Translate

martes, 6 de agosto de 2013

Capitulo 31






Hubo un momento en que estábamos demasiado cerca, hasta que me besó.


-Esto.. -Dije separándome y poniendo mi cabeza en su hombro muerta de vergüenza-
-Lo siento. -Dijo Gonzalo- Yo...
-No hace falta decir nada -Sonreí- Solo que no me siento cómoda sabiendo que tengo novio a medias -Suspiré-
-Bueno, tranquila -Volvió a sonreír- No lo volveré a hacer, lo juro


Solo me limité a sonreír. Continuamos bailando como si no hubiera pasado nada.



[Narra Marta]


-Hola preciosa -Dijo una voz bastante conocida y me giré-
-Maldita sea. ¿Que haces aquí?
-¿Yo? Pues estar con mis amigos -Sonrió- Pero vi a una preciosidad y me he obligado a pararme para hablar con ella. -Esbozó una sonrisa y se acercó-
-Bueno, bueno. Te alejas ¿Si? No quiero volver a tenerte tan cerca como ayer.
-¿Estas segura? -Me cogió por la cintura- Porque por lo que veo en ti, te haces la dura, pero te mueres por besarme -Reí irónicamente.-
-¿Yo? ¿Besarte a ti? Venga ya. Y yo soy Winnie the Poh. ¿Lo sabías? Ahora, suéltame. -Le ordené-
-¿Porque tanto rencor hacia mi preciosa? ¿Eh?
-Quizás porque me llamaste estúpida -Negó con la cabeza-
-Yo nunca te dije estúpida, en todo caso te llamé imbécil y ya te pedí perdón por eso. ¿Porque eres tan rencorosa?
-Pues no lo se -Suspiré-
-¿Ves? Ya vas aflojando.


¿Que coño tenía este chico que me ponía de los nervios? ¿Porque? Es una sensación muy rara. Hugo me cogió de la mano y me llevó a la pista, dejando a Eunice y Andrea solas. Cuando estuvimos en el centro, volvió a cogerme por la cintura y empezamos a bailar. Giré mi cabeza hacia un lado y ¡Oh dios mio! Mimi se estaba besando con el chico que había conocido y de repente se separó y puso su cabeza en el cuello, muerta de vergüenza. ¡Que chica! Y no quería ligar esta noche. Volví a mirar a Hugo y él me sonrió, me dio un par de vueltas y se acercó aún más. Notaba su aliento a alcohol rozar mis mejillas. Tenia los nervios a flor de piel. Hugo puso su cabeza en mi cuello y lo fue besando poco a poco, hizo un recorrido en él y se paró en mi oreja, mordisqueandola. Vale, eso es jugar sucio. Fue dejando besos por mi barbilla hasta llegar a la comisura de mis labios. Me miró con una sonrisa coqueta y me cogió la cara y me aproximó a él. Estábamos a centímetros, mis ojos se cerraban y ese beso nunca llegaba. Abrí los ojos y Hugo esbozó una sonrisa.


-Para caerte mal, esperas ansiosa que te bese.
-Eres un idiota -Dije apartándolo de mi-
-¿Yo soy el idiota? Creo que no. Eh, Marta -Sonrió malicioso- Tanto que te preocupas por maltratarme psicologicamente y ser una borde conmigo, te bailo un poco el agua y deseas con todo tu corazón que te bese -Rió-
-Eres un hipócrita -Gruñí-
-¿Si? ¿Y que más soy? -Se cruzó de brazos- Venga, desahógate y dime todo lo que se te pase por la cabeza.
-No pienso malgastar más tiempo contigo, así que si me disculpas...


Me abrí paso entre la gente y fui donde anteriormente estaban mis amigas, pero ya no estaban. ¿Donde coño se habían ido? Estaba frustrada y muy enfadada. ¿Desde cuando dejo que los chicos jueguen conmigo? Salí a fuera y me senté en el borde de la acera. Me sentía tan estúpida... No le volvería a hablar en mi vida. ¿Pero quien se cree que es? ¿Porque juega así conmigo, si realmente no me conoce? ¿De que va?


-¿Que hace una chica aquí, sola, en una noche como esta? -Dijo un chico sentándose a mi lado, le miré-
-Oh, emm... He perdido a mis amigas y me he agobiado ahí dentro -Suspiré-
-Entiendo. ¿Te importa si te hago compañía?
-Si.. Emm.. digo no... -Le miré confusa- Como quieras. -Suspiré y él rió-
-Me llamo Fer. ¿Y tu?
-Marta -Le sonreí-
-Lindo nombre -Sonrió- Entonces... ¿Has perdido a tus amigas? -Asentí-
-Si, bueno. Una está con un chico y las otras dos, no se donde están.
-¿Y que has echo para perderlas? -Le miré-
-Pues, me encontré con un compañero de la universidad, y me llevó a bailar -Suspiré-
-¿Suspiros de enamorada? -Dijo con una mirada realmente picarona y reí-
-No.. bah.. eso creo. Le conocí el viernes y como que no nos llevamos muy bien ¿Sabes? Pero no se. -Jugueteé con mi pelo-
-Del odio al amor hay un solo paso. -Sonrió y le miré-
-Ya, pero es que este chico... Me saca mucho de quicio. Y por si no tuviera bastante, se sienta a mi lado -Suspiré- La vida la ha tomado conmigo.
-Bueno, no digas eso. Hay cosas peores -Me abrazó-


La verdad es que este chico era realmente guapísimo. Era más alto que yo, tenía los ojos verdes, era moreno, tenía una peca bastante grande en la mejilla derecha y su sonrisa era perfecta. Dejé que me abrazara, nos quedamos en silencio durante un rato, y un escalofrío recorrió mi espalda. Nada más eran las tres de la noche y ya tenía frío. Fer me apretó contra él y apoyé mi cabeza en su hombro.


-¿Quieres que vayamos a buscar a tus amigas?
-No, déjalas. -Suspiré- Seguro que estarán por ahí.
-Mmm, entiendo. Lo que a ti te pasa es que estás demasiado cómoda en mis brazos. -El rubor se apoderó de mis mejillas- Vamos mujer, era una broma -Rió- Te ves muy linda con las mejillas coloradas -Amagué mi cabeza en su cuello-
-No me mires -Susurré- Que vergüenza. -Fer soltó una pequeña carcajada-
-Vamos mujer, estamos en confianza. ¿No? -Noté como sonrió- ¿Te apetece ir a bailar?


Le miré y sonreí. Fer se levantó y me ayudó a levantarme, nuestras manos quedaron cogidas y la verdad, que el rubor de mis mejillas no bajaba. Cada vez tenía más vergüenza. Volvimos a entrar en la discoteca y “Noche de sexo” estaba sonando. No podía parar de reír, cuando Fer me cogía y por decirlo de alguna manera me intentaba “perrear”. Fer me tenía cogida por la cintura y yo enrosqué mis brazos en su cuello. Miré a mi alrededor y me fijé que Hugo nos estaba mirando. Volví a poner mi cara en el cuello de él, muriéndome de vergüenza, Fer me separó de él, me hizo dar una vuelta sobre mi misma y me acercó a él con brusquedad y nuestras caras quedaron a centímetros. En un abrir y cerrar de ojos, noté los labios de Fer sobre los míos, no tardé en devolverle el beso. Una de sus manos estaba en mi cintura y la otra en mi culo, mis manos estaban jugando con su pelo y de vez en cuando Fer soltaba algún que otro gruñido. Cuando nos separamos Fer me sonrió y yo amagué mi cabeza en su cuello, de nuevo, muerta de vergüenza. Nuestros cuerpos no se separaban y seguían bailando. Empecé a morder y chuparle el cuello, hasta que vi que le había dejado una pequeña señal, me ruboricé enseguida. Fui dándole besos desde su cuello, hasta la comisura de sus labios y allí, de nuevo, nuestros labios se volvieron a juntar y esta vez dándole paso a nuestras lenguas. Mmmm ¿Como podía ser que este chico besara tan bien? Al separarnos, Fer, apartó el pelo de mi cuello y empezó a dejarle besos, empezó a chupar y a mordisquearlo, haciendo que mi interior quisiera pasar a un grado más. ¿Como era eso posible? Era demasiado atractivo, demasiado sexy. Sus labios y los míos volvieron a ajuntarse, volviendole a dar paso a nuestras lenguas. Fer se separó y me agarró la mano, y empezó a caminar. Me quedé desconcertada.


-¿Donde vamos Fer? -Le pregunté mientras seguía sus pasos-
-Tranquila -Rió- Solo vamos a un sitio donde pongamos tener un poco de intimidad -El rubor de mis mejillas volvió a aparecer-
-Pero.. No puedo irme de aquí, tengo que irme con mis amigas -Me paré-
-Marta, tranquila -Dijo acariciando mi mejilla- Mi tío es el dueño de esta discoteca -Sonrió- Dejalo en mis manos. ¿Si? -Asentí-


Volví a caminar, siguiendo sus pasos. Hasta que se paró delante de un hombre, no parecía viejo, ni mucho menos. Fer habló con él y yo escondí mi cabeza detrás de él, mostrando que tenía vergüenza. Ambos rieron y Fer me apretó hacia él. El tío le dio una llave y Fer se despidió de él. Volvió a caminar y metió la llave en una puerta, acto seguido la abrió y nos metimos en una especie de pasillo que iba hasta una especie de camerino. Daba mucho miedo. Me tensé y Fer lo notó.


-Tranquila. No te voy a hacer nada que tu no quieras hacer. Solo quiero tener un poco de intimidad contigo -Sonrió- Al acabar este pasillo hay como una especie de camerino -Argumentó- Mi tío lo construyo para cuando no tuviera sitio donde dormir -Rió- Es decir, muchas veces se pelea con mi tía, o se queda después de que cierre la discoteca para hacer cuentas y muchas veces se queda aquí a dormir -Me tranquilicé un poco después de esa explicación- Así que no tienes nada que temer ¿Vale? -Asentí-


Entramos en ese camerino, era enorme y estaba muy bien decorado igual que la discoteca. Me quedé embobada contemplando el camerino y aterricé cuando Fer me cogió por detrás y volvió a besar mi cuello. Me giré y le sonreí. Nuestras bocas no tardaron en juntarse. Fer me cogió por el culo, y di un pequeño saltito enroscando mis piernas en su cintura, deshaciéndome de los tacones. Me apoyó en la pared, mientras se ocupaba de mi cuello iba bajando poco a poco la cremallera que estaba en un costado. Solté mis piernas haciendo que me bajase, metí mis manos por debajo de su camiseta y nuestros labios se volvieron a unir. Tiré su camiseta lo más lejos que pude. Fer me cogió y me llevó hasta la cama. Una vez allí, me soltó con cuidado y se deshizo de mi vestido. Me quedé en ropa interior. Mientras nuestros labios seguían jugueteando, llevé mis manos pasándolas por sus costillas hasta que llegaron a sus caderas, allí, me deshice de su cinturón y le desabroché el botón del pantalón. Fer sacó con rapidez mi sujetador y empezó a jugar con mis pechos. De vez en cuando soltaba algún gemido. Me quedé inmóvil, no sabía que hacer, solo me retorcía de placer, cada vez que Fer mordisqueaba mis pezones. De un momento para el otro, yo estaba sin bragas, y Fer sin pantalones ni bóxer. Nuestros labios se volvieron a unir, cuando el ya estaba dentro de mi. ¡Madre mía! Primero empezó a moverse muy lentamente y a medida que pasaban los segundos, aumentaba el ritmo. Giré, me quedé encima de él y empecé con los movimientos. Veía la cara de Fer y no podía evitar sonreír. Fer volvió a quedar encima mío y en cuestión de segundos, los dos soltamos un gemido. Fer cayó rendido a mi lado. Esperé a que mi respiración volviera a la normalidad. Me levanté y me empecé a vestir. ¡Mierda! Había quedado a las cinco con las chicas y ya llego tarde.


-Mierda, mierda, mierda -Susurré-
-¿Que te pasa? -Dijo Fer incorporándose en la cama-
-He quedado con mis amigas a las cinco y son las cinco y diez. Tengo yo las llaves de casa -Suspiré- Me voy -Dije cuando ya estaba vestida-
-Espera, te acompaño.


Fer se vistió rápido y salimos corriendo. Quedaba poca gente ya en la discoteca ya que la estaban apunto de cerrar. Salimos afuera y las chicas no estaban. ¡Mierda!


-¡Mierda! Supongo que me tocará ir sola -Suspiré-
-¿Quieres que te lleve?
-No, gracias. -Le miré-
-¿Como te vas a ir sola a estas horas, tonta? Para que te pase algo.. No, no. Yo te llevo -Le miré y me encogí. Tenia frío- Toma -Dijo poniéndome la chaqueta en mis hombros- Lo último que quiero es que te resfríes -Me mordí el labio-
-¿Porque eres tan tierno? -Sonreí-
-Supongo que porque sigo esperando el beso de despedida.


Volví a morderme el labio. Me acerqué a él y le besé, hasta que alguien nos interrumpió.


-¡Dichosos los ojos! Por fin te encontramos. ¿Donde te has metido? -Dijo Andrea con un tono de preocupación-
-Eh.. Yo... -Fer me cortó-
-Ha estado conmigo -Todos le miraron-
-¿Y tu quien eres? -Preguntó Mimi-
-¡Oh!. Yo soy Fer. -Sonrió-
-Yo soy Eunice -Dijo dándole dos besos-
-Yo Andrea -También le dio dos besos-
-Míriam -Dijo bastante borde- ¿Nos podemos ir ya? Estoy cansada y tengo frío.
-Eh.. Si... -Dije un poco confusa- Bueno... em.. -Dije mirando a Fer y este sonrió- Té -Dije dándole la chaqueta-
-Oh, quedatela. -Sonrió-
-Pero vas a coger frío
-No, tranquila, mi casa no queda muy lejos. A parte así tengo una excusa para verte -Sonrió- Un placer chicas. Adiós preciosa. -Me besó-



Me quedé de piedra. Las chicas hablaban pero no les estaba haciendo caso. ¿Que le pasó a Mimi para que estuviera tan borde? Y las chicas... ¿Donde se habían metido? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario