
quieras que me sienta Álvaro? -Mis lágrimas empezaron a caer- Dime.
Que mierda quieres que te diga. ¿Eh? -Me levanté pero Álvaro me
sentó-
-Hablemos
por favor.
-Ya
me dijiste Álvaro, estuviste con otra. No hace falta hablar. -Me
levanté y Álvaro me sentó-
-No...
por favor. A mi me hace falta hablar y a ti también.
-Déjalo
-Gruñí-
-Por
favor. Fue algo sin importancia -Dijo Álvaro llorando y me agarró
la mano-
-Sin
importancia... -Dije y Álvaro asintió- ¿Y porqué tiemblas? -Dije
mirándolo-
-Porque
quiero ser sincero contigo -Gruñó-
-¿Sincero?
Vale, bien. -Dije secándome las lágrimas- Si eres sincero dime toda
la verdad -Le miré- Venga. Dímela.
-¿Que
quieres que te diga?
-¿Donde
la conociste? ¿En la discoteca? -Asintió- ¿Que pasó? -Vi como
Álvaro tragó saliva- ¿Solo fueron besos? ¿O hubo algo más?
-Amor
yo...
-¡Que
me contestes Álvaro! -Grité-
-Hubo...
hubo más. -En ese momento se me cayó el mundo al suelo y aparté su
mano de la mía- Míriam por favor..
-Déjame Álvaro... Déjame -Lloré- Yo... Confié en ti ¿Sabes? Me preocupé
por ti cuando tu no me cogías el teléfono... ¿Has vuelto a verla?
-Me miró y no respondió- ¡Contéstame! -Gruñí- ¿Has vuelto a
verla?
-S...Si.
-Dijo finalmente-
-¿Cuando?
-Me miró- ¿Cuando no te dignaste a llamarme? -Asintió- ¡Joder
Álvaro! -Me sequé las lagrimas pero mi cara volvía a estar
empapada.- Confié en ti. Confié en ti. -Me levanté-
-Espera...
No te... -Le interrumpí-
-¡Déjame!
-Grité- Déjame .. Esto... Esto se ha acabado Álvaro -Le miré y él
no dejaba de llorar. Me partía el alma verlo así-
-No...
Míriam por favor...
-Ni
por favor ni ostias Álvaro. Me has dicho que te has acostado con
ella y encima la viste cuando fuiste un cobarde y no me llamaste para
contármelo. ¿Sabes? Todo esto ya lo sabía. -Me sequé las lágrimas
y me miró-
-¿Qué?
-Que
ya lo sabía, lo sabía desde que Marta te llamó. Tu se lo dijiste.
¿Te crees que no me iba a decir nada? ¿Que iba a esperar mientras
tu te liabas con la otra? ¡Joder Álvaro! Me prometiste que siempre
estarías ahí... Me prometiste... -Empecé a llorar- Me prometiste
que me cuidarías y que no me harías pasar por esto otra vez. Yo..
-Míriam
por favor... Tu... Tu lo eres todo para mi -Le miré-
-Ni
se te ocurra decir eso. -Susurré- Si fuera todo para ti, no hubieras
echo todo esto... Yo... No...
Me
aparté de él y salí corriendo. No podía... simplemente no podía.
La gente nos miraba, pero me importaba un comino. Salí corriendo. No
sabía donde me dirigía. Me paré cuando mis piernas se cansaron.
Delante mío había una fuente muy hermosa. Me encaminé hacia ella y
me senté. Me quedé mirando el agua, me veía reflectada en ella a
causa de las farolas. Tenía todo el rimel corrido, así que opte por
secarme las lagrimas con el abrigo y me senté. Esperé a
tranquilizarme. ¿Donde estaba? Álvaro me siguió y se sentó a mi
lado. Álvaro puso una mano en mi cara, yo solo cerré los ojos y
sentí como me acariciaba. ¿Porque todo me tenía que pasar a mi?
-Perdóname -Susurró-
Puso
un dedo en mi labio y le miré Estaba llorando y yo no tardé en
volver a llorar. No me gustaba verle llorar, se me partía el corazón
en mil pedazos. Su mano seguía colocada en mi cara y paseaba su dedo
por mi labio inferior.
-Yo
sin ti me muero... -Susurró-
Le
cogí la mano, le miré y le besé los nudillos. Álvaro se acercó
lentamente a mi y me besó. Fue un beso raro. Fue un beso donde se
expresaban todos los sentimientos y se mezclaban con las lagrimas.
Coloqué la mano en su mejilla. Fue un beso lento, bonito y feo a la
vez. No se... Me separé de él, junté mi frente con su frente, le
miré y empecé a negar con la cabeza.
-No
puedo... -Susurré- No puedo perdonarte -Me mordí el labio inferior-
-¿Que?
-Susurró-
-Que
no puedo perdonarte. -Volví a susurrar y me levanté- No puedo
perdonarte. -Miré hacia un lado. Sabía que lo que estaba apunto de
decir, iba a doler, tanto a mi como a él- Yo.. Yo no puedo estar más
contigo. -Cogí aire- No quiero... no quiero estar más contigo -Me
sequé las lágrimas-
-No...
no me digas eso. -Se levantó y retrocedí-
-No
lo hagas mas difícil de lo que es por favor... solo te lo pido... déjame déjame en paz... Haz tu vida y yo la mía...
-Esta
bien -Le miré incrédula-
-¿Que?
-Que
esta bien -Suspiró- Si eso significa que me puedes llegar a
perdonar, te dejaré en paz.
Le
acaricié el pelo. Me sequé las lagrimas y me fui. En todo el camino
no pude dejar de llorar y de pensar en todo lo que había dicho
Álvaro. Llegué a casa, por lo que se ve había una fiesta montada.
¡Bien!. Los chicos estaban con Eunice, Andrea y Marta. Cuando me
miraron no dije nada. Les hice una señal de que se quedaran donde
estaban ya que se levantaron. Me fui corriendo a mi habitación.
Cuando llegué allí, cerré la puerta, y con ella me fui agachando
hasta quedar en el suelo. Me tiré un buen rato llorando hasta que me
entró la rabia. Rabia de saber lo que había pasado, rabia por saber
que Álvaro no cumplió con lo que dijo, rabia por todo en general.
Me acerqué a mi mesa y empecé a tirar todo en el suelo y a gritar.
Cuando esta estaba vacía, me dejé caer en el suelo, llorando como
una desesperada. La puerta se abrió.
Diooooooooooooooooos!! Que preciosidad de capitulo, esta novela es genial. IMPRESIONANTE. Gracias. Muuuuuuuuuuak ;)
ResponderEliminarGracias a ti por leerla!! Me alegro de que te guste la novela ;D
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