[Narra
Marta]
-¿Que?
¿Como que la has cagado Álvaro? Que coño me estas contando.
-Joder
Marta. Yo no quería, pasó sin más... -Dio un grito ahogado-
Joder... Me arrepiento muchísimo
-Joder
Álvaro. ¿No se supone que la querías y que la ibas a respetar? Al
fin y al cabo has acabado fallandola. ¿Como te piensas que va a
estar cuando sepa que le has puesto los cuernos? ¿Eh?
-Yo..
Solo te pido que no se lo digas por favor. Espera a que llegue yo y
se lo cuento.
-No
pienso tenerla engañada hasta que llegues Álvaro. ¿Estas loco? Soy
su amiga, merece saberlo.
-Lo
se, lo se -Suspiró- Solo te pido que me dejes contárselo. Por
favor.
-Vale.
Esta bien. Pero quiero que sepas una cosa Álvaro
-¿Que?
-Preguntó un poco sorprendido-
-Me
has fallado. Has acabado siendo igual que Andrés.
-No
digas eso Marta -Gruñó-
-Si
lo digo. Eres un cacho de mierda Álvaro... No te mereces a una chica
como ella. -Colgué-
No
me lo podía creer. Al final, el presentimiento que tenía Mimi era
verdad. Álvaro le había puesto los cuernos. Esto es indignarnte. Me
da igual si Álvaro se enfada conmigo, pero necesito decírselo, no
quiero que se siga torturando más... Me encaminé hacia la
habitación de Mimi, ella se había quedado dormida. Me senté a su
lado de la cama y la zarandeé con cuidado hasta que se desperto.
-¿Que
pasa Martu? -Preguntó mientras se frotaba los ojos-
-Tengo
que hablar contigo -Hice una pausa- Sobre Álvaro.
-¿Que
le pasa a Álvaro? -Dijo mientras se incorporaba en la cama-
-Mira,
se que esto va a ser muy difícil para ti y muy difícil para mi
explicartelo.
-Vete
al grano Marta. Se directa. -Gruñó-
-Vale,
he hablado con Álvaro -Hice una pausa-
-¿Como?
¿Cuando?
-Hace
un rato. Llamé a Carlos para que me pasara a Álvaro y le encaré,
le pregunté porque dejó de llamarte y me dijo que...
-Que
te dijo Marta -Me cortó-
-Que
necesitaba un tiempo y que la había cagado. -A Mimi le saltaron las
lágrimas-
-¿Que?
-Eso.
Me dijo que él no quiso, pero que fue inevitable. Que se arrepiente
muchísimo y que te quiere.
-¿Me
estas queriendo decir que... -Hizo una pausa y asentí-
-Si
mi niña. -La abracé y se echó a llorar- Lo siento mucho.
Me
quedé bastante rato abrazándola, la veía tan frágil... Las chicas
subieron a ver que pasaba y, cuando vieron que Mimi no paraba de
llorar, fueron corriendo a abrazarla. No hizo falta decirles nada.
Mimi sacó su anillo del dedo y lo envió con rabia a la otra punta
de la habitación.
[Narra
Míriam]
Les
pedí a las chicas que me dejasen sola. Necesitaba pensar, necesitaba
saber si era verdad, necesitaba... necesitaba que él me lo
explicase. ¿Porque lo había echo? ¿Porque no me llamó y me lo
contó? ¿Porqué me hace sufrir de esta manera? ¿Porque? ¿Porque?
Me quedé dormida en cuanto menos me lo esperé. Al día siguiente
las chicas me despertaron y me trajeron el desayuno en la cama. Eso
me recordaba tanto a... ¡Basta! Dejalo ya.
-Chicas,
no hacía falta, de verdad. -Intenté sonreír pero no pude-
-¿Sabes?
Queremos hablar contigo -Dijo Eunice-
-Si
-Afirmó Andrea-
-¿Y
eso porqué?
-Porqué
no queremos verte así de mal, así que... -Dijo Eunice-
-Hemos
pensado en llevarte de shopping para que te distraigas un poco
-Siguió Andrea- Hemos pensado en salir esta noche, a divertirnos,
hace mucho que no salimos por culpa de los exámenes y hay que
aprovechar la vida. Así que vamos a ir al centro comercial y vas a
comprarte un vestido extremadamente sexy y vas a ligar.
-¿Esta
claro?
-Todo
muy bonito chicas, pero se os olvida algo -Gruñí- Sigo con Álvaro
-Susurré-
-Bueno,
tu sabes que te ha metido los cuernos, pero él no sabe que tu lo
sabes, así que técnicamente os hacéis cuernos mutuamente -Dijo
Marta-
-Chicas,
yo no soy así. Yo no le quiero poner los cuernos. Yo no...
simplemente no puedo. -Suspiré-
-Bueno,
podemos salir y tu no hace falta que te ligues a nadie, pero
sobretodo vayámonos a divertir. ¿Si?
Mientras
las chicas bajaron abajo, me vestí. La verdad es que empezaba a
hacer frío, así que me puse una camiseta básica con un jersey de
lana de color rosa palo y unos pantalones blancos acompañados de un
cinturón marrón y botas negras, me puse un pañuelo rosa. Me peiné
y baje abajo. Las chicas estaban listas, así que pusimos rumbo al
centro comercial. Una vez allí las chicas se pusieron como locas,
mirando todo los escaparates y entrando en tienda en tienda. Yo solo
me limitaba a sonreír. Me quedé embobada mirando un vestido negro.
Era precioso. Era tipo palabra de honor, con una cremallera en mitad
del pecho y lo que es la parte de la falda era corta de delante y
larga de atrás. Cogí mi talla y fui corriendo a provarmelo. Las
chicas esperaron a verme con él puesto.
-¿Y?
¿Como me queda? -Dije sonriendo-
-La
virgen -Dijo Eunice- Estas divina.
-¿Si?
-Si
tía, me han dicho que esta noche hay final feliz -Dijo Marta y todas
reímos-
-¿Sabes
que quedaría bien con ese vestido? -Dijo Andrea y la miré-
-¿El
que?
-Estos
zapatos negros -Dijo enseñándomelos- Son divinos y pegan
perfectamente con ese vestido
-Pero
es que yo ya tengo unos zapatos negros Andrea, no me voy a comprar
otros -Solté una risita-
-Si,
es verdad y es lógico -Rió Andrea- Jo, pues me los cojo yo. Son
divinos.
No
pudimos evitar reír. Esta chica y su obsesión con los zapatos de
tacón. Pasamos todo el día en el centro comercial, que si en una
tienda que si en otra. La verdad es que me hicieron olvidar de Álvaro
y, cada vez tenía más ganas de salir de fiesta. Llegamos sobre las
seis a casa, cada una se duchó a su tiempo. Una vez cenadas y
vestidas, nos fuimos a un bar a beber. Que si un chupito por aquí,
un chupito por allí...
-Tía,
mira a ese tío con disimulo. Esta a mi izquierda. -Dijo Marta-
-Aww
-Dije ante lo guapo que era el chico- ¿Que pasa con él?
-Que
no deja de mirarte. -Sonrió Marta- ¿Porqué no vas a hablar con él
y así te invita a una copa?
-¿Que?
Tu estas majara chica. No voy a ir.
-Vale.
Tu lo has querido.
Marta
se levantó y fue junto al chico. Pude ver como me señalaba y el
chico asentía. Marta volvió hacia nosotras con una gran sonrisa y
me guiñó el ojo. Detrás de ella venía el chico, tragué saliva y
le miré. Era realmente atractivo, alto, moreno, con una sonrisa
perfecta.
-Hola
-Dijo el chico-
-Hola
-¿Te
apetece tomar una copa conmigo? -Dijo mirándome-
-Eh...
-Miré a las chicas y estas asentían- Vale.
El
chico sonrió y le acompañé a la terraza. Miré a las chicas y ella
sonreían. Había algo en este chico que no me gustaba mucho. Fuimos
a la terraza y allí, nos sentamos.
-Y
bueno, ¿Quieres algo para beber?
-Un
gin tonic por favor -Le sonreí-
-Vale,
ahora vengo -Se levantó y me miró- Ahora vengo, no te muevas eh
-No,
no. Tranquilo -Sonreí-
A
los cinco minutos volvió y me puso la copa encima de la mesa. Me
acomodé en la silla y él me sonrió.
-No
me he presentado. Yo soy Gonzalo, pero me puedes llamar Gonza si
quieres -Sonrió-
-Encantada
-Reí- Yo soy Míriam pero me llaman Mimi.
-Oh,
bonito nombre.
-No
es verdad -Reí-
-¡Diablos!
Claro que es verdad, aunque la que lleva el nombre es más hermosa.
-Sonrió y los colores me subieron- Vamos, no te sonrojes -Rió-
Cuéntame algo de ti
-¿De
mi? ¿Que quieres que te cuente? -Pregunté dando un sorbo a la
bebida-
-Pues
no se. Se imaginativa. -Sonrió-
-Pues
haber. Me llamo Míriam, tengo 18 años soy de Jaén pero estudio
aquí en Madrid, vivo con mis amigas y estoy mas o menos en una
relación -Hice una mueca-
-Oh,
ya decía yo que esta preciosidad no podía estar sola. ¿Cuanto
llevas con el novio?
-Pues
cuatro meses, pero no creo que dure mucho la verdad -Intenté
sonreír-
-¿Y
eso porqué?
-Pues,
no es del todo oficial porque él no me lo ha dicho, pero mi amiga ha
hablado con él y se ve que él le dijo que la había cagado y que él
no quiso pero pasó -Suspiré-
-¿Y
el como es que no esta a tu lado? Es decir, teniendo una preciosidad
de novia como tu.
-Pues
mira.. pero prefiero no hablar más del tema, si no te parece mal
-Intenté sonreír y él asintió- Ahora, cuéntame algo de aquí.
-Mmm
-Pensó- Me llamo Gonzalo, tengo 20 años, soy de Valencia y estudio
aquí en Madrid, soy coqueto -Me guiñó el ojo- muy bromista y
siempre hago que una chica bonita tenga una sonrisa en la boca -Me
reí- ¿Ves? -Soltó una carcajada- vivo con mis amigos y me han
dejado tirado esta noche porque se han ido con las novias -Suspiró-
-¿Y
no tienes novia? -Negó- Que raro, un chico tan mono como tu y
soltero -Le saqué la lengua y rió-
-Mi
novia me dejó hace poco -Cogió aire- Así que he venido a ahogar
las penas.
-Oh,
lo siento.
-No
lo sientas -Reí- Caímos en la monotonía, así que decidimos
dejarlo y quedar como amigos. -Se levantó y le miré confusa-
-¿Donde
vas?
-A
bailar -Me tendió la mano- ¿Vienes?
-Pero,
no me he acabado -Miré el baso-
-No
pasa nada, lo he pagado yo -Reí- Venga va. Vayamos a bailar
No
dudé en cogerle la mano y volvimos a la pista a bailar. No paraban
de sonar canciones que a mi, personalmente me motivaban, Gonzalo se
reía pero bailaba conmigo, a veces me cogía de la cintura, otras
veces se acercaba demasiado a mi, incluso me daba vueltas hasta que
me mareaba, eso si, no podía dejar de reír. Gonzalo no paraba de
acercarse a mi y de decirme cosas al oído. Hubo un momento en que
estábamos demasiado cerca, hasta que me besó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario