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lunes, 30 de diciembre de 2013

Capitulo 81





Tres meses después...

Me encontraba sentado en el sofá, entre mis piernas se encontraba Míriam. Tenía mis manos sobre su barriga y ella tenía las sus manos sobre las mías. Nos encontrábamos mirando la tele, cuando Míriam de repente se incorporó un poco y soltó un gruñido. Noté esa patada que había lanzado la pequeña con brusquedad y sonreí. Míriam volvió a apoyarse en mi y besé su cabeza.

-Esta revuelta hoy, ¿eh? -Asintió-
-Que dolor. -Cerró los ojos y suspiró-
-Queda poco, cariño. -Volví a besar su cabeza- Hay, mira, una patadita. -Moví mi mano por su barriga- Eres una niña muy traviesa que pega con fuerza... -Dije con un tono demasiado dulzón y moví mis manos por su barriga de arriba a bajo-
-Hay a veces que se puede aguantar, pero otras... uffff. Desearía que estuviera afuera ya.
-Tranquila. -Saqué una mano de mi barriga y la pasé por su pelo- Nada más te quedan tres meses. Solo tres meses.
-Si... -Suspiró- Nada más pensar en que solo puedo ir del sofá a la cama y de la cama al sofá me estresa... ¡Se me va a quedar el culo cuadrado! -Reí-
-Sabes que es por el bien de las dos.
-Lo se de sobras. -Entrelacé nuestros dedos- Esta vez, no voy a ser tan tonta -Giró la cara para mirarme-
-Estaré todos los días contigo. No pienso separarme.
-Sigo pensando en que no deberíais haber dejado la banda... -Besé su nariz-
-Lo se, hay momentos en los que me arrepiento de haber aceptado... nos queda un montón de carrera por delante, pero sabes que la familia es lo más importante para mi y que lo demás no importa. Solos tu y yo.
-Y Leire. -Recordó-
-Y Leire. -Sonreí-

Seguimos hablando un rato, hasta que ella se quedó dormida entre mis brazos. No dejé de tocarle el pelo y parecía que la chiquitina se había calmado por fin. Mi móvil empezó a sonar, así que intenté dejar a Míriam con cuidado en el sofá para no despertarla. Aunque ahora con el embarazo su sueño era aún más profundo. Cogí el teléfono y era Carlos quien llamaba.

-¿Que pasa rubio? -Me rasqué la cabeza-
-Tenéis que venir al hospital. -Dijo rápido-
-¿Que? ¿Ha pasado algo?
-No... bueno si... bueno, nada grabe.
-¿Te quieres aclarar? Gracias.
-Que vengáis aquí, Marta ha roto aguas y el bebé esta apunto de nacer.
-Ok, despierto a las nenas y vamos.
-Claro, hasta ahora Bro.
-Si, si... hasta ahora. -Colgué-

Metí el móvil en el bolsillo y me acerqué a Míriam. Se veía tan linda durmiendo que me daba pena despertarla. Suspiré.

-Corazón... -La zarandeé-
-Mmmm
-Despierta -Besé su mejilla-
-Mmmm.
-Venga, no seas vaga. Hay que ir al hospital. -Volví a zarandearla, con cuidado-
-Cinco minutos más.. -Remoloneó-
-No seas vaga y levanta el culo. Marta a roto aguas.
-¿Eh? -Se incorporó- ¿Marta ha roto que?
-Aguas. Va... Me ha llamado Carlos y me ha dicho que vayamos.
-Uhhh.... a mi a este paso me tendrán que levantar con una grúa -Suspiré-
-No exageres. -Aparté el pelo del cuello y rodeé su cintura-

Salimos de casa y nos fuimos directos al hospital. Cuando llegamos, Carlos nos estaba esperando abajo y se le veía bastante nervioso.

-¿Que te pasa melón? Se te ve nervioso. -Dijo Míriam mientras le abrazaba-
-¿Eh? Si, estoy bien... hum... Marta está teniendo un parto complicado y... lo he dejado con Andrea -Agachó la cabeza-
-¿Y eso? -Pregunté- ¿Que ha pasado?
-Ya sabes, lo mismo de siempre... Malditos celos... -Apoyó su cabeza en la pared-
-¿Pero que ha pasado?
-Pues, había quedado con Alba -Nos miró- estuvimos toda la tarde juntos y se ve que han subido una foto nuestra abrazados y diciendo que nos habíamos liado y no se cuantas cosas más. ¡Dios! ¿Porque tienen que amargarme la vida? Ya no soy famoso, podrían dejarme en paz de una vez... Solo hacen que arruinarme la vida -Suspiró-
-¿Pero ha pasado algo con Alba? -Preguntó Míriam abrazándolo-
-¿Que? ¡Claro que no! Vale que Alba y yo fuimos novios, pero ahora somos mejores amigos. A mí no me pasa nada con ella y ella nada conmigo. Lo hemos hablado miles de veces, y siempre acabamos en la misma conclusión. Mejores amigos -suspiró- pero parece que Andrea eso no lo entiende... le busca las tres patas al gato.
-¿Ha habido discusión? -Carlos asintió-
-Le he empezado a gritar y a decirle de todo. ¿A caso no confía en mi? Llevamos tres años juntos y nada nos ha separado, no le he dado motivos para que desconfíe. ¿Porqué lo hace ahora? No lo entiendo -Se llevó las manos a la cabeza y se revolvió el pelo- Le pregunté como tres veces si confiaba en mi y si me quería y no me contestó ninguna, entonces le dije que si no había respuesta, que no merecía la pena que siguiéramos con esta “farsa” -Hizo comillas- Ella no dijo nada, se quedó mirando al suelo y le dije que se había acabado, que no me hablase más y que cuando volviera no la quería ver en casa... Joder... -Se apoyó en la pared y se dejó caer al suelo- Soy un completo imbécil... he echado por la borda tres años de relación...
-¿Andrea no te dijo nada? ¿Enserio? Pero si ella te quiere Carlos. -Míriam le acarició la mejilla-
-Dijo que tenía que decirme una cosa, pero no la escuché, me enfadé porque supuestamente no confía en mi... Dime Míriam, si ahora ves por twitter una foto de Álvaro abrazado con su ex... ¿Dejarías que se explicase? ¿Le contestarías si el te dijera si confías en él o le quieres? -Asintió- Entonces... ¿Porque Andrea no lo ha echo? -Su voz se quebró- ¿Tan malo soy? ¿Le he dado motivos alguna vez para que no confíe en mi? -Negamos con la cabeza- ¿Entonces? No lo entiendo... -Se echó a llorar- Simplemente no... no lo entiendo.

Ver así de mal a Carlos, se me partía el alma. Era la primera vez que le veía llorando por una chica y esa chica no era una cualquiera. Míriam abrazó a Carlos y este apoyó su cara en su hombro mientras intentaba dejar de sollozar. Se le veía muy afectado. Tenía que hablar con Andrea, esto no tiene porqué acabar así. Entré dentro del hospital y fui a la sala de espera. Allí estaban todos, incluida Andrea, que estaba sentada en una silla, tocándose la barriga. Fruncí el ceño y me acerqué a ella.

-¿Como estás? -Dije mientras me sentaba a su lado. Ella se asustó-
-Joder Álvaro -Se sentó bien- Menudo susto me has metido -Se llevó la mano al pecho- ¿Quien os ha llamado?
-Carlos -Me miró y bajó la vista-
-Supongo que... os habrá contado algo.
-Así es... ¿Que ha pasado Andrea? -Fui al grano-
-Yo... joder... -Suspiré- Los celos... los celos han podido conmigo. Vi una foto de Alba y Carlos abrazados que decían que habían estado besándose. Me entró el pánico, no podía parar de imaginarme que Carlos me había estado engañando todo este tiempo, no podía parar de imaginarme una vida sin él y mucho menos ahora, en estos momentos -Me miró- Le dije que le tenía que contar algo, cuando él me estaba reprochando que no confiaba en él, entonces me preguntó si le amaba y simplemente me fui a mi mundo. No podía soportar que Carlos me estuviera gritando y encima no me encontraba bien... se que tendría que haber contestado -Su voz se quebró- Pero no pude, no me salían las palabras... ¿Como le iba a contar que yo... -Se calló- Nada... dejalo.
-¿Que tu que Andrea? Sabes que puedes contar conmigo -Agarré sus manos-
-Lo sé. Prometeme que no se lo dirás a nadie y mucho menos a Carlos... Por favor. -Asentí-
-Te lo prometo Andrea pero dime... ¿que te pasa? -Ella suspiró-
-Estoy embarazada. -Soltó de golpe- Por eso me quedé callada, yo... joder, tendría que haber dejado que Carlos se explicase antes de empezar a decirle que me estaba poniendo los cuernos con ella... ¡Maldita sea!
-Eh... tranquilizate -Agarré su cara con mis manos- No voy a decirselo a nadie pero, tu tendrás que decírselo a Carlos..
-No lo voy a hacer... Él me ha echado de casa ¿sabes? -Suspiré- Creo que lo mejor será que me vaya. -Me miró-
-¿Irte? ¿Donde?
-No se... lejos quizá... no lo se. Pero no puedo estar aquí y ver como Carlos me odia, simplemente no puedo.
-Vamos Andrea, no has echo nada malo... Las cosas con Carlos se pueden solucionar, él esta abajo, llorando como un condenado porque te ha perdido, está arrepentido por haberte dicho lo que te ha dicho.
-La decisión está tomada Álvaro, no vas a hacerme cambiar de opinión... Lo siento.
-Pero no puedes negarle a Carlos ese hijo... ¿Porque es suyo verdad? -Andrea me miró durante un largo rato y asintió- No puedes dejar que el bebé crezca sin un padre.
-Y no lo haré Álvaro, no lo haré... pero necesito tiempo, tiempo para mi, tiempo para él.... tiempo para lo nuestro. Necesito salir de aquí y pensar si merece la pena volver a intentarlo.
-Andrea, vosotros casi nunca discutís... no podéis dejarlo a la primera de cambio, piensatelo. Él te quiere y tu le quieres. Os queréis a rabiar y vais a ser padres... ¿Enserio te vas a ir y dejarle atrás?
-No lo se Álvaro... es que... joder -Se secó las lágrimas- Imagínate que Carlos pasa página y se olvida de mi y del bebé... ¿Que se supone que voy a hacer? Madre soltera... ¿Como voy a seguir adelante? Joder Álvaro que solo tengo 21 años...
-Solo piensatelo ¿Vale?
-Está bien. Gracias -Me miró-
-No las des pequeña. -La abracé- Eres como una hermanita para mi.

Andrea y yo nos unimos a la conversación de los demás mientras esperábamos a que Hugo o el médico saliera. Míriam y Carlos llegaron. Andrea estaba nerviosa y no dejaba de mirar al suelo y Carlos más de lo mismo. Nadie preguntó nada, parece que no se dieron cuenta. Pasaron las horas y no teníamos respuesta. Una, dos quizá tres horas más tarde, la sala de espera estaba en silencio. Míriam estaba apoyada a mi hombro y yo la abracé por detrás. Andrea estaba a la otra punta de la sala, Carlos igual, los demás cuchicheaban pero no se les escuchaba apenas. Sin esperarlo, Hugo apareció en la sala de estar con el bebé en brazos.

-¡Dios mío, ya era hora! -Dijo Eunice-
-Shhh, no gritéis por favor, el peque se acaba de dormir -Nos miró-
-Es guapisimo -Dijo María- ¿Le habéis puesto ya el nombre?
-Sip. Marta insistió en que debía llamarse Abel, así que ahí se quedó.
-Es precioso Hugo -Dijo Míriam-
-Se parece a Marta -Murmuró Hugo-
-¿Como está Marta? -Preguntó Andrea-
-Está agotada. Ha tardado en dilatar y el niño no quería salir -soltó una pequeña carcajada- Pero bueno, aquí esta ya. -Besó su frente-
-Que cosa más chiquitina -Dije-
-Pues a vosotros ya os queda poco -Dijo Carlos-
-Sip, tres meses -Contestamos los dos y todos rieron-
-La niña se marca cada bailoteo que pa' que. -Dijo Míriam mientras llevaba las manos a su barriga-
-¿Tu no tendrías que estar en casa? -Preguntó Blas- Tienes que estar en reposo.
-Lo sé. Pero no podíamos quedarnos en casa sabiendo que Marta había dado a luz. ¿No crees?
-Ya pero...
-A parte -Le cortó- Álvaro esta aquí conmigo, si me siento mal o cansada nos iremos.
-Prometelo -Dijo Dani-
-A ver, aquí hoy el centro de atención tendría que ser Abel y no yo, así que prestarle atención al niño -Se cruzó de brazos-

Hugo nos llevó hasta la habitación de Marta y entramos todos en silencio. Rodeamos la cama y Marta seguía completamente dormida. Hugo nos dijo que después de que le sacaran a Abel en brazos, ella se desmayó y por eso estaba con el niño a fuera. Al parecer, no era nada malo, solo estaba agotada. Al ver a Hugo con el niño en brazos, me dieron ganas de que pasaran los tres meses volando y tener a mi pequeña entre los míos.
Aún me acuerdo cuando nos dijeron que era una niña.


Flashback

-Álvaro, Álvaro, corre que tenemos que ir al médico. -Me zarandeó-
-Mmm, dejame dormir Míriam, estoy muy cansado.
-Álvaro, que tenemos que ir al ginecólogo. ¿A caso no te acuerdas?
-Si... si me acuerdo -Me restregué los ojos y bostecé- Ya voy.

Me levanté, me cambié y salimos rumbo al hospital. Hacía nada habíamos llegado de nuestra luna de miel y no pudimos ir a hacernos la ecografía de los tres meses. Llegamos a la clínica y nos sentamos en la sala de espera. Ambos estamos nerviosos, aunque en verdad, nos daba igual si era un niño o una niña, solo deseábamos que estuviera bien de salud y que no le pasase nada malo.

-¿Míriam y Álvaro Gango? -Dijo la doctora-

Ambos nos levantamos y entramos en la consulta. La doctora le pidió a Míriam que se sacara el abrigo y que se subiera la camiseta. Ella, obediente, lo hizo. La doctora le sonrió y le puso un gel en la barriga, ella gimió, supongo que de lo frío que estaba. La doctora se movió un poco y agarró el cacharrito y lo puso encima de su vientre. Empezó a molerlo y empezamos a escuchar sus latidos. Agarré la mano de Míriam y ella me miraba sonriente. La doctora nos empezó a enseñar las partes del bebé, de momento, solo se le podía distinguir la cabeza, la nariz y supuestamente un brazo. Pero yo solo veía algo en blanco y negro. Si, llamarme inculto. La doctora nos miró, miró la pantalla y nos volvió a mirar con una sonrisa.

-Enhorabuena, es una niña.

Ambos nos miramos y sonreímos. Pegué mi frente con la de Míriam y besé sus labios.

-Una niña, es una niña -Susurré y Míriam asintió-
-Bueno -Dijo la doctora mientras le sacaba el líquido del vientre de Míriam- como ya saben, estoy al tanto de todo lo que les ha pasado, ya saben... -Hizo una mueca- El bebé todavía es demasiado pequeño como para saber si corre riesgo o no, pero será lo mejor que descanse durante el embarazo y que no haga esfuerzos y sobre todo evite el estrés. Salga a caminar de vez en cuando, pero cuando sienta un mínimo dolor o esté cansada, no dude en sentarse y reposar. Será lo mejor para ambos. -Nos sonrió- Tomen, esto es para ustedes. -Nos tendió un CD y una foto de la ecografía- Nos vemos dentro de un mes.

Fin del flashback


Me puse detrás de Míriam y la abracé.

-Te quiero -Besé su cuello-
-Y yo a ti. -Apretó mis manos-
-¿Quieres sentarte? -Ella solo asintió-

Los chicos le pasaron una silla y ella se sentó. Míriam, tras la insistencia de Hugo, cogió a Abel en brazos. Se quedó embobada mirándolo.

-Mmmm, y mi bebé... -Susurraron-
-Shhh, tranquila. -Dijo Hugo mientras la besaba- El bebé lo tiene Míriam, están todos aquí.
-¿Esta bien?
-Si, esta perfecto... es hermoso.
-Quiero... quiero cogerlo. -Dijo mientras se incorporaba-
-Claro, toma. -Míriam se levantó y se lo puso en los brazos-
-Gracias -Le sonrió- Hola cosita linda. -Besó la frente de Abel y este se despertó-
-Tiene los hojos de Hugo -Dijo Blas-
-Y la nariz de Marta -Dijo Míriam-
-Es una mezcla de los dos -Dijo Dani- Me parece que será todo un “heartbreaker” -Todos estallamos a carcajadas y el pequeño empezó a llorar-

Marta lo acunaba, pero Abel no se callaba. Dani nos obligó a salir fuera y Hugo comentó que Marta debería intentar darle el pecho para a ver si se calmaba. Todos salimos a fuera. Míriam no tenía muy buena cara. Escuchamos que el llanto de Abel paró.

-¿Estás bien? -Pregunté mientras ponía un mechón de pelo detrás de la oreja-
-Si, estoy bien... estoy algo cansada... ¿Podemos irnos?
-Claro, a parte, es hora de sacar a Nala -Miré el reloj- Chicos, Míriam no se encuentra bien, así que nosotros nos vamos. -Todos se despidieron- Hasta luego.


Salimos del hospital y nos fuimos a casa. Al llegar, Míriam se fue directa a la cama y yo cogí a Nala y la saqué a pasear. Pobrecilla, dentro de un par de meses se sentirá reemplazada y lo más seguro es que se ponga celosa... Tendré que darle mimos a mis tres princesas por igual. 

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jueves, 26 de diciembre de 2013

Capitulo 80






Álvaro, poco a poco empezó a desabrochar el vestido. Bajó las mangas con delicadeza, recorriendo con la yema de sus dedos mis brazos, hasta que las sacó. Nuestras bocas no se separaron en ningún momento. Saqué su americana y desabroché su camisa. Él bajó completamente el vestido y empecé a caminar. Álvaro se sacó la camisa y llevé mis manos a su cinturón, lo desabroché, igual que el botón del pantalón y la cremallera. Me deshice de sus pantalones. Sus yemas paseaban por mi cuerpo, con toda la libertad del mundo, mientras nuestros labios solo se separaban para coger aire y mi piel se erizaba.

-Te amo. -susurré-
-Te amo más -mordió mi cuello-
-Eso es imposible. -le besé- imposible.
-No lo es. -juntó nuestras frentes y le miré- se que he cometido muchos errores anteriormente, pero te juro que no volverá a pasar. Eres demasiado importante para mi, princesa.
-Es imposible no quererte. Confío en ti Álvaro -besé su nariz- solo espero que no me decepciones.
-No volverá a ocurrir. Perderte me mataría. Me mataría demasiado.
-Perderte sería un gran golpe para mi. -le besé y me senté encima de él- no quiero volver a experimentarlo. Quiero que esto sea un siempre.
-Y lo es, esposa mía. -levantó su pecho hasta tal punto que quedamos sentados en la cama-
-Eso ha sido muy cursi -carcajeé-
-Pero me amas igual. Aceptalo.
-Lo acepto. Te amo tanto que perdería la cabeza por ti. -me besó-
-Prometeme, que pase lo que pase, me creerás antes a mi que a nadie. -le miré y rozó mis labios-
-Te lo prometo. -mordí su labio inferior- eres mi presente y mi futuro. El único para mi. -me moví encima de él-
-No hagas eso -gruñó-
-¿El qué? -pregunté inocente y volví a moverme-
-Perderé los estribos.
-Pierdelos. Hazlo. Hazme gritar como tu solo me haces gritar. -volví a moverme- Dame ese placer. Dámelo Álv. -le susurré en la oreja- Hazme gritar como una loca tu nombre. Haz que se entere todo el mundo de lo que pasa. Hazme disfrutar. Hazme el amor. -volví a moverme y le miré- hazme tuya.

Ni corto ni perezoso. Álvaro me tumbó en la cama sin esperarlo. Solté un pequeño grito seguido de una carcajada. Atacó mis labios, los mordió, los chupó, los besó. Se puso encima mío con cuidado, mientras besaba mi cuello y descendía hasta mis pechos. Siguió bajando hasta que se paró en el encaje de mis medias. Levantó la mirada, me miró y sonrió. Besó mi pierna y con los dientes agarró ese encaje y poco a poco fue bajándolo. Sus dedos recorrían mi piel y esta se erizaba. Sacó la media y fue a la otra pierna, sacando la liga primero. De vez en cuando daba pequeños mordiscos en la pierna o la chupaba y después pasaba sus dedos por donde había chupado. Volvimos a girar y me quedé, obviamente, encima de él.

-Esperame -Le besé- Ahora regreso -Volví a besarle-

Salí corriendo de la habitación y fui a la cocina. Abrí la nevera y agarré el bote de nata. Sonreí. Esta noche la vamos a pasar demasiado bien. Volví a la habitación y dejé el bote de nata encima de la mesita, agarré mis medias y Álvaro me miró un tanto preocupado. Me senté a horcajadas y até sus manos con las medias y las até en el cabezal de la cama. No pude contenerme la sonrisa. Agarré el bote de nata y lo abrí, me incorporé hacia el cuello y allí le puse un poco de nata. Álvaro se movió, supongo que debe de ser porque la nata esta fría. Puse mis labios sobre su cuello y lamí y chupé la nata. Álvaro soltó un gemido. Hice lo mismo con sus labios, posé la nata en ellos y le besé. Hice una linea recta, desde su pecho, hasta la goma de su bóxer. Empecé a sacarla lentamente, pasaba mis manos por al lado de su pecho. En un movimiento, Álvaro consiguió romper las medias. Consiguió desatarse. Me agarró de la cadera y bruscamente me giró, quedando él arriba de mi.

-Esto de provocarme sabes que no es bueno -me besó- Vas a pagármelas.
-Desearía pagar por ello -busqué sus labios- No te tengo miedo, esposo mío. -Álvaro sonrió- Soy toda tuya. -suspiré-

Besó, mordisqueo y lamió mi cuello. Seguro que me ha dejado marca. Con la yema de sus dedos recorría mi cuerpo. Puso sus piernas al lado de mi cuerpo, quedando sentado encima mío. Con torpeza sacó mi sostén. Agitó el bote de nata y la puso encima de mis pechos, justamente alrededor de mis pezones, haciendo una montaña de nata. Bajó lentamente, se fue a por uno de ellos, lo chupó, le sacó toda la nata y lo mordió. No pude evitar soltar un gemido. Álvaro soltó una risita y fue hacia el otro, repitiendo la misma acción. Y como yo le hice anteriormente, hizo un camino desde mi pecho hasta donde se encontraban mis braguitas. Poco a poco fue eliminando la nata que había mientras masajeaba mis pechos. Arqueé la espalda. Dios. Este chico me va a matar.

-Hola -Besó mi barriga- Soy papi. -volvió a besarla- Lo que va a pasar ahora, tu ni caso -susurró- no mires, no te quejes, eres demasiado pequeña para entenderlo. -volvió a dejar un beso-

Sacó mis bragas, lanzándolas vete tu a saber donde. Álvaro me miró y sonrió. Agitó el bote, de nuevo y depositó la nata en mi sexo. Si. Matarme ya. Álvaro separó mis piernas, me dedicó una mirada y lamió. Volví a arquear mi espalda. Mordí mi labio. Álvaro introdujo un dedo en mi, mientras su lengua jugaba con mi clítoris. Agarré las sabanas, solté un gemido y las apreté fuerte. Un, dos, quizá tres dedos, moviéndose demasiado rápido entro de mi. Gemido tras gemido, tenía la sensación de que iba a llegar. Agarré a Álvaro de la mano y le tiré en la cama. Le saqué el bóxer y me senté encima de él. Ataqué sus labios mientras hacia que entrara lentamente en mi.

-Mirame -supliqué- quiero que me mires. -mordí su labio-

Apoyé mis manos en su pecho y empecé a moverme. Álvaro soltó un gemido y cerró los ojos. Me mordí el labio. Mis movimientos iban subiendo de intensidad. Y otra vez, me encontraba debajo de Álvaro. Nuestras frentes estaban juntas y nuestras miradas estaban conectadas. Mis uñas estaban clavadas en su espalda. Álvaro empezó a embestir con fuerza, nuestros labios se rozaban. Álvaro soltó un gemido, siguió embistiendo y al poco rato, lo solté yo. Álvaro se dejó caer encima mío, con cuidado. Besó mi frente y mis labios y se puso a mi lado.

-Estoy todo pegajoso. -Hizo una mueca y solo reí-
-Vete a duchar -cerré los ojos-
-¿No vienes a ducharte conmigo? -besó mi hombro-
-Estoy muy cansada.
-Esta bien. Te quiero. -besó mi cabeza-

Álvaro se levantó de la cama y empezó a mover el culo mientras caminaba. Que tío. Me puse las manos en la boca para evitar reír, cuando entró en el baño me mordí el labio. ¿Se puede ser mas sexy?
Me quedé mirando a la nada, esperando a que Álvaro saliera del baño, pero no lo hacía, así que me levanté y fui hacia el baño. Álvaro hacía movimientos raros, como si estuviera bailando y estaba tatareando. Abrí con delicadeza la cortina y me metí en la ducha. Álvaro no se percató de mi presencia hasta que rodeé su cintura con mis brazos. Se sobresaltó y me miró.

-¿Te he dicho que te ves sexy con esos movimientos? -Reí-
-Se que soy sexy. Lo sé.
-Creído.
-Bonita
-Feo
-Preciosa
-Idiota
-Sexy
-Horco
-Reina de mis sueños
-¿Quieres callarte y besarme?
-A sus ordenes su majestad.

Álvaro me acorraló contra la pared de la ducha y me besó. Bajó sus manos y las puso en mi culo. Di un pequeño salto y rodeé sus caderas con mis piernas y me pegué más a él. Y ya os imagináis como acabamos. Se puede decir que fue la mejor noche de bodas que pude haber tenido. 


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Se que últimamente los capitulos son cortos y lo sientoooo. Pero bueno, a partir de la nueva temporada serán un porquito más largos LO PROMETO.
Si queréis preguntar o tenéis dudas sobre la nueva novela o la nueva temporada, preguntarlo en http://ask.fm/smileerauryner.
Besitooos.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Capitulo 79

Antes de todo, necesito que lean el comentario que está después del capítulo. ¡Gracias por leer! 



El mes ya había pasado. La boda está a la vuelta de la esquina. Que digo a la vuelta de la esquina... Si es hoy. Ah. Ah. Ah. Los nervios me atacan. Estoy nerviosa. ¿Porque? No lo se.
Estaba lista. Todo en orden. Estábamos fuera de la iglesia, esperando a que llegara mi padre para entrar. Cuando vino, miró hacia dentro de la iglesia y asintió. Me agarré a su brazo y las puertas que estaban entre abiertas se abrieron del todo. La música empezó a sonar. Los invitados se levantaron y nosotros empezamos a caminar lentamente hasta el altar. No podía sacar la mirada de encima de Álvaro, se veía tan jodidamente sexy con traje... Papá me besó la mejilla y me dejó con Álvaro, que sonreía como un niño pequeño cuando tiene un juguete nuevo.
Sinceramente, no sabía que haría sin él, pronto seremos una familia, todo lo malo quedará en el olvido y el estará conmigo a partir de ahora, para lo bueno y para lo malo. Le tengo aquí, a mi lado. Yo me enamoré de Álvaro Gango, no de Álvaro Auryn y eso me enorgullece.


-Álvaro, ¿Quieres recibir a Míriam como futura esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en las pobrezas, en la salud y en la enfermedad, amarla y respertarla durante todos los días de tu vida?

-Si, acepto. -Me miró y sonrió-

-Míriam, ¿Quieres recibir a Álvaro como futuro esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las pobrezas, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respertarlo durante todos los días de tu vida?

-Sí, acepto. -Sonreí-

-Entonces, yo los declaro marido y mujer. Álvaro, puedes besar a la novia.


Con una sonrisa, se acercó a mi, posó sus manos en mi cintura y me acercó a él lentamente. Y, como en una película, me inclinó, apoyando mi espalda en su pierna y me besó.


-Oficialmente ya eres mi mujer -Susurró en mi oreja-

-Oficialmente ya soy tu mujer -Sonreí como una boba.


Salimos afuera de la iglesia y fuimos atacados por un montón de granos de arroz y pétalos de rosa. No pudimos contener la risa. Seguíamos cogidos de la mano y entramos en la limusina que nos estaba esperando. Al llegar al restaurante, nos fuimos con el fotógrafo que habíamos contratado para que nos hiciera un par de fotos. Fuimos al jardín que tenía ese enorme restaurante y el fotógrafo nos empezó a decir como debíamos ponernos. Después de estar más de media hora posando, entramos en el restaurante. Todos estaban sentados en sus sitios. Nos sentamos en la mesa central y empezaron a traer la comida. La tarde se pasó volando, nos trajeron la tarta para cortarla. Nos trajeron como una especie de espada que yo agarré. ¡Peligro! Álvaro me cogió las manos y me ayudó a cortarla. Ambos teníamos una sonrisa de oreja a oreja. No podía creer que por fin estábamos casados, que íbamos a ser felices y que todo sería como un cuento de hadas. Después de que todo el mundo acabara de comer la tarta, los chicos incluido Álvaro subieron al escenario. Algo tramaban...


-Bueno, bueno. ¿Hola? ¿Se escucha?
-Melón, se escucha perfectamente -Dijo David pegandole una colleja-
-Auch, tranquilo.
-Bueno, nosotros estamos aquí arriba porque queríamos aprovechar que hay un escenario -Dijo Blas y rió- Es broma. Queríamos decir que, estamos muy contentos por que uno de nuestros hermanos por fin se ha casado.
-Exactamente. Desde que nos conocimos, se creó ese vínculo entre nosotros. Y nosotros que pensábamos que ibas a acabar más solo que un perro -Dijo David y todos rieron-
-Queríamos decir que estamos muy felices porque hoy, dos de nuestros mejores amigos se han casado. -Dijo Dani-
-Dos personas fundamentales para mi, hoy han prometido apoyarse pase lo que pase y se han jurado amor. -Carlos me miró- Quiero que sepas Míriam, que te espera una larga vida al lado de este personaje -Le palmeó la espalda- Y que más vale que te cuide y que te de todo lo que tu quieras, porque como me venga llorando por tu culpa, te arranco los...
-¡Carloooooos! -Grité- Hay menores.
-Lo siento -Se rascó la nuca y todos rieron- Solo queríamos decir que, os deseamos que seáis muy felices el uno con el otro. Os han pasado muchísimas cosas, os habéis separado, os habéis renconciliado, habéis perdido gente por el camino y recuperado a gente que no pensabais que lo haríais. Después de todo, merecéis ser felices.
-Por eso, hoy y ahora, os queremos cantar esta canción. Aunque el novio canta con nosotros -Dijo Blas y la gente carcajeó-


Las luces se apagaron. Los chicos agarraron los micrófonos y la música empezó a sonar. Don't give up my game empezó a sonar. Los chicos empezaron a saltar y a cantar. Como echaría de menos verlos encima del escenario. Cuando acabaron de cantarla, subieron unos taburetes al escenario y se sentaron. “Me gusta” empezó a sonar. David empezó a cantar y vi como miraba a Clara, que esta, le miraba con una mueca. Dani, mientras cantaba, sonreía como un bobo y le hacía caras a María, que esta sonreía como una boba. Carlos, como siempre, miraba hacia todos lados y de un momento miró a Andrea y levantó las cejas un par de veces y le guiñó el ojo. En el estribillo, todo el mundo se miraba, se sonreían e incluso se besaban. Me ponía demasiado feliz ver a todo el mundo así. Blas, siguió con su estrofa, demasiado melancólica y sabía que miraba a Eunice. Y Álvaro... Su voz, la canción, su gesto, el traje... Dios, me daban ganas de lanzarme contra él y no soltarle nunca. Me lanzó un beso y, como una colegiala, creí morir.
La canción acabó, todo el mundo se puso en pié y ellos bajaron. Cada uno se fue con su pareja, incluido David. Álvaro se acercó a mi y besó mis labios.


-Te adoro. Me encantas. No te vayas. Permanece a mi lado. Siempre. Para siempre. -Dijo entre beso y beso-
-Eres mi vida entera. No podría separarme de ti, no quiero ni puedo. Eres mío, mío y solo mío. -Sonreí de lado- Te amo.
-Eres la princesa de mi cuento.

-¡Que se besen! ¡Que se besen! ¡Que se besen! -Empezaron a cantar-

Nosotros soltamos una carcajada y unimos nuestros labios. Todos gritaban y aplaudían, hasta silbaban. A la noche ya, nos echaron del restaurante, así que Álvaro y yo volvimos a casa. Subí a la habitación y me quedé mirando al espejo, mirando mi reflejo. Tenía una sonrisa de oreja a oreja y aún tenía algún que otro grano de arroz en mi pelo. Me miraba en el espejo, y desvié la vista hacia mi barriga. Esta había crecido un poco, no tuve que retocar el vestido. Mis manos estaban puestas en mi barriga y, noté como unos brazos me rodeaban. Subí la mirada en el espejo y allí le vi. Sonriente. Apoyó su barbilla en mi hombro.


-No te preocupes. -Besó mi cuello- Tenemos tiempo para eso. -Tocó mi barriga-
-Hay algo que quiero contarte -Le miré a través del espejo-
-¿Que pasa amor? -Me di la vuelta y le miré-
-Primero de todo, perdóname, no lo hice con mala intención. -La sonrisa de Álvaro se esfumó- Lo segundo, quería que fuera una sorpresa para hoy y... lo tercero es que vamos a ser papás. -No se porqué pero cerré los ojos con fuerza. Al no recibir nada de Álvaro, los abrí lentamente y le miré- ¿Estas enfadado? Dime algo. Por favor. -Hice una mueca-
-¿De cuanto estás? -Me miró-
-Tres meses.
-¿Y porque no me lo has dicho antes?
-Como ya te he dicho.. quería que fuera una sorpresa... -Agaché la mirada- Se que no debí ocultártelo pero... -Álvaro me calló con un beso-
-Te amo, te amo, te amo, te amo.

Me abrazó y empezó a dar vueltas. Me agarré a su cuello y solté una leve carcajada.

-Entonces... entonces no estás enfadado?
-¿Como voy a estar enfadado? Es la mejor noticia que me has podido dar en el día de hoy. ¡Vamos a ser papás! -Volvió a abrazarme- Te amo. Te amo. Te amo. -Dijo entre beso y beso-

Álvaro, poco a poco empezó a desabrochar el vestido. Bajó las mangas con delicadeza, recorriendo con la yema de sus dedos mis brazos, hasta que las sacó. Nuestras bocas no se separaron en ningún momento. Saqué su americana y desabroché su camisa. Él bajó completamente el vestido y empecé a caminar. Álvaro se sacó la camisa y llevé mis manos a su cinturón.


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Primero de todo, aquí tenéis el capítulo. Lo siento por la tardanza pero, ahora me pondré manos a la obra para acabarla. Se que me mataréis por decir que esta novela se acaba y en verdad, estoy considerando su fin pero, tengo ideas para seguirla y no se que hacer. ¡No se que hacer! Por eso, voy a poner un pequeño cuestionario y seréis vosotros quien decidáis si queréis que continúe esta novela o no. ¡Confío en vosotras! ;) 
Segunda cosa, tenía pensado que dentro de dos o tres días empezar a subir la novela de "Mi bella traición" y sinceramente, espero que os guste porque a mi, me tiene "enamorada" espero que la miréis con buenos ojos y esas cosas jijiji (http://areyouwannamakemyday.blogspot.com/)
Y lo tercero, si queréis preguntar algo sobre las novelas y queréis que os lo conteste, preguntármelo por Ask. (http://ask.fm/SmileerAuryner) Sirve tanto para esta novela como para la otra.  Podéis preguntar lo que queráis sobre la novela, en plan cuando subiré o si volverán o si cortarán o yo que se, preguntas con vuestras dudas y esas cosas. 
¡Siento la molestia! Un beso a todas las que leéis la novela!!! 

sábado, 7 de diciembre de 2013

Capitulo 78







¿Quien puede ser a estas horas? No creo que Álvaro se dejase las llaves en casa”
Abrí la puerta sin mirar quien era, ni mirar por la mirilla.


-¿Que haces aquí? -Pregunté sorprendida-
-No me cogías el teléfono, has ignorado mis mensajes y mis llamadas... tenía que hablar contigo -Dijo mientras dirigía su mirada al suelo-
-¿Y si yo no quiero hablar contigo? Para algo te he dejado de contestar. ¿no crees? -Me tiré hacia un lado y entré en casa-
-Míriam por favor... tenemos que hablar. -Dijo mientras cerraba la puerta- Por favor -Me miró-
-¿Que quieres Marta? -Me crucé de brazos- ¿Volver a restregarme que las abandoné estos dos años? ¿Volver a restregarme que perdí a mi bebé? ¿Eso es lo que quieres? Porque si es así puedes irte por donde has venido...
-Míriam por favor, deja de ser tan fría...
-¿Como coño quieres que esté? -La miré- No fue nada bonito que tu mejor amiga te restriegue que perdiste a tu bebé. ¿Sabes?
-Bueno, basta ya! -Levantó el tono de voz y la miré- Me vas a dejar hablar, por favor. -Más que una pregunta fue una afirmación- A ver, se que estuvo mal que te dijera eso, pero comprendeme! No es nada bonito que tu mejor amiga se separe de ti cuando su novio le pide matrimonio... -Me miró- Nos dejaste Míriam... me dejaste de lado, a mi... a todas -Miró al suelo y suspiró- Ni siquiera le has preguntado a Clara como está, ni siquiera te has dado cuenta que Andrea está más feliz que nunca, ni siquiera... ni siquiera te has dado cuenta que estoy más gorda que la vaca lechera. -Derramó una lágrima y la secó enseguida- Lo siento, las hormonas.. ya sabes -Suspiré- En estos dos años te he necesitado más que a mi vida entera, te he necesitado a mi lado y tu ni siquiera has aparecido en el mapa, ni siquiera me has brindado tu apoyo. -Me miró- Hace año y medio, me separé de Hugo... no dejábamos de pelear y eso nos consumía, así que... me dejó. Te llamé mil y una veces, pero pasaste de mi o me decías que estabas ocupada y que ya me llamarías en cuanto tuvieses un lugar en tu apretada agenda -Ironizó- Realmente lo pasé muy mal... -Suspiró-
-Marta... yo...
-Nada Míriam -Me miró- ¿sabes que? Has cambiado -No apató la vista de mi- Has cambiado y mucho. Dime... ¿Cuando te dejamos de importar? ¿Cuando te hicimos algo para que nos abandonaras de esa manera? ¿Tan malas amigas fuimos?
-No es eso Marta... Yo...
-No quiero escucharlo Míriam -Miró hacia un lado- Yo solo he venido a decirte lo que te tenía que decir y a pedirte perdón, no tenía que haberlo dicho, pero me salió así. Sabes como soy -Volvió a mirarme-


Nos encontrábamos sentadas en el sofá. De repente, me entraron unos calores y unas ganas de vomitar tremendas. Me levanté rápido del sofá y salí corriendo al baño. Subí la tapa del váter y me dejé caer. Marta salió detrás de mi y como pudo me agarró del pelo. Cuando sentí que ya no podía más, que ya lo había echado todo, tiré de la cadena y me lavé los dientes.


-¿Te encuentras bien? -Dijo Marta con un tono de preocupación y yo simplemente asentí-
-Si, es solo que me debió de sentar algo mal. -Mentí.-
-¿Estas segura? -Volví a asentir- Me estás engañando -Se cruzó de brazos-
-¿Que estás diciendo Marta?
-¿Hace cuanto no te viene la regla? -La miré-
-Tres semanas -Dije sin rodeo- Vale, si... -suspiré-
-No deberías hacer esfuerzos Míriam...
-Lo se -Suspiré-
-¿Álvaro lo sabe?
-¿Que tengo que saber? -Dijeron detrás nuestra-
-Amor -Le abracé-
-¿Que tengo que saber? -Volvió a repetir-
-Nada -Reí nerviosa- Le estaba comentando a Marta que María mañana irá a encargar las invitaciones, así las enviamos.
-¿Cuales has escogido al final? -Dijo mientras iba a abrazar a Marta-
-Las que a ti te gustaban -Sonreí-
-Bien -Sonrió- Vaya -Dijo mirando a Marta de arriba a bajo- ¿Estas embarazada? -Marta asintió- Enhorabuena -La abrazó-
-Gracias Álv -Dijo mientras le sonreía y me miraba- Bueno, yo... tengo que irme. Hugo está en casa y salí sin decirle nada, lo más seguro es que esté preocupado.
-Te acompaño -Dije mientras nos íbamos hacia la puerta- Por favor, no le digas nada a nadie -Susurré-
-¿Porque? ¿Que ocultas? -Se cruzó de brazos-
-Solo esperate ¿si? Quiero que sea una sorpresa para Álvaro -Suspiré- Llevamos más de medio mes intentando que me quede embarazada... ambos lo queremos, pero quiero darle la sorpresa el día de la boda. -Suspiré- ¿Puedes guardarme el secreto? -Le puse ojitos- Por favor.
-Esta bien -Suspiró- Me voy.
-Gracias, amiga -La abracé, ella sonrió y me correspondió-


Después de despedirme de Marta, solté un leve suspiro, me apoyé en la puerta. Espero que todo me salga como lo planeado. Subí a la planta de arriba en busca de Álvaro. Escuché como abría el grifo de la ducha y me asomé.


-¿Que tal tu día? -Dije mientras le abrazaba-
-Bien -Se giró y me besó- ha sido un tanto agotador, pero bueno... nunca podré acabar de acostumbrarme -Suspiré-
-Y eso que no vais de gira. -Besé su cuello-
-Sobre eso... -Me separó de él- Tengo algo que decirte. -Me miró bastante serio-
-¿Que tienes que decirme? ¿Es algo grabe? -Movió los hombros hacia arriba-
-Depende de como te lo mires. -Hizo una mueca-
-Dime ya, Álv... me estoy poniendo de los nervios.
-Después de la luna de miel.... -Se rascó la nuca y suspiró- Haremos al última gira.
-¿Como que la última gira? -Le miré-
-Pues, hoy, hemos estado hablando con Magi. Todos hemos estado de acuerdo en esto -Me miró y me cogió de las manos- No quiero estar mucho tiempo fuera de casa, no ahora, cuando por fin estamos bien. Quiero quedarme aquí, contigo. -Puso una mano en mi mejilla- Quiero tener mi propia familia y no perderme nada por culpa de las giras. Yo... había pensado en llevarte conmigo a cada lugar donde vayamos, pero... los chicos sacaron el tema y llegamos a un acuerdo. Después de yo volver de la luna de miel, vamos a anunciar que nos separamos, que por el bien de los cinco y de todas nuestras parejas -Suspiró-
-Pero Álv... este es tu sueño, no quiero que por culpa mía o de las chicas dejéis de cantar. -Apoyé mi frente con la suya-
-Lo se, pero ha sido una decisión de los cinco, corazón. El tramite será lento, disfrutaremos lo más que podamos con esta última gira y después, seré todo tuyo, podremos recuperar todo el tiempo perdido, podremos estar juntos sin que miles de kilómetros nos separen cada día. -Me mordí el labio-
-Te adoro
-Y yo a ti, amor. -Me besó- ¿Quieres que nos duchemos juntos? El agua corre -Dijo mientras se giró-
-Claro, porque no -Le guiñé el ojo-


Álvaro se mordió el labio inferior, se acercó a mi y lentamente me sacó la blusa que llevaba puesta. Ambos nos mirábamos fijamente a los ojos, mientras nos despojábamos de la ropa. Mordí su labio inferior, mientras desabrochaba su cinturón, cuando sus pantalones ya estaban en el suelo, Álvaro me agarró de los muslos y enrollé mis piernas en su cadera, me apoyó en la pica mientras con sus manos recorría mi cuerpo y desabrochaba mi sujetador. Empecé a bajar el bóxer, mientras él seguía con sus caricias por todo mi cuerpo. Me ayudó a sacárselo. Volvió a agarrarme, esta vez, para dejarme en el suelo y ambos ya nos encontrábamos desnudos. Nuestros labios se unieron, y Álvaro entró con cuidado en la ducha. Yo le imité. Sin separarnos, nos sumergimos en los chorros del agua. Gemí en su boca, cuando choqué contra la pared, estaba helada. Álvaro volvió a cogerme por los muslos y volví a enrollarme en su cintura.


-Te amo -Le susurré en los labios-
-Eres el amor de mi vida. -Dijo mientras mordía mi lóbulo-
-Hazme tuya. -Susurré-
-Como usted desee.


Nuestros labios volvieron a unirse. Álvaro me apoyó en la pared y gemí en sus labios. Bajó sus besos hasta mi cuello, y allí se quedó mordiéndolo y chupándolo. Volví a gemir cuando ya le tenía dentro. Álvaro daba embestidas lentas mientras besaba mi cuello. El capullo sabía volverme loca. Con una mano entrelazó sus dedos con los míos y los llevó hasta arriba de mi cabeza, mientras con la otra mano él me sujetaba y yo perdía mis dedos entre su cabello. Nuestros ojos estaban conectados y yo solo me limitaba a gemir en sus labios.


-Más rápido -Le susurré-


Álvaro asintió y poco a poco fue subiendo la intensidad de esos embistes, haciéndolos más rápidos y más fuertes. Nuestras frentes estaban unidas, igual que nuestras manos y nuestros cuerpos. Álvaro gemía en mis labios y yo en los suyos. El calor empezó a apoderarse de mi cuerpo.


-Álvaro... -Gemí-
-Un poco más... -Dijo entrecortadamente- Solo un poco más.

Una... dos... tres... seis... quizás ocho embestidas más y ambos soltamos un gemido. Nuestras respiraciones estaban agitadas, nuestros pechos subían y bajaban sin control. Me solté de la cintura de Álvaro. Cuando recuperamos nuestras respiraciones, nos enjabonamos el uno al otro, sin dejar de besarnos en ningún momento.


-¿Cuando crees que llegará el día en que formemos una preciosa familia los dos juntos? -Dijo Álvaro mientras me abrazaba-
-No muy tarde -Dije apoyando mis manos sobre las suyas- ¿Que quieres que sea? ¿Niño o niña?
-Me da igual lo que sea -Besó mi cuello- Aunque preferiblemente preferiría una nena -Giré un poco la cabeza y le miré- Una nena igual de preciosa que su madre -Besó mi nariz-
-¿Serás el típico padre celoso que no la dejará salir con ningún chico? -Burlé-
-Claro. -Dijo serio- Pobre de aquel que se atreva a jugar con mi princesita... Se quedará sin carné de padre. -Solté una carcajada-
-Lo único que harás con eso será que se escape de casa solo para ver al chico -Sonreí- Y no queremos que eso pase. ¿Verdad? -Asintió- Serás un buen padre -Dije mientras le tocaba la mejilla-
-Y tu serás la mejor mamá del mundo -Me apretó más contra él-
-¿Como quieres que se llame?
-¿Quien? -Preguntó un poco confundido-
-¿Quien será Álv? La vecina de al lado -Notese la ironía-
-Ah... emm... no se. -Suspiró- ¿Como quieres llamarla tu?
-Leire -Sonreí como una tonta y le miré-
-Es un nombre precioso... -Sonrió-
-¿Te gusta? -Pregunté y él asintió- Entonces, se llamará Leire.
-¿Que te parece si nos ponemos manos a la obra? -Dijo con una sonrisa pícara-
-¿Tu es que no te cansas o que?
-Sabes que no -Sonrió y me besó-
-Eres de lo que no hay.
-Lo se, pero me quieres.

-Corrección. Te amo. -Le besé-