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lunes, 26 de mayo de 2014

Capitulo 10 ST









-Míriam, tengo que hablar contigo. -Dijo mientras dejaba la taza de café encima de la mesa-
-Que pasa? -Me senté con cuidado, ya que llevaba a la niña en brazos-
-Yo... -Suspiró- Quiero dejar todo esto Míriam. Ya no puedo más.
-C-como que lo quieres dejar?
-Quiero pedir el divorcio Míriam.

En esos momentos, el mundo se vino a bajo. Separarse? Pedirme el divorcio? Porque?

-Porque? -Susurré-
-No puedo más con esto...
-Es que acaso... a caso he echo algo? -Volví a susurrar-
-No, es solo que... no puedo con esto.
-Es por ella, cierto? -Le miré- Por la chica que siempre ves.


*



Me encontraba estirada en la cama, llorando a moco tendido entre los brazos de Marta. Hacía más de dos horas que había hablado con Álvaro, tratado de convencerle, tratar de se quedase, pero no lo conseguí.


-No puedes hacerme esto...
-Si puedo, claro que puedo. -Dijo bastante serio- No aguanto más, no puedo más.
-Es por esa chica, verdad?
-Ya te he dicho que no.
-Entonces? Porque te vas? -Dije mirándolo- No lo comprendo, no he echo nada, no me he portado mal para que me abandones de esta manera Álvaro. No lo entiendo.
-Simplemente no puedo más. Estoy cansado de todo esto.
-Donde queda eso de que estarás conmigo en la salud y en la enfermedad? -Me crucé de brazos-
-Míriam... -Desvió la mirada hacia sus zapatos-
-Ni Míriam, ni ostias. -Subí el tono de voz- simplemente no te comprendo, un día dices que harás todo por mi, para que recupere la memoria, otro dices que decida si quiero divorciarme por querer estar con otro... -Me callé- Es por Àlex, cierto? Es por él. -Hubo silencio- Maldita sea... ni siquiera ha pasado nada con él! -Grité y me sequé las lágrimas-
-Te veo más feliz a su lado que en el mío.
-Eso es mentira! Crees que si realmente no te quisiera, me hubiera casado contigo?
-En esa época Àlex no estaba con nosotros.
-Eres un maldito capullo. No conozco mi vida pasada, no recuerdo nada, pero estoy totalmente segura de que si Àlex hubiera estado junto nosotros, igualmente hubiera estado contigo.


-No lo... no lo comprendo. -Hipé- Porque se ha ido? Porque?
-Tranquilizate Míriam, por favor.
-N-No puedo. Se ha ido Marta, se ha ido y me ha dejado sola, sola ante esta mierda de amnesia... que voy a hacer Marta? Que voy a hacer? -Lloriqueé-
-No estás sola, me tienes a mi -Me apretó más contra su pecho- Tienes a las chicas y a los chicos. -Reí irónicamente-
-Ni siquiera me hablo con ellos Marta. Estoy sola.
-Ey, mirame -Levantó mi cabeza y me obligó a mirarla- No, estas, sola. -Dijo palabra por palabra lentamente- Estoy contigo, y si hace falta que Abel y yo nos mudemos aquí para que no te sientas sola, lo voy a hacer. No te voy a dejar sola, me escuchas? Puede que el imbécil de Álvaro se haya ido con otra por pura cobardía, pero yo estoy aquí, estoy aquí y no te dejaré sola, entendido? -Asentí- Ahora, quiero que dejes de llorar, cuando lloras eres fea y se te hacen arrugas entre las cejas. -Solté una pequeña carcajada- Es verdad.
-No me trates como si fuera un bebé, por dios. -Sequé mis lágrimas-
-Sabes? De pequeñas siempre dijimos que, cuando ambas fuesemos mamás, nada ni nadie nos iba a hacer daño, solo por el simple echo de que teníamos que ser fuertes por el bebé. Es hora de que lo pongamos en práctica. No tenemos que amargarnos por el simple echo de que, quien creíamos que era nuestro hombre ideal, se haya ido de nuestro lado. Somos mejores que ellos y tenemos que hacernos valorar, así que, deja los llantos princesa, que ya habrá algún principe que levante esa preciosa corona. De acuerdo? -Asentí- Así me gusta.

La abracé, la abracé como nunca había abrazado a nadie. En tan solo dos días, se había ganado un sitio en mi corazón. Sentía que ella era un pilar importante para mi, que no tenía que dejarlo caer por nada del mundo.

-Se que Álvaro te sigue queriendo a pesar de todo.
-No lo creo.
-Oi tant que si noie. -Dijo en un catalán un poco raro- Igual, se me ha ocurrido algo para hacerle rabiar.
-El que?
-Sal más seguido con Àlex.
-Marta...
-Que? Él ya estuvo celoso de Àlex una vez, porque no dos? Así sabrá lo que se ha perdido. No puedes pasarte la vida llorando en esta habitación, vamos, ni se te ocurra porque no te dejaré. Así que estás cogiendo el teléfono y llamandolo.

Suspiré. Me levanté con pesadez de la cama y cogí mi móvil. En menos de un segundo, estaba llamando a Àlex.

-Míriam? Oh, dios. Llevo intentando llamarte todo el día. Porque no me has cogido la llamada? Lo siento mucho, se que te lo tenía que haber dicho pero... -Le corté-
-Àlex, calmate, si? -Escuché un suspiro desde la otra línea-
-Que viva con Joana no significa nada. No siento nada por ella.
-Te creo. -Sonreí-
-Si?
-Si.
-Y entonces... llamas para eso? -Miré a Marta y esta me obligó a poner el altavoz-
-En verdad, llamo para pedirte disculpas. -Arrugué las cejas-
-Porqué?
-Se que te tenía que haber dejado que te expliques, y me fui de la cafetería como alma lleva al diablo. He estado pensando y se que... no debí irme así. -Suspiré-
-Te entiendo... perdoname, de verdad, no quería molestarte ni ocultartelo.
-Esta bien... tranquilo -Suspiré- Esto... Porque no lo hablamos mejor en persona? No me gusta esto de pedir disculpas a través de teléfono. -Marta levantó el pulgar-
-Me parece perfecto. Te parece si te voy a buscar a tu casa?
-Perfecto. Tengo... Tengo cosas que contarte.
-Menuda vida la tuya -Soltó una carcajada- Mañana nos vemos, preciosa.
-Está bien, hasta mañana Àlex.
-Hasta mañana preciosa.


Colgué y Marta no dudó en saltar y dar gritos.

-Quieres callarte? Los niños están durmiendo.
-Lo siento -Tapó su boca y soltó una pequeña carcajada-
-Hay que mirarte un conjunto sexy.
-Perdón? Solo voy a hablar con él, no voy a encamarme con él.
-Lo sé, pero tienes que conquistarle y tienes que poner celoso a Álvaro, y que mejor manera de ponerle celoso que viéndote bien vestida? -Rodé los ojos-


*



-Te enviaré los papeles cuando el notario los tenga, así los firmas y listo.
-Y si no los quiero firmar? Álvaro, yo no quiero esto.
-Tu no, pero yo sí, y de verdad que lo necesito. Así que los firmarás.
-Y que pasará con la niña? Dijiste que no te irías de casa si llegásemos a divorciarnos.
-Se lo que dije, pero no puedo permanecer más aquí... simplemente no puedo. -Suspiré- Te llamaré cuando venga a buscarla. Si necesitas que me la quede algún día, llamame y vendré a buscarla..
-Está bien. -Me resigné- Si eso es lo que de verdad quieres, adelante. Haz lo que te venga en gana, eso sí, el día que recupere la memoria, no vengas aquí, porque simplemente, estarás fuera de mi vida. -Contesté lo más fría que pude-
-Míriam, por favor...
-No... Por favor nada... No te estoy pidiendo que me bajes la luna, ni que me des mimos todos los días, ni te pido que me compres cosas caras, solo te estoy pidiendo que te mantengas a mi lado, porque eres el único que conozco y el único que me da fuerzas para seguir adelante, pero, por lo que veo, a ti eso te importa una mierda. Prefieres abandonarme por esa castaña a la que ves todos los días, que estar con tu mujer que tiene amnesia. Muy considerado de tu parte.
-No te pongas así.
-Me pongo como me da la gana. No tenías ganas de largarte? Pues ale, ya sabes donde está la puerta. Puedes largarte, pienso firmar esos papeles, así puedes hacer lo que te venga en gana. Pero te advierto Álvaro, cuando vuelva a ser yo, no quiero tenerte cerca.

Me costaba decirle esas cosas, me dolía en el alma decirle que no volviera, que se fuera de mi vida para siempre, pero, eso es lo que él quiere y yo, no puedo hacerle nada, no puedo detenerle, no puedo obligarle que esté a mi lado si él no quiere. Yo no soy así. Me duele verlo como se escurre entre mis dedos, ver como se va, pero no puedo hacerle nada.

Lo tengo muy claro, en el momento que él pise puerta para afuera con su maleta, no va a volver. No quiero permanecer al lado de alguien, que no supo ayudarme cuando más lo necesitaba. Eso, simplemente me demuestra que no siente nada por mi, que se ha cansado o que finalmente, ha encontrado alguien mucho mejor que yo, que puede darle cosas que yo, soy incapaz de darle.

Tan mala persona soy? No es mucho pedir. En fin, que haga lo que le salga de los huevos, porque yo, también se jugar a eso. Si él se va, yo también.

*





-No sabes cuanto me dolió verle salir por la puerta -Suspiré-
-Es un idiota que no sabe valorarte. No es la primera vez que lo hace y la verdad, me está tocando demasiado los cojones. Hace tres años te hizo lo mismo con el bebé, y no pienso permitir que lo vuelva a hacer.
-Ya lo ha echo. -Levanté los hombros- Estoy sola en eso Àlex, me siento sola.
-No digas esas bobadas. -Llevó una mano hacia mi mejilla y la acarició con suavidad- Tienes a Marta, tienes a tus padres, a tus abuelos, me tienes a mi. No estás sola en esto.
-Pero, es que realmente me siento sola. No recuerdo nada y esto es una completa mierda. La gente poco a poco se aleja de mi y duele, duele mucho.
-Tienes que pasar de todo Míriam, deja llevarte, no pienses en nada que pueda hacerte daño. Si esos imbéciles pasan de ti, pues pasa de ellos. Siempre estaré aquí para ti, no lo dudes.
-Gracias Àlex. -Le abracé y él acariciaba mi pelo con cuidado-
-Que te parece, si te presento a mis amigos? Se que no son chicos que te gusten por lo que hacen, pero puedo asegurarte de que son buenas personas.
-Porque no? -Me levanté de la silla- Vamos, va, tengo ganas de ver con quien te relacionas y esas cosas. -Levanté los hombros-

Estuvimos como un cuarto de hora metidos en el coche. Àlex, supuestamente, me llevaba a su casa, donde sus amigos estaban reunidos, junto con Joana. En un momento, los nervios me invadieron. Y si no encajo? Y si no me caen bien? Y si simplemente les soy un estorbo?

Sentí una mano en mi muslo, la cual me sacó de mi trance. Miré a Àlex que estaba atento mirando a la carretera y esbozó una corta sonrisa.

-No te pongas nerviosa, no te van a comer.
-Y si no les caigo bien?
-Preciosa, son mis amigos, no mis padres -Rió-
-Lo sé, pero...
-Pero nada, tu tranquila.

Aparcó el coche en una casa, bastante grande. Bajamos del coche y nos acercamos lentamente a la puerta. Àlex introdujo la llave a la puerta y la abrió.


-Por fin estás aquí bro! -Dijo un chico castaño-
-Si, bueno... ya sabéis porque he tardado -Levantó los hombros-
-Quien es esa preciosidad? -Dijo un chico rubio-
-Ella es Míriam.
-Hola preciosidad -Dijeron los cuatro chicos que habían en la habitación-
-Hola -Limité a levantar mi mano-
-Y dinos, que haces aquí? -Volvió a hablar el rubio, llevándose un cigarro a la boca-
-La traje yo -Rodó los ojos- Donde está Joana?
-Ya sabes donde deberá estar, tirándose a todo el que se mueva.

Observé a Àlex, este hizo una mueca y negó con la cabeza un par de veces. Podía notar que estaba decepcionado. Soltó un leve suspiro y se sentó al lado del chico que aún no había dicho nada.

Ellos se presentaron. El rubio se llamaba Marcos, el moreno Jorge y el calladito Toni. Miré fijamente a Marcos, que, en esos momentos se encontraba liándose algo que, estaba segura que no era tabaco. De un momento a otro, vino un olor demasiado fuerte, a lo que pasé mi mirada por todo el comedor, encontrándome con un Marcos fumándose el cigarro. Àlex se acercó a él y se lo sacó, para llevarselo a los labios. Tragué saliva. Esto no me gustaba para nada.

Àlex se giró hacia mi y me sonrió. Me tendió la mano donde llevaba el cigarro y yo, inmediatamente negué varias veces.

-No quieres probarlo?
-No, gracias. -Murmuré lo más seca que pude-

En verdad, no es que me molestase que fumase, creo. Pero, lo que estaba segura de que me molestaba era que lo hiciera delante mío. Es su vida, puede hacer lo que quiera con ella, pero prefiero no ver como se la destroza a pedazos delante mío.

Los chicos empezaron a hablar y me empezaron a preguntar cosas. Pasamos toda la tarde entre risas y más risas, sobre todo cuando Toni empezó a decir que veía unicornios rosas con alas azules y el cuerno dorado volando alrededor de mi cabeza y tirándome besos. Los chicos no dejaban de burlarse de él y me sentía mal por reírme, pero es que, era penoso.

Àlex me acompañó hasta casa cuando ya se hizo oscuro.

-Gracias por la tarde de hoy. Me lo he pasado muy bien -Sonreí-
-Te he visto tensa al principio. -Alcé los hombros-
-No me gusta ver como te destrozas la vida poco a poco delante mío. -Contesté seca- Se que es tu vida y que tienes derecho a hacer lo que te de la gana, pero, prefiero que evites fumar delante mío -Rodé los ojos-
-Lo sé, me lo dijiste una vez. ¿Recuerdas?
-Si recordase algo, no estaría así. -Si, eso sonó demasiado borde. Àlex agachó la cabeza y se rascó la nuca-
-Lo siento....
-No, perdoname a mi. -Le abracé- Es solo que, ese tema.... -Me quedé callada. Que iba a decir? Que me mosqueaba por el simple echo de no recordar nada de mi vida? Que llegaban recuerdos y que no llegaban los que deseaba que llegasen? -
-Será mejor que entres adentro, empieza a hacer frío y llevas toda la tarde separada de Leire -Suspiró-
-Si, será lo mejor. Gracias por esta tarde.
-Gracias a ti por dejar que me explique. Eres muy importante para mi.


Dicho eso, me dejó un beso en la comisura de los labios y se fue, dejándome como una estatua parada allí en medio. Entré en casa, y me quedé apoyada en la puerta, con una sonrisa de oreja a oreja. Sabía que Àlex tenía algo especial y que me hacía sentir especial, pero no sabía lo que era. 









@smileerauryn.

domingo, 4 de mayo de 2014

Capitulo 9 ST







Habían pasado casi tres meses desde el accidente. Mi memoria estaba colapsada y cada noche revivía el supuesto accidente. Me levantaba asustada, agitada y sudada. Él siempre me abrazaba e intentaba calmarme. Siempre acababa dormida aferrada a él y con la cabeza en su pecho, como si tuviera miedo a que se fuera de un día para el otro.

Los días pasaban volando, el calor era más insoportable y en casa no podía hacer nada. Él se encargaba de limpiarla, los ratos que no trabajaba. Oh, creo que me he pasado un detalle. Hace un mes, él ha abierto un estudio de grabación, junto al chico rubio que vino hace poco. De momento les va viento en popa.

De Àlex tampoco sabía nada de él, desapareció del mapa después de aquella tarde.

Me encontraba sentada en el sofá, mirado la enorme caja que contenía fotos. Miré una tras una. Sonrisas, felicidad, amor... era lo único que veía y no era capaz de recordar nada. Lo que más rabia me daba era, mirar las fotos de la boda y ni siquiera ser capaz de recordar todo lo que viví con él. Sería capaz de revivir aquellos sentimientos? Quiero decir, cuando estaba cerca de él, me sentía a gusto, querida y no sería capaz de alejarme de él nunca en mi vida y sobre todo, mi pulso se aceleraba cuando estaba cerca de él. No habíamos vuelto a tener un roce como el de la otra vez, ni siquiera hablábamos. Este mes fue realmente horrible.




*



-Para que querías verme? -Contesté lo más duro que pude-
-Hacía tiempo que no sabía nada de ti. -Sonrió-
-Eso es porque no has querido.
-Yo.. he estado ocupado.
-Será eso... vienes, me explicas todo lo que he pasado contigo, me besas, prometes que me llamarás y no se nada de ti durante un mes... que se supone que pasa contigo?
-Nada, simplemente he estado ocupado, es que no lo entiendes?
-No, no lo entiendo -Me crucé de brazos-
-No te enfades. -Dio un paso hacia delante y yo retrocedí-
-Ni se te ocurra acercarte. -Estiré mis brazos-



*



-Entonces, intentó poner la silla a dos ruedas y no calculó y se cayó hacia atrás. -Ambos estallamos a risas-
-Que patoso.
-Si, no te lo niego. -Sonrió de lado-

Giré mi cabeza para mirar a través de la cristalería y como era de costumbre en mi, me fijé en una pareja con un carrito. Ellos estaban sentados en la terraza del frente, el carrito estaba entre ellos y ambos se cogían de las manos. La chica parecía estar explicándole cosas y ambos se reían. Esa barba y ese pelo, sin duda, era él.

-Ei -Chasqueó los dedos enfrente de mi- estas bien?
-Eh? Si... es solo que... -Volví a desviar la mirada hacia la otra mesa-
-Te preocupa? -Me miró algo apenado-
-No, es solo que... cuando le veo que esta con esa chica, algo en mi se... no se... yo... aggg. -Llevé las manos hacia mi cabeza- esto es una completa mierda.
-Porque no te olvidas de él?.
-Vivo con él, eso será imposible.
-Vente a vivir conmigo. -Le miré-
-Y Leire? No voy a separarme de ella.
-Podríamos hacerle un hueco...
-No la separaría de su padre... espera. -Le miré- Podríamos? Con quien más vives?
-Emm... con Joana... pero todo esta bien entre nosotros -Aclaró rápidamente-
-Vives con tu ex?! -Medio grité-
-Si pero solo somos amigos..

Después de un largo rato de silencio, agarré mis cosas y salí de la cafetería lo más rápido que pude. Llegué a casa más rápido de lo que pensé. Dejé el bolso y mis cosas encima del sofá y me tiré a él, de plancha.

Necesitaba aclararme. Porque cuando me dijo Àlex que vivía con su ex me había sentado mal? Técnicamente nosotros no somos nada, y supuestamente ellos dejaron de serlo y solo son amigos... pero, una parte de mi, reclama que sea solamente para mi. Puedo sonar egoísta, pero es así. Por otra parte, yo no tenía derecho a quejarme, porque yo vivía con mi marido y quedaba con él... todo esto es taaaan confuso...

El timbre de casa sonó, me levanté con pesadez y abrí la puerta. Una chica morena, con un carrito estaba en la puerta.

-Míriam? -Su voz tembló-
-Si... -Arrugué las cejas-
-Em, soy Marta... puedo... puedo pasar?
-C-Claro.

Me hice a un lado, ella pasó, dejó su bolso encima del carrito y se sentó en el sofá, escondiendo su cabeza entre sus manos.

-Perdona pero... estás bien?
-Yo... si, bueno, no... es solo que... -Me miró- Te necesito a mi lado Míriam.

Hice una mueca, y me senté a su lado...

-Yo... realmente siento todo esto, es solo que... no puedo hablar con vosotros y fingir que esto no ha pasado, no puedo fingir que estoy bien, porque realmente no lo estoy. -Bufé-
-Te entiendo, y no quiero obligarte a nada, es solo que... llevamos juntas desde pequeñas y eramos como hermanas... tan solo, te necesito a mi lado.

Algo en mi interior me decía que, a ella, le pasaba algo más a parte de que me necesitaba a su lado. Algo en mi interior me decía que debía ayudarla, que debía abrazarla y decirle que todo estaba bien, que estaría bien y que la ayudaría en todo, pero... tendría que decirselo?

-Estas... estas bien?
-Si.... -La miré-
-No mientas. -Arrugué las cejas- Se nota a kilómetros que no estás bien... si quieres, puedes contarmelo... -Intenté sonreír-

Ella parecía que dudaba en si contarme o no. Pasó sus manos por su cara, después de soltar un largo suspiro. Se sentó en el sofá, de manera que pudiera quedar enfrente mío y yo la imité.

-He discutido con Hugo...
-Hugo es.... -Dije algo confundida-
-Mi chico.
-Bien... tu chico... mh... y porqué?
-Es solo que... creo que me está engañando con otra mujer... -Sus ojos se llenaron de lágrimas-
-Porque lo crees?
-Últimamente, llega tarde a casa, llega bebido y con olor a colonia barata de mujer... -Suspiró- El otro día llegó con la camisa manchada de pintalabios. Le pregunté que era eso, y me dijo que habría sido yo que le hubiera manchado. ¡Yo ni siquiera me pinto los labios! Hace días que no me toca, que no me besa... me esquiva y me trata mal...
-Te ha pegado? -Fue lo primero que me pasó por la mente-
-No, por suerte no. Pero se ha puesto muy agresivo cuando le he dicho que había cambiado, que ya no me quería... él simplemente se quedó callado y me dijo que... me dijo que estaba agobiado por el trabajo y que los compañeros le invitaban a unas copas... No se que hacer Míriam.... -Llevó las manos a su cara, secándo las lágrimas- Si realmente me está poniendo los cuernos, no quiero que siga a mi lado, es lógico, pero tampoco quiero dejar a Abel sin padre... Entiendes? Podría aguantar estar viviendo lejos de él, por más que lo ame, pero no aguantaría ver a mi niño crecer sin un padre a su lado...
-Tecnicamente, crecería con él, aunque no en la misma casa... -Ella me miró y suspiró-
-Lo sé...
-Creo que, deberías hablar con él.... o simplemente presentarte en la oficina un día y, si realmente te está poniendo los cuernos, le pillarías con las manos en la masa. -Alcé mis hombros- Pero mis consejos son pésimos. No se que te diría la antigua yo, pero esto es lo que soy y...

Me quedé callada cuando ella se lanzó encima de mi, y me abrazó. Ese abrazo era tan cálido, lo noté tan necesitado, tan lleno de amor... no dudé ni un segundo en rodearla con mis brazos y apretarla hacia mi.



-¿Quieres hacerme caso de una vez? Deja el feo horroroso peluche y hazme caso!
-Es mi amigo Miri... no pienso dejarlo de lado.
-Pero yo también soy tu amiga! Tienes que jugar conmigo también.
-Pero Tobby me ha dicho que solo quiere que seamos dos jugando...


-Tengo que irme a Jaén con mis abuelos, ya sabes... -Rodé los ojos-
-Te voy a echar de menos Mimi...
-Yo igual Martu... eres mi mejor amiga.
-Te quiero mucho -Me abrazó-
-Busca a Tobby, esta bien? Si lo encuentras, por lo menos no estarás sola-


-Perdona... puedo jugar contigo? Es que me he dejado las palas en casa...
-Claro! -Agitó una de las palas- Toma, esta es para tí... tu puedes dejarme un cubo? Quiero hacer un castillo, pero no lo tengo...
-Claro -Sonreí- Soy Míriam.
-Y yo soy Marta, y él -señaló al osito de peluche- él es Tobby-


-¡Tengo una noticia para ti!
-¿El que? -Dije ansiosa-
-¡Nos vamos a mallorca! -Gritó-


*


Me separé del abrazo un poco mareada. Una serie de imágenes pasaron fugazmente por mi mente, haciéndome sentir desorientada.

-Míriam... Míriam, estas bien? -Me zarandeó-
-No hagas eso... -Susurré-
-Oh dios mío, te sangra la nariz! -Llevé mis manos hacia mi nariz y, efectivamente, estaba sangrando- Voy a por papel... -Salió corriendo y vino en menos de un minuto- Tira la cabeza hacia arriba y tapona la nariz. -Hice lo que me pidió- Estas bien?
-Si... es solo que... creo que... recordé algo.

Ella me miró, esperando a que dijera algo.

-Donde nos conocimos? -Preguntó ella-
-En un parque.
-Como?
-Te pregunté si podía jugar contigo, tu no tenías cubos y yo no tenía palas y querías hacer un castillo de arena.
-Quien es Tobby?
-Tu oso de peluche.

Sus ojos se aguaron y ella, volvió a lanzarse contra mi.

-Oh dios mío... te acuerdas!
-Que me acuerde de cosas, no significa que me acuerde de todo -Dije con amargura-
-Algo es algo, cariño... -Sonrió-
-Tu y yo... fuimos amigas?
-Las mejores. -Sonrió-



*



La puerta de casa se abrió, dejando ver el carrito y la cabellera marrón que vivía conmigo. Con Marta estuvimos hablando toda la tarde, más bien ella me estuvo contando cosas que hacíamos de pequeñas y realmente, sentía pena por no poder recordarla. Pero, quien iba a decir que, un simple abrazo podría aportarme algunos recuerdos de mi infancia? Eso era un gran progreso después de un mes sin recordar nada.

Marta se fue al poco rato de él entrar en casa. Se despidió de ambos con un abrazo y se fue, prometiendome que quedaríamos mas seguido y que haríamos cosas como las que solíamos hacer.

Él dejó a la pequeña en el moisés y se sentó en el otro sofá.

-Como te fue la tarde? -Me atreví a preguntar-
-Bien, bastante bien, y a ti?
-Mejorando a momentos -Me encogí de hombros-
-A que te refieres? -Arrugó las cejas-
-A nada... es simplemente que... mm... quedé con Àlex -Clavó su mirada en mi- pero mmm.. al cabo de un rato le dejé plantado.. sabes que? -Sonreí y me levanté del sofá-
-Dime.
-He conseguido recordar algo. -Di pequeños saltitos-
-Sobre que?
-Marta. La he recordado, quiero decir, he recordado cuando eramos pequeñas y cuando ella me dijo que iríamos a Mallorca. -Salté y di palmas- Lo malo es que...
-Es que, que.
-Ha pasado algo raro... -Volví a sentarme-
-Tengo que sacarte las palabras? Porque no lo dices todo de una?
-Es solo que... después de recordar, he tenido una pequeña hemorragia en la nariz. Y puedo decir que, quizás, me asusté un poco tras ver tanta sangre... eso puede venir a causa de mi memoria? Quiero decir... es normal? Nunca me ha pasado...
-Tendrías que ir al médico y decírselo, quizás ella sepa a que se debe.
-Si... puede que... sería lo mejor. -Suspiré- Quieres cenar? -Dije mientras me dirigía a la cocina-
-Si.


*




Me encontraba tirada en la cama, boca abajo. Como podía ser él tan frío y tan distante? Porque se comporta así de un día para el otro? Ni siquiera le he echo nada para que se distancie de mi de esa manera. Tras soltar un largo suspiro, la puerta de la habitación se abrió. Giré mi cara junto mi cuerpo, para quedar mirando hacia la pared. Escuché un suspiro de su parte y la puerta se volvió a abrir.

Se que me estaba quedando dormida, cuando Álvaro se acostó en la cama y acarició levemente mi brazo. Tras susurrar un “ No se que voy a hacer contigo, pero todo esto me está cansando” , se dio la vuelta y se durmió.




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MI BELLA TRAICIÓN CAPITULO 12                      http://areyouwannamakemyday.blogspot.com.es/2014/05/capitulo-12.html









@smileerauryn