Hubo
un momento en que estábamos demasiado cerca, hasta que me besó.
-Esto..
-Dije separándome y poniendo mi cabeza en su hombro muerta de vergüenza-
-Lo
siento. -Dijo Gonzalo- Yo...
-No
hace falta decir nada -Sonreí- Solo que no me siento cómoda
sabiendo que tengo novio a medias -Suspiré-
-Bueno,
tranquila -Volvió a sonreír- No lo volveré a hacer, lo juro
Solo
me limité a sonreír. Continuamos bailando como si no hubiera pasado
nada.
[Narra
Marta]
-Hola
preciosa -Dijo una voz bastante conocida y me giré-
-Maldita
sea. ¿Que haces aquí?
-¿Yo?
Pues estar con mis amigos -Sonrió- Pero vi a una preciosidad y me he
obligado a pararme para hablar con ella. -Esbozó una sonrisa y se
acercó-
-Bueno,
bueno. Te alejas ¿Si? No quiero volver a tenerte tan cerca como
ayer.
-¿Estas
segura? -Me cogió por la cintura- Porque por lo que veo en ti, te
haces la dura, pero te mueres por besarme -Reí irónicamente.-
-¿Yo?
¿Besarte a ti? Venga ya. Y yo soy Winnie the Poh. ¿Lo sabías?
Ahora, suéltame. -Le ordené-
-¿Porque
tanto rencor hacia mi preciosa? ¿Eh?
-Quizás
porque me llamaste estúpida -Negó con la cabeza-
-Yo
nunca te dije estúpida, en todo caso te llamé imbécil y ya te pedí
perdón por eso. ¿Porque eres tan rencorosa?
-Pues
no lo se -Suspiré-
-¿Ves?
Ya vas aflojando.
¿Que
coño tenía este chico que me ponía de los nervios? ¿Porque? Es
una sensación muy rara. Hugo me cogió de la mano y me llevó a la
pista, dejando a Eunice y Andrea solas. Cuando estuvimos en el
centro, volvió a cogerme por la cintura y empezamos a bailar. Giré
mi cabeza hacia un lado y ¡Oh dios mio! Mimi se estaba besando con
el chico que había conocido y de repente se separó y puso su cabeza
en el cuello, muerta de vergüenza. ¡Que chica! Y no quería ligar
esta noche. Volví a mirar a Hugo y él me sonrió, me dio un par de
vueltas y se acercó aún más. Notaba su aliento a alcohol rozar mis
mejillas. Tenia los nervios a flor de piel. Hugo puso su cabeza en mi
cuello y lo fue besando poco a poco, hizo un recorrido en él y se
paró en mi oreja, mordisqueandola. Vale, eso es jugar sucio. Fue
dejando besos por mi barbilla hasta llegar a la comisura de mis
labios. Me miró con una sonrisa coqueta y me cogió la cara y me
aproximó a él. Estábamos a centímetros, mis ojos se cerraban y
ese beso nunca llegaba. Abrí los ojos y Hugo esbozó una sonrisa.
-Para
caerte mal, esperas ansiosa que te bese.
-Eres
un idiota -Dije apartándolo de mi-
-¿Yo
soy el idiota? Creo que no. Eh, Marta -Sonrió malicioso- Tanto que
te preocupas por maltratarme psicologicamente y ser una borde
conmigo, te bailo un poco el agua y deseas con todo tu corazón que
te bese -Rió-
-Eres
un hipócrita -Gruñí-
-¿Si?
¿Y que más soy? -Se cruzó de brazos- Venga, desahógate y dime todo
lo que se te pase por la cabeza.
-No
pienso malgastar más tiempo contigo, así que si me disculpas...
Me
abrí paso entre la gente y fui donde anteriormente estaban mis
amigas, pero ya no estaban. ¿Donde coño se habían ido? Estaba
frustrada y muy enfadada. ¿Desde cuando dejo que los chicos jueguen
conmigo? Salí a fuera y me senté en el borde de la acera. Me sentía
tan estúpida... No le volvería a hablar en mi vida. ¿Pero quien se
cree que es? ¿Porque juega así conmigo, si realmente no me conoce?
¿De que va?
-¿Que
hace una chica aquí, sola, en una noche como esta? -Dijo un chico
sentándose a mi lado, le miré-
-Oh,
emm... He perdido a mis amigas y me he agobiado ahí dentro -Suspiré-
-Entiendo.
¿Te importa si te hago compañía?
-Si..
Emm.. digo no... -Le miré confusa- Como quieras. -Suspiré y él rió-
-Me
llamo Fer. ¿Y tu?
-Marta
-Le sonreí-
-Lindo
nombre -Sonrió- Entonces... ¿Has perdido a tus amigas? -Asentí-
-Si,
bueno. Una está con un chico y las otras dos, no se donde están.
-¿Y
que has echo para perderlas? -Le miré-
-Pues,
me encontré con un compañero de la universidad, y me llevó a
bailar -Suspiré-
-¿Suspiros
de enamorada? -Dijo
con una mirada realmente picarona y reí-
-No..
bah.. eso creo. Le conocí el viernes y como que no nos llevamos muy
bien ¿Sabes? Pero no se. -Jugueteé con mi pelo-
-Del
odio al amor hay un solo paso. -Sonrió y le miré-
-Ya,
pero es que este chico... Me saca mucho de quicio. Y por si no
tuviera bastante, se sienta a mi lado -Suspiré- La vida la ha tomado
conmigo.
-Bueno,
no digas eso. Hay cosas peores -Me abrazó-
La
verdad es que este chico era realmente guapísimo. Era más alto que
yo, tenía los ojos verdes, era moreno, tenía una peca bastante
grande en la mejilla derecha y su sonrisa era perfecta. Dejé que me
abrazara, nos quedamos en silencio durante un rato, y un escalofrío
recorrió mi espalda. Nada más eran las tres de la noche y ya tenía
frío. Fer me apretó contra él y apoyé mi cabeza en su hombro.
-¿Quieres
que vayamos a buscar a tus amigas?
-No,
déjalas. -Suspiré- Seguro que estarán por ahí.
-Mmm,
entiendo. Lo que a ti te pasa es que estás demasiado cómoda en mis
brazos. -El rubor se apoderó de mis mejillas- Vamos mujer, era una
broma -Rió- Te ves muy linda con las mejillas coloradas -Amagué mi
cabeza en su cuello-
-No
me mires -Susurré- Que vergüenza. -Fer soltó una pequeña
carcajada-
-Vamos
mujer, estamos en confianza. ¿No? -Noté como sonrió- ¿Te apetece
ir a bailar?
Le
miré y sonreí. Fer se levantó y me ayudó a levantarme, nuestras
manos quedaron cogidas y la verdad, que el rubor de mis mejillas no
bajaba. Cada vez tenía más vergüenza. Volvimos a entrar en la
discoteca y “Noche de sexo” estaba sonando. No podía parar de
reír, cuando Fer me cogía y por decirlo de alguna manera me
intentaba “perrear”. Fer me tenía cogida por la cintura y yo
enrosqué mis brazos en su cuello. Miré a mi alrededor y me fijé
que Hugo nos estaba mirando. Volví a poner mi cara en el cuello de
él, muriéndome de vergüenza, Fer me separó de él, me hizo dar
una vuelta sobre mi misma y me acercó a él con brusquedad y
nuestras caras quedaron a centímetros. En un abrir y cerrar de ojos,
noté los labios de Fer sobre los míos, no tardé en devolverle el
beso. Una de sus manos estaba en mi cintura y la otra en mi culo, mis
manos estaban jugando con su pelo y de vez en cuando Fer soltaba
algún que otro gruñido. Cuando nos separamos Fer me sonrió y yo
amagué mi cabeza en su cuello, de nuevo, muerta de vergüenza.
Nuestros cuerpos no se separaban y seguían bailando. Empecé a
morder y chuparle el cuello, hasta que vi que le había dejado una
pequeña señal, me ruboricé enseguida. Fui dándole besos desde su
cuello, hasta la comisura de sus labios y allí, de nuevo, nuestros
labios se volvieron a juntar y esta vez dándole paso a nuestras
lenguas. Mmmm ¿Como podía ser que este chico besara tan bien? Al
separarnos, Fer, apartó el pelo de mi cuello y empezó a dejarle
besos, empezó a chupar y a mordisquearlo, haciendo que mi interior
quisiera pasar a un grado más. ¿Como era eso posible? Era demasiado
atractivo, demasiado sexy. Sus labios y los míos volvieron a
ajuntarse, volviendole a dar paso a nuestras lenguas. Fer se separó
y me agarró la mano, y empezó a caminar. Me quedé desconcertada.
-¿Donde
vamos Fer? -Le pregunté mientras seguía sus pasos-
-Tranquila
-Rió- Solo vamos a un sitio donde pongamos tener un poco de
intimidad -El rubor de mis mejillas volvió a aparecer-
-Pero..
No puedo irme de aquí, tengo que irme con mis amigas -Me paré-
-Marta,
tranquila -Dijo acariciando mi mejilla- Mi tío es el dueño de esta
discoteca -Sonrió- Dejalo en mis manos. ¿Si? -Asentí-
Volví
a caminar, siguiendo sus pasos. Hasta que se paró delante de un
hombre, no parecía viejo, ni mucho menos. Fer habló con él y yo
escondí mi cabeza detrás de él, mostrando que tenía vergüenza.
Ambos rieron y Fer me apretó hacia él. El tío le dio una llave y
Fer se despidió de él. Volvió a caminar y metió la llave en una
puerta, acto seguido la abrió y nos metimos en una especie de
pasillo que iba hasta una especie de camerino. Daba mucho miedo. Me
tensé y Fer lo notó.
-Tranquila.
No te voy a hacer nada que tu no quieras hacer. Solo quiero tener un
poco de intimidad contigo -Sonrió- Al acabar este pasillo hay como
una especie de camerino -Argumentó- Mi tío lo construyo para cuando
no tuviera sitio donde dormir -Rió- Es decir, muchas veces se pelea
con mi tía, o se queda después de que cierre la discoteca para
hacer cuentas y muchas veces se queda aquí a dormir -Me tranquilicé
un poco después de esa explicación- Así que no tienes nada que
temer ¿Vale? -Asentí-
Entramos
en ese camerino, era enorme y estaba muy bien decorado igual que la
discoteca. Me quedé embobada contemplando el camerino y aterricé
cuando Fer me cogió por detrás y volvió a besar mi cuello. Me giré
y le sonreí. Nuestras bocas no tardaron en juntarse. Fer me cogió
por el culo, y di un pequeño saltito enroscando mis piernas en su
cintura, deshaciéndome de los tacones. Me apoyó en la pared,
mientras se ocupaba de mi cuello iba bajando poco a poco la
cremallera que estaba en un costado. Solté mis piernas haciendo que
me bajase, metí mis manos por debajo de su camiseta y nuestros
labios se volvieron a unir. Tiré su camiseta lo más lejos que pude.
Fer me cogió y me llevó hasta la cama. Una vez allí, me soltó con
cuidado y se deshizo de mi vestido. Me quedé en ropa interior.
Mientras nuestros labios seguían jugueteando, llevé mis manos
pasándolas por sus costillas hasta que llegaron a sus caderas, allí,
me deshice de su cinturón y le desabroché el botón del pantalón.
Fer sacó con rapidez mi sujetador y empezó a jugar con mis pechos.
De vez en cuando soltaba algún gemido. Me quedé inmóvil, no sabía
que hacer, solo me retorcía de placer, cada vez que Fer mordisqueaba
mis pezones. De un momento para el otro, yo estaba sin bragas, y Fer
sin pantalones ni bóxer. Nuestros labios se volvieron a unir, cuando
el ya estaba dentro de mi. ¡Madre mía! Primero empezó a moverse
muy lentamente y a medida que pasaban los segundos, aumentaba el
ritmo. Giré, me quedé encima de él y empecé con los movimientos.
Veía la cara de Fer y no podía evitar sonreír. Fer volvió a
quedar encima mío y en cuestión de segundos, los dos soltamos un
gemido. Fer cayó rendido a mi lado. Esperé a que mi respiración
volviera a la normalidad. Me levanté y me empecé a vestir. ¡Mierda!
Había quedado a las cinco con las chicas y ya llego tarde.
-Mierda,
mierda, mierda -Susurré-
-¿Que
te pasa? -Dijo Fer incorporándose en la cama-
-He
quedado con mis amigas a las cinco y son las cinco y diez. Tengo yo
las llaves de casa -Suspiré- Me voy -Dije cuando ya estaba vestida-
-Espera,
te acompaño.
Fer
se vistió rápido y salimos corriendo. Quedaba poca gente ya en la
discoteca ya que la estaban apunto de cerrar. Salimos afuera y las
chicas no estaban. ¡Mierda!
-¡Mierda!
Supongo que me tocará ir sola -Suspiré-
-¿Quieres
que te lleve?
-No,
gracias. -Le miré-
-¿Como
te vas a ir sola a estas horas, tonta? Para que te pase algo.. No,
no. Yo te llevo -Le miré y me encogí. Tenia frío- Toma -Dijo
poniéndome la chaqueta en mis hombros- Lo último que quiero es que
te resfríes -Me mordí el labio-
-¿Porque
eres tan tierno? -Sonreí-
-Supongo
que porque sigo esperando el beso de despedida.
Volví
a morderme el labio. Me acerqué a él y le besé, hasta que alguien
nos interrumpió.
-¡Dichosos
los ojos! Por fin te encontramos. ¿Donde te has metido? -Dijo Andrea
con un tono de preocupación-
-Eh..
Yo... -Fer me cortó-
-Ha
estado conmigo -Todos le miraron-
-¿Y
tu quien eres? -Preguntó Mimi-
-¡Oh!.
Yo soy Fer. -Sonrió-
-Yo
soy Eunice -Dijo dándole dos besos-
-Yo
Andrea -También le dio dos besos-
-Míriam
-Dijo bastante borde- ¿Nos podemos ir ya? Estoy cansada y tengo
frío.
-Eh..
Si... -Dije un poco confusa- Bueno... em.. -Dije mirando a Fer y este
sonrió- Té -Dije dándole la chaqueta-
-Oh,
quedatela. -Sonrió-
-Pero
vas a coger frío
-No,
tranquila, mi casa no queda muy lejos. A parte así tengo una excusa
para verte -Sonrió- Un placer chicas. Adiós preciosa. -Me besó-
Me
quedé de piedra. Las chicas hablaban pero no les estaba haciendo
caso. ¿Que le pasó a Mimi para que estuviera tan borde? Y las
chicas... ¿Donde se habían metido?
No hay comentarios:
Publicar un comentario