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viernes, 25 de abril de 2014

Capitulo 8 ST






-Porque?
-Porque no tienes ni idea lo que causas en mi

Pasó sus manos al rededor de mis caderas y me acercó a él. Mi corazón latía a mil por hora. Porque me ponía tan nerviosa?

-Pero no cambiemos de tema, porque dices que tienes un vago recuerdo?
-P-Porque... -Carraspeé- recuerdo que escuchaba unos llantos y que alguien hablaba conmigo cada día. No reconocía la voz y por más que quería despertar para saber quien era el que estaba conmigo y lloraba cada noche no podía. -Hice una mueca-
-Yo... siento si te molestó, pero...
-Para nada. -Acaricié su mejilla- solo... recuerdo que me sentía triste porque no lograba reconocer la voz, y sabía que realmente, el dueño de esa voz, lo estaría pasando mal, mal por mi... por mi culpa.
-No fue tu culpa... quizás si hubiéramos tardado un poco más, si ese camión no se hubiera saltado el maldito stop, estaríamos bien y felices.
-Yo... lo siento mucho, de veras. -Escondí mi cara en su cuello-



*




Me encontraba sentada encima de la mesa del comedor. Había desalojado todo y había sacado todo el pilón de fotos que habían en una caja. Intentaba ordenarlas por orden cronológico, sabía que por mi sola no podría hacerlo, así que más o menos me fui guiando sobre la fecha que había detrás de ellas. Desde que era pequeña, hasta ahora. Realmente, no sirvió para nada. Los recuerdos no volvían y yo me daba por vencida.


-Esta foto no va aquí -Dijo él señalándola. Mis colores automáticamente subieron-
-No?
-Nope. Esta nos la hicimos después de Mallorca, osea, tendría que ir aquí. -La colocó después de una foto, en la cual ambos salíamos sonriendo y abrazados. Él con traje y yo con vestido. Esa foto me causaba curiosidad.-
-Oye, esta foto -La señalé- fue en Mallorca?
-Sip.
-Íbamos a algún sitio, cierto?
-Habíamos quedado para cenar.
-Puedes contarme lo que pasó?
-Claro -Sonrió-

Dejó a la pequeña en el moisés y él se sentó en el sofá. Yo le imité.

-Esa noche íbamos a un restaurante un poco bastante caro, yo escogí el lugar y la comida que íbamos a comer. Habíamos cenado entre risas y bromas. Básicamente, esa noche, fue una de las mejores. -Sus ojos brillaban- Después del restaurante, fuimos hacia la playa, tu te sacaste los zapatos y fuiste directa a ella. -Sonrió- Lo recuerdo como si fuera ayer. Te veías perfecta. Nos sentamos y tu apoyaste la cabeza en mi hombro, y me susurraste que te lo habías pasado bien, que no te arrepentías de nada de lo que estaba pasando y yo te respondí que nunca me imaginé que alguien me hiciera sentir tan especial como me hacías sentir tu. Esa noche te dije que te quería, tu no respondiste, solamente me sonreíste y te tiraste encima mío. Y bueno... podemos decir, que esa fue la primera vez que hicimos el amor. -Abrí los ojos -
-Enserio? Quieres decir que lo hicimos... en medio de la playa? -Él asintió y sonrió-
-Era de noche Míriam, la playa estaba desierta y no había nadie, simplemente nos dejamos llevar.
-Guau. -Me levanté y me dirigí a la mesa, volviéndome a sentar en ella- Nos queríamos mucho, verdad?
-Si. -Pude ver algo de nostalgia en sus ojos- Sabes? Esa misma noche, te dije que te vinieras aquí, a Madrid, con nosotros.
-Pero... yo no soy de aquí? -Arrugué las cejas-
-Nop, tu eres de Jaén.
-Y nos conocimos en Mallorca, me equivoco?
-No.
-Entiendo... Y que pasó?
-Estás preguntona eh...
-No es eso. -Volví a sonrojarme. Eso se estaba haciendo común en mi- Es solo que, me da rabia no poder recordar nada. Han pasado casi tres meses desde el accidente y solo tengo en mente la pelea y casi nuestra sesión de sexo. -Mierda. Levanté la vista y le miré-
-Es por eso, por lo que te sonrojas a menudo? -Rió divertido-
-No tiene gracia vale? No me lo pones nada fácil, esas imágenes no salen de mi cabeza, es como si fuera un disco rayado, no paro de sentir tus manos recorriendo mi cuerpo, o tus labios besuqueando mi cuello... y no me lo pones nada fácil cuando te entran los ataques de pasearte por la casa sin camiseta.
-Tu estabas acostumbrada a eso. -Levantó los hombros sin darle importancia-
-Antes, tu mismo lo has dicho, pero no ahora... -Malditas mejillas, pondría la mano en el fuego a que, estarían apunto de explotar y habrían restos de mi, esparcidos por toda la casa-
-Y no te encantaría revivir algún momento de esos? -Dijo mientras subía y bajaba las cejas-
-Cochino -Le di un manotazo en el hombro-

No me había dado cuenta de que él estaba tan cerca de mi. Volvió a agarrar mi cintura, como anoche, y me acercó a él con cuidado, supongo que, por si me asustaba. Dejé mis piernas caer por el borde de la mesa, ya que las tenía cruzadas y rodeé sus caderas con ellas, juntandole aún más a mi.


-Estoy segura que a la antigua yo, eso no le habría importado. -Le miré directamente a los ojos- Pero creo que a esta, le da un poco de vergüenza.
-Vergüenza? Vergüenza porque? No sería la primera vez.
-Para mi, relativamente, si sería la primera vez. -Me sonrojé-
-Te sonrojas muy rápido. -Se acercó poco a poco a mi, hasta llegar a pegar nuestras frentes-
-No se que es lo que causas en mi...
-Te sonrojas por mi? -Mordí mi labio inferior y asentí- El labio. -Dijo mientras lo sacaba de mis dientes-

Inconscientemente, sonreí. Que pasaba si me mordía el labio? Supongo que nada bueno, pero quería comprobarlo. Creo, creo que ya se por donde va la cosa si me muerdo el labio y, creo que en estos momentos, no me importaría. Sonreí de una forma pícara y volví a morder mi labio inferior. Él me miró como diciéndome que me lo advirtió y, literalmente, devoró mis labios.

Miles de mariposas se encontraban revoloteando dentro de mi estómago. Llevé las manos hacia su cuello y automáticamente mis dedos se enredaron en su pelo. Tiré levemente de ellos, haciendo que él separase sus labios de los míos y soltase un leve gruñido. Solté una pequeña carcajada y, esta vez, fui yo quien devoró sus labios.

Sus manos exploraban mi cuerpo, mientras mis piernas se apretaban contra sus caderas, pegándolo más posible a mi. Metí mis manos por debajo de su camiseta y acaricié lentamente su espalda. Él hizo lo mismo conmigo, solo que él logró sacarla. Él se separó de mi y me miraba. Y otra vez, mi rubor se apoderó de mi cara, debido a que no llevaba sujetador debajo del pijama. Él se mordió el labio y, como impulso, le volví a besar. Como podía haber pasado tanto tiempo sin probar sus labios? Bueno, técnicamente en este caso tendría que decir que como podía haber pasado tanto tiempo sin besarle.

Justo, cuando su camisa estaba fuera de su sitio, el timbre de casa sonó. Él seguía besándome, sin importar quien estuviera fuera. El timbre se hizo insistente, me separé de él, bajé de la mesa y me coloqué mi camiseta, mientras que él iba bufando a abrir la puerta.

-Holaaaaa! -Se asomo una cabellera rubia por la puerta-
-H-Hola. -Arrugué las cejas-
-Que haces aquí melón?
-Pues, he venido a ver a mis dos preciosidades -Dijo mientras entraba en casa- Como estás? -Me abrazó-
-B-Bien, supongo. -Contesté algo incómoda-
-Porque estás tan roja? -Levantó una ceja- Oh dios mío, dime que no he interrumpido una de vuestras sesiones de sexo salvaje.
-Carlos... -Advirtió él-
-Encima tenéis a la niña como testigo... como se os ocurre?! Animales, con lo chiquita que es... -La sacó del moisés- Tienes unos padres muy irresponsables, lo sabes verdad? -Besó su frente-
-Quieres callarte de una puta vez? -Gritó molesto-
-Amigo... tendrías que ir a bajarte eso.

Seguí con la mirada lo que el chico rubio estaba señalando. Su... su cosa había crecido un poco más de lo normal. Mis ojos casi se salen de su lugar y como no, el rubor estaba ahí. El rubio soltó una carcajada y él, tras rodar los ojos salió disparado hacia arriba.

-Me podría no haber creído que no hubiera interrumpido nada, si él no estuviera así y su camiseta no estuviera ahí tirada en el suelo.

Giré disimuladamente para mirar hacia donde había lanzado la camiseta. Más roja no podría estar, maldita sea.

-En fin... no has interrumpido nada -Alcé los hombros-
-Como te encuentras? -Cambió de tema-
-Pues, bien. He perdido la memoria, no estoy enferma. -Me crucé de brazos-
-Lo sé, pero debe de ser una mierda eso de no reconocer a nadie -Alzó los hombros y se sentó en el sofá-
-No tienes ni idea.

El rubio puso a la niña encima de sus piernas, con cuidado. Agarró sus pies y empezó a jugar con ellos.

-Siento lo que pasó. -Murmuró-
-No fue tu culpa. -Le miré-
-Lo sé. Álvaro lo esta pasando realmente mal.
-Lo sé.
-No es el único -Arrugué las cejas-
-A que te refieres?
-Te acuerdas el día que vinimos aquí, todos? -Asentí- Ellos también están jodidos. Sobre todo Marta.
-La chica morena? -Él asintió-
-Si, es bastante duro para todos que no sepas reconocernos, pero, supongo, que es lo que nos toca aguantar.
-Sinceramente, dudo que recuerde algo más.
-Has recordado cosas? -Asentí- El que?
-Como, como a mi padre, cosas que han pasado con Álvaro, incluso cuando conocí a Àlex.
-Has... Has vuelto a hablar con él? Has vuelto a verle?
-Hace poco salí con él. -Levanté los hombros-
-Sientes algo por él? -Retuve la respiración. Siento algo por él? Àlex me hace sentir segura, me hace reír y hace que me olvide de todo lo que me está pasando. Pero, en cambio, Álvaro me hace sonrojar, me pongo nerviosa cuando está conmigo, y cuando está a milímetros de mí, siento que voy a morir de lo deprisa que me late el corazón, cuando me besa, siento mariposas en mi estómago. Pero... realmente, quiero a Àlex?-
-Yo... no se. -Suspiré- Creo que no. Àlex me hace reír y hace que me olvide de todo, pero tampoco se exactamente que es estar enamorada -Le miré- Ahora, realmente no lo se.
-Estar enamorado.. es una cosa complicada sabes? Pero, en mi caso, cuando estoy con Andrea, mi novia -Me miró- siento que la quiero tener a mi lado a todas horas, siento que si ella se va de mi vida, voy a morir. Cuando ella está cerca de mi, parezco un adolescente, mis manos sudan y tiemblan, mi corazón se dispara cuando la tengo realmente cerca, siento que la quiero proteger y cuidar. Con ella, veo que tengo futuro, que ella será la madre de mis hijos y que, dentro de cuatro meses, lo será.


Ambos nos quedamos en silencio. El rubio le hacía cosas a la pequeña para que riera, pero ella no le hacía caso. Escuchamos un leve carraspeo y ambos nos giramos. Él había bajado por las escaleras, tenía el pelo mojado y llevaba unos pantalones de chandal. Solté un suspiro y miré al rubio.

-Quieres quedarte a comer?
-No... tengo que ir con Andrea. Solo he venido a ver como estabais. Siento haber interrumpido.
-No pasa nada. -Le sonreí-
-En fin.

Se levantó con cuidado y dejó a la pequeña en el moisés. Se despidió de ambos y se fue.

-Es realmente raro.
-Si, pero le adorabas. -Le miré-
-Enserio?
-Si, para ti era como un hermano. Creo que, él también lo está pasando mal aunque intente ocultarlo.
-Me siento tan culpable -Escondí la cara entre mis piernas, ya que estaba sentada en el sofá-
-Porque? Tu no has tenido la culpa.
-Porque no dejo de hacerlos sufrir.
-Pero es que, vuelvo a repetir, no fue tu culpa.



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MI BELLA TRAICIÓN: CAPITULO 11                       http://areyouwannamakemyday.blogspot.com.es/2014/04/capitulo-11.html






@smileerauryn




martes, 22 de abril de 2014

Capitulo 7 ST





Sus labios rozaron con los míos y creí morir. Mis manos temblaban y sudaban, mi corazón iba a cien y mi cabeza ni pensaba. Sus labios rozaron un par de veces con los míos y, cada vez que lo hacía, crecía más las ganas que tenía de besarlo.

La puerta se abrió y yo rápidamente salí de su agarre y me senté en la camilla. Sentí como mi cara se acaloraba por segundos.

-Oh... lo siento. -Dijo la misma doctora que me atendió la última vez- Traigo los resultados, no hay nada fuera de lo normal, así que aquí tienes el alta. Si vuelve a pasarte esto, tomate estas pastillas. No abuses de ellas. -Advirtió-
-E-Esta bien.
-Bien, espero que te mejores.

Dicho eso, salió de la habitación y me giré para mirarle. En ese momento, caí en cuenta que la pequeña no estaba con nosotros.

-Y la pequeña?
-La he dejado con tus padres. -Se rascó la nuca- Saldré afuera para que te cambies.
-Esta bien -Bajé la mirada al suelo-

Sin decir nada más, él salió de la habitación y me cambié lo más rápida que pude. Cogí los papeles y ambos salimos del hospital. Nos montamos en el coche y nos fuimos.

-Me ibas a besar? -Pregunté tras un largo silencio-
-No si tu no querías. -Le miré-
-Y aunque no hubiera querído... lo hubieras echo?
-Puede -Alzó los hombros- Solo... solo quiero que no estés incómoda después de eso.
-Yo... no se si...
-Puede que te resulte difícil porque no me recuerdas, pero por favor, no hagas que esto sea más complicado, porque sinceramente... -Cogió aire- no puedo más -Susurró-

Le miré y arrugué el ceño. Que no puede más? A que se refiere? Va a dejarme sola? Me dejara?

-Eso quiere decir que... me dejarás sola? -Susurré-
-No, no pienso dejarte sola. Solo que, es justo para ti que, si después de un largo tiempo, no consigues recordarme... -Noté que le costaba hablar. Sabía que lo que vendría ahora, ni le gustaría a él, y probablemente a mi tampoco- Míriam, yo... no se como decirlo -Suspiró- solo quiero que, en caso de que no consigas recordarme, no quiero tenerte aferrada a mi.
-Con eso quieres decir que...
-Que te daré el divorcio si eso es lo que quieres. -Mis ojos se abrieron de golpe-
-Pero yo no quiero el divorcio. -Le miré- Y si después de divorciarnos, recuerdo algo? Y si después me arrepiento de haberme divorciado? No puedes hacer eso!
-No, no puedo, pero tampoco puedo obligarte a seguir conmigo si no quieres.
-Pero es que yo no he dicho que no quiera estar contigo.
-Antes dijiste que... -Le interrumpí-
-Se perfectamente lo que he dicho Álvaro, pero eso no significa que quiera distanciarme de ti. Eres lo único que conozco y algo en mi no quiere separarse de ti por alguna razón.
-El otro día cuando estabas con Alex parecías feliz.
-No te niego que Àlex haga sentirme bien y me hace sentir segura, pero no siento lo mismo que siento por ti -jugué con los dedos de mis manos- y no me preguntes que es lo que siento, porque ni yo misma lo se. Àlex solo quería hacerme sentir bien y me explicó cosas que ni siquiera podía imaginar -Suspiré-
-Que te contó? -Me miró-
-Que nosotros peleamos, y que poco después me lo encontré en mi pueblo y que algo surgió, pero volvimos aquí y me quedé contigo.
-Él se fue Míriam. El sueño que tuviste... tu te fuiste de casa porque no sabías que hacer. Àlex se iba a Barcelona y volvería con su novia, y tu no querías perderme. -Explicó- Te dejó.
-No me digas eso, quieres? En estos momentos, solo os tengo a él y a ti. Por favor, no hagas que desconfíe de él.
-Yo no voy a hacer nada. Tu eres bastante mayorcita para saber que debes hacer. Solo te digo que, si vuelves a enamorarte de él, antes de hacer algo de lo que te arrepientas, avisame, porque yo ya no puedo soportarlo más. -Sus manos apretaron el volante-
-Eso es una amenaza? -Dije con temor-
-No, es un aviso. He pasado por mucho Míriam, mi corazón simplemente ya no puede más.




*



Me encontraba en la habitación de la pequeña, sentada en la mecedora con ella en brazos. Hoy estaba revuelta y demasiado nerviosa, no dejaba de llorar y mis nervios se acababan. Me levanté, meciéndola un poco más rápido y le cantaba, pero nada resultaba calmarla.

-Leire por favor... calmate. No quieres comer, tienes el pañal limpio... que es lo que quieres?

Bufé un par de veces. Dejé a la pequeña en la cuna y llevé las manos a mi pelo. No me gusta para nada verla llorar. El corazón se me encoje y mis ojos se nublan, pequeñas lágrimas se acumulan en ellos.

-Por favor Leire...

Llevé las manos a mi cabeza, esta empezaba a dolerme. Maldita sea.



-Te voy a ser sincero... desde que te vi hoy en el aeropuerto, has causado en mi una cierta sensación que nunca la había sentido. Me siento muy bien contigo y me gustas. Nunca he creído en el amor a primera vista, hasta que te conocí. - Me quedé boquiabierta - Se que esto puede sonar muy rastrero o que me estoy aprovechando de ti, pero esto no es verdad. Cada vez que te veo el cuerpo se me estremece y hay cosquillas en mi barriga. Por eso, si Carlos no hubiera interrumpido... Yo.. te hubiera besado. 
-Entonces... ¿A que esperas?

Le miré, él sonrío y me besó. Madre mía. Que bien besa, que labios, que todo! Álvaro, ¿que estás haciendo?¡Me estoy excitando! Álvaro puso una mano por debajo de mi camiseta, al sentir su mano con mi piel, puedo notar que esta se me esta erizando. Esto nunca me había pasado, no a la primera vez de conocernos. Me separé de él y dejé que se estirase en el sofá para estirarme yo encima suyo. Que incomodo se estaba en el sofá, pobre Álvaro. No se como lo hizo, pero se incorporó, rodeé su cadera con mis piernas y me llevó hacia la cama, quedando yo debajo de él. Podía sentir sus manos como recorrían mi cuerpo. Estaba muy excitada. Metí sus manos por dentro de su camiseta, mientras el jugueteaba con mis labios. Saqué su camiseta y le miré a los ojos. ¿Como puede ser tan sexy? Podía notar todo su cuerpo encima mío y.. cuando digo todo es todo. Álvaro me sacó la camiseta y desabrochó mi bañador y empezó a jugar con mis pezones. Por el amor de Dios Álvaro, ¿A caso quieres que me muera? Di un giro en la cama y el quedó debajo mío. Me incorporé y me hice una coleta, que, acto seguido chocó contra el colchón, Álvaro volvía a estar encima mío. 



-Míriam, estás bien? -Preguntaron de golpe, sacándome de mis pensamientos-
-Que?
-Que si estás bien
-Oh, si, claro -Sonreí con nerviosismo- Lo que pasa que la pequeña no se calma y no se que más hacer. He intentado que comiera pero no come, el pañal lo tiene limpio y al mecerla no se duerme. -Llevé las manos a mi cabeza- Que tengo que hacer para que se tranquilice?

Él pasó delante mío y agarró a la pequeña, estuvo meciéndola un rato hasta que logró calmarla.


Se incorporó, rodeé su cadera con mis piernas y me llevó hacia la cama, quedando yo debajo de él. Podía sentir sus manos como recorrían mi cuerpo. Estaba muy excitada. Metí sus manos por dentro de su camiseta, mientras el jugueteaba con mis labios. Saqué su camiseta y le miré a los ojos. ¿Como puede ser tan sexy?


-Estás bien? -Volvió a preguntar y le miré-
-Porque lo preguntas?
-Porque te has puesto roja de un momento a otro.
-Y-Yo... es solo que... recordé una cosa y... y... bastante vergonzosa. -Noté que el calor de mis mejillas aumentaba más-
-Puedo saber que era? -Levantó la ceja-
-N-No creo que sea lo correcto... Digo... sería incómodo, o no... -Rasqué mi nuca- Será mejor que me eche un rato.

Salí corriendo de la habitación y me encerré en la que anteriormente había asignado como mi habitación. Me estiré encima de la cama. Seguían notando como mis mejillas seguían coloradas. No dejaba de pensar en el recuerdo o en la cosa que fuera eso que se metió en mi cabeza. Juraría, notar sus manos recorrer mi cuerpo, su boca recorriendo mi cuello y mis dedos enterrados entre sus cabellos.




*



No se en que momento me quedé dormida, pero lo que si puedo asegurar, es que me levanté jadeando y sudada, por no agregar que también me levanté excitada. Pero se puede saber lo que pasa por mi cabeza? No puedo parar de pensar como sus manos recorren mi cuerpo.

Como un simple recuerdo puede traerme tan loca? Quiero decir, parecía obsesionada con ese recuerdo y con sus manos recorriendo mi cuerpo, pero ni siquiera en la realidad había pasado. Bueno, si, pero no ahora.

-Míriam? -Escuché un susurró-

Me levanté de la cama, pasé mis manos por el pelo y abrí lentamente la puerta. Él estaba allí delante y solo vestía unos simples pantalones de chandal y nada más. Me ruboricé al instante.

-E-em... Y-Yo... Q-Que querías? -Enserio? No puedes escoger otro momento para tartamudear?. Pensé-
-Te venía avisar por si querías bajar a cenar.
-Oh, si, claro... mmmm... ahora voy.

Él asintió y bajó inmediatamente por las escaleras. Solté un suspiro y me resigné a bajar, no sin antes pasar por la habitación de la niña. Ella no estaba allí, supuse que él la tendría abajo.

Bajé de mala gana. Las imágenes volvieron a mi cabeza, otra vez haciéndome sonrojar.

-Quieres decir que te encuentras bien?
-De maravilla.
-Entonces porqué estás tan roja? -Levantó una ceja-
-Por nada... -Me quedé mirando su pecho y costillas, arrugué las cejas y me paré justo delante de él- Oye, estas cicatrices -Pasé mis manos cuidadosamente sobre ellas- son del accidente?

Él simplemente, se dedicó a cerrar los ojos y asintió lentamente.

-No recuerdo que fue exactamente lo que pasó, pero algunos cristales se clavaron cuando intenté sacarte del coche. -Levantó los hombros-

Se veía tan guapo. Su pelo estaba revuelto, sus ojos levemente cerrados mientras mis dedos tocaban esas pequeñas cicatrices. Había pasado por tanto, había estado un mes en el hospital conmigo, haciéndome compañía...

-Sabes? Creo recordar cuando me hablabas cuando estaba en coma.

Él abrió lentamente los ojos y me miró.

-Que quieres decir?
-Tengo... tengo un vago recuerdo. -Mordí mi labio inferior-

-No hagas eso -Susurró. Nuestras miradas conectaron en ese mismo instante-



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  @smileerauryn

domingo, 13 de abril de 2014

Capitulo 6 ST



-Q-Que has dicho? -Abrió los ojos de par en par-
-Yo... Yo no quise decir eso. Pero, es que no se lo que siento, estoy echa de pura confusión y tu no ayudas yéndote por ahí con la primera que se te cruza. No tengo ayuda, no recuerdo nada. Como crees que me siento? Eh? Tu no sabes lo jodido que es estar así, no lo sabes.
-Tu tampoco te has parado a pensar como debo estar yo. No tienes ni pizca de idea lo que he sufrido todo ese mes el cual tu has estado en coma. No tienes ni puñetera idea, así que no me vengas con que yo no te entiendo porque tu a mi tampoco. No sabes todo lo que sufrí, todo lo que sufrí cuando no podía sacarte del coche, cuando los médicos te estaban atendiendo, cuando casi te mueres delante de mi, cuando te inducieron al coma para poder salvarte, cuando estuve noche tras noche velando por ti en ese maldito hospital. -Vi como las lágrimas resbalaban por su cara- Tu no sabes lo duro que se me hace que no me reconozcas, que no recuerdes lo nuestro. No sabes lo duro que es escucharte decir que ya no me amas.

Ambos nos quedamos en silencio. Sabíamos que era difícil para los dos, pero no nos ayudábamos mutuamente. Entonces para que servía que me hubiera ido a vivir con él?

-Álvaro... -Intenté hablar, pero no me dejó-
-No te acerques. -Dio un paso hacia atrás- Cena tu sola, yo no tengo hambre.

Dicho eso, se encerró en la habitación. Solté un largo suspiro. Resignada, bajé a la cocina y me preparé una taza con cereales. Sinceramente no tenía hambre.

Me senté en el sofá y me encendí la tele. Dejé un programa de estos culebrones y poco a poco me comí los cereales.

No se en que momento me quedé dormida, pero noté como unos brazos me rodeaban la cintura y me elevaban con cuidado. Perezosamente rodeé algo con mis brazos, para no caerme, pero, estaba tan cansada que no tenía consciencia de nada.


Estaba en un coche, a mi lado conducía mi chico barbudo, iba concentrado, mirando a la carretera y hablándome animadamente. Ambos hablábamos, hablábamos de como sería la habitación de la niña, como sería nuestra vida a partir de ahora.

Todo se veía bien, estábamos ambos felices, hasta que unas luces nos iluminaron por la parte derecha del coche. Él intentó acelerar, pero no tuvo éxito.

El coche se sacudió, los airbags saltaron. El llanto había empezado, mi cuerpo dolía, dolía demasiado. Él gritaba mi nombre sin parar, me sacudía, pero yo no estaba consciente, ya no más, ya no hay más dolor.


-Míriam... Míriam... -Me sacudió-

Me levanté de repente, sudada y agitada. Cuando había llegado yo a mi cama? Que hacía él aquí?

Me sentía asustada. Mi pecho subía y bajaba y mis lágrimas empezaron a correr por mis mejillas. Me abracé contra él. Sentía que le necesitaba, sentía que debía tenerlo cerca, que con él estaba a salvo, que me ayudaría y que todo estaría bien.

Él me abrazó al instante. Intenté calmarme, pero mis lágrimas no cesaban. Sollozo tras sollozo me pegaba más a su cuerpo. Empezó a acariciar mi pelo, logrando tranquilizarme.

-Que ha pasado?
-Ha... ha sido una pesadilla, nada más. -Intenté tranquilizarme-
-Quieres contarme? -Negué rotundamente- Segura?
-Segura -Susurré-
-Bien.

Se separó un poco de mi pero, instintivamente, volví a abrazarme, pegándolo más a mi cuerpo.

-Quedate conmigo. -Susurré- No me dejes sola por favor. -Sollocé- Quedate, quedate.

Él volvió a acariciar mi pelo, una y otra vez. Sin dejar de abrazarme, se acostó y yo quedé apoyada en su pecho. Escondí mi cabeza en su cuello, oliendo su perfume.

Me tranquilicé al instante. Él bajó sus manos hasta mi cintura y me atrajo a él.

-Fue horrible -Susurré-
-No tienes porqué hablar si no quieres. -Acarició mi pelo- Será mejor que duermas.
-Quedate conmigo.
-Me quedaré aquí contigo, no te preocupes. Cuando despiertes aquí estaré -Acarició mi mejilla-
-Está bien.

Me acomodé mejor en su pecho y caí rendida ante los brazos de Morfeo.

Me desperté por culpa de una opresión al rededor de mis caderas. Llevé mis manos hasta ellas, topándome con otras manos. Entonces, recordé lo que pasó anoche. Se quedó conmigo.

Sonreí como una tonta enamorada. Me giré despacio y miré como dormía. Se le veía tan tranquilo y tan cansado...

Mordí mi labio inferior. Llevé mi mano hacia su pelo y empecé a acariciarlo con delicadeza. Bajé con cuidado uno de mis dedos y lo llevé hasta su mejilla y volví a subirlo hasta el pelo.

Él se removió y abrió poco a poco los ojos.

-Siento si te he despertado, te veías tan tranquilo durmiendo....
-Tranquila, estoy bien. -Sonrió-
-Siento haberte despertado anoche. -Hice una mueca-
-Deja de disculparte, esta bien. No iba a dejar que gritaras toda la noche, podrías despertar a la niña.

Asentí. Un vacío se colocó en mi pecho. No se porqué. Quizás, una parte de mi, haya pensado que anoche vino por el grito de mi pesadilla.

Sus manos dejaron de abrazar mi cadera. Su cuerpo ya no estaba en mi cama. Él había abandonado la habitación sin decir nada. Porque me sentía tan mal?

Fui hasta la habitación de la niña, como cada mañana, la cogí entre mis brazos y bajé a la cocina. Él ya había preparado el biberón y me lo tendió.



*


Después de haber dejado a la niña en la cuna, bajé a desayunar. Me sentía mareada.

Agarré una de las tazas que se encontraban en el armario, cuando iba decidida a ponerle la leche, sentí un pinchazo que traspasaba toda mi cabeza. Uno, dos, quizás tres. La taza resbaló entre mis manos, cayendo al suelo y rompiéndose. Solté un leve quejido. Dolía demasiado.

-Estás bien? -Él llegó de inmediato solté la taza-
-Me duele.... -Sollocé- Me duele muchísimo. -Llevé las manos hacia mi cabeza-

De un momento a otro, desvanecí.

*


-Le hemos echo un TAC y un par de pruebas para ver que es lo que le ha podido pasar. Lo más seguro que el dolor de cabeza solo provenga del estrés o como tu nos has dicho, de las pesadillas que tiene cada noche. Puede ser que ella se vea obligada a recordar su vida. -Suspiró- cuando tengamos las pruebas hablaré contigo, pero no te preocupes Álvaro, no será nada grabe.
-Tengo miedo Daniela. -susurró-
-Lo se Álvaro. -Sonrió- Veo como la miras. La debes querer muchísimo.
-Ya sabes que si. -Bufó-
-A mi no me mirabas igual. -Desvió su mirada- Me alegra de que esta chica te haga feliz, te lo mereces después de todo.
-Gracias. Supongo.
-Yo... siento haber sido tan zorra contigo.
-No tienes porqué disculparte.
-Si que tengo Álvaro, te hice daño dos veces... no me lo perdonaré nunca en la vida.
-Hace cuanto paso eso Dani? Quizás siete u ocho años... es agua pasada.
-Lo sé, pero igualmente el remordimiento sigue ahí. -Algo pitó- Es mi busca. -Lo ojeó- Tengo que irme. En cuanto tenga los resultados vengo y te digo algo. -Acarició su mejilla- Tardará en despertar un par de horas, tranquilo.
-Está bien. -Murmuró inseguro-



*



-Hola preciosa. -Dijo una voz cuando me desperté- Como te encuentras?
-Á-Álvaro? -Susurré-
-Estoy aquí -Acarició mi pelo con suavidad, como si me fuera a romper- Como te encuentras?
-Como si me hubiera pasado un camión lleno de elefantes por encima -bufé- que me ha pasado?
-Te has desmayado. Los dolores de cabeza eran muy fuertes como para soportarlos.
-Porque me siento atontada?
-Te anestesiaron nada más llegar aquí. -Acarició mi mejilla- Porque no me dijiste que te encontrabas mal?
-Porque no quería molestarte más de lo que te molesto. -Aparté mi cara de su mano-
-No me molestas Míriam.
-Se que eso no es verdad. Si que te molesto. Soy una completa desconocida metida en una casa desconocida, viviendo con dos personas que no reconoce... esto es realmente una mierda.
-Tranquilizate, vale? Tienes que darte tiempo.
-Pero me estoy cansando. Estoy cansada de vivir una noche tras otra la misma pesadilla. Tu me gritas, yo te grito y de repente estoy sola y nadie me conoce... es horrible.
-Dormiré contigo para espantar tus pesadillas. -Dijo mientras volvía a acariciar mi pelo-
-Harías eso por mi?
-Eso y mucho más. -Besó mi frente- Ahora deberías dormir antes de que tus dolores de cabeza regresen.



*


No quiero perder al amor de mi vida por un simple capricho -Dije sin dejar de mirarlo ni un solo segundo- ¿Porque todo es tan difícil Álvaro? ¿Porque la vida me pone tantos obstáculos? ¿Porque no puedo ser feliz de una vez sin ningún tipo de complicación?



*

Me desperté con una sensación extraña en el cuerpo. Por alguna razón me sentía nerviosa, intranquila y realmente confundida. Miré a mi alrededor e inmediatamente reconocí que estaba en el hospital. Él estaba tumbado en el sofá que estaba al lado de la camilla y tenía mi mano estrujada contra la suya. La aparté sigilosamente y con cuidado me levanté y me encerré en el baño. Lavé mi cara y mojé mi nuca, me miré en el espejo. No había nada interesante.

Volví a la habitación y él se había despertado.

-Buenos días -Sonreí-
-Hola.
-Como estas?
-Bien -Se estiró-
-Creo que... he recordado algo -él inmediatamente me miró-
-El que?
-Bueno, no se si es un recuerdo o solo ha sido un sueño, pero le he levantado con una sensación muy extraña...
-Dime que era, quizás pueda ayudarte.
-Estaba en un parque y llovía, estaba sola... realmente no se porque estaba allí, pero creo, que apareciste de la nada y estuvimos hablando y yo te dije algo así como “no quiero perder el amor de mi vida por un simple capricho” -Le miré- Dime que no ha sido producto de mi imaginación.
-No, no lo ha sido, realmente pasó Míriam. -Acarició mi mejilla-
-Entonces... porqué me siento así?
-Así como? -Frunció el ceño-
-Una parte de mi necesitaba que ese sueño hubiera sido real... siento que si que era verdad y siento algo aquí -llevé la mano a mi pecho- que no se explicar. -miré al suelo- Que me está pasando? -llevé las manos a mi cara-
-Estás recordando. -Su sonrisa era preciosa- Estás recordando -medio gritó. Me agarró por las caderas y me alzó al aire dando vueltas sobre él mismo-
-Bajame! -Reí- Vamos a caer.


Se dejó caer al sofá conmigo encima. Mis pulsaciones se aceleraron cuando quedé tan cerca de él. Nuestras frentes estaban juntas, nuestras miradas se cruzaban. Mis manos empezaron a temblar y diría que mi cuerpo estaba igual.


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@smileerauryn