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lunes, 5 de agosto de 2013

Capitulo 29







Tres meses habían pasado. Tres meses desde aquella insoportable cena. Tres meses en los que llevaba sin ver a Álvaro. Tres meses que vivía con las chicas en el piso.
Era un viernes por la mañana, estaba dormida, estaba molida. Llevaba estudiando toda la semana para los exámenes y la verdad es que estaba agotada. La alarma sonó y rápida me levanté y me fui a duchar, me vestí y bajé a preparar el desayuno para las chicas mientras estas se peleaban por el baño. Tostadas y zumo. Coloqué cuatro platos en el lugar donde se sentaban las chicas. Eunice bajó enfadada, como cada mañana. Andrea estaba más feliz que una perdiz ya que había hablado con Carlos la noche anterior y Marta se estaba duchando. Empezamos a desayunar nosotras tres ya que Marta siempre tardaba. Cuando acabamos, recogimos la mesa y fuimos a por las cosas para ir a la Uni. Marta había bajado, ya estaba lista y con sus cosas en la mano esperándonos. Como siempre, íbamos con prisas.


[Narra Marta]


Habíamos entrado ya en la Uni y cada una se separó para ir a las clases. Iba corriendo. Siempre llegaba tarde. Iba metida en mis pensamientos hasta que choqué. Mis libros cayeron en el suelo.


-Ostia santa. ¿Porque no miras por donde vas? ¿A caso eres imbécil o que?-Gruñó-
-Bueno, perdona. Tu también podías mirar por donde vas idiota. Me has tirado todos los libros. ¡Joder! No llego a tiempo a mi clase.
-Lo siento -Dijo el chico y paré la vista en él-


El chico era atractivo, moreno y muy borde. Me ayudó a recoger los libros. Cuando ya los tenía en la mano me largué rápidamente hacia clase ya que si no lo hacía llegaría tarde. Entré y por suerte, el profesor no había llegado. Saludé a las chicas y me senté detrás de Cande. Cande era una chica agradable, demasiado delgada y gritaba demasiado cuando se ponía nerviosa, pero también es una chica muy dulce y comprensiva. Me senté sola, como siempre hago. Prefiero que nadie me distraiga y así poder estar atenta a las clases. Pero eso cambió cuando el profesor entró y presentó al chico nuevo. Justo el chico con el que me había cruzado en el pasillo. Como solo había libre la silla que estaba a mi lado, él se sentó.


-Veo que nos volvemos a ver.
-Si. Por desgracia si -Gruñí-
-Yo.. Siento haberme comportado así en el pasillo. -Suspiró- Llevaba media hora buscando la maldita clase.
-Nadie te ha pedido explicaciones, chaval.
-Bueno, primero de todo este chaval tiene nombre -Burló- Me llamo Hugo. ¿Y tu preciosa? -Coqueteó-
-Mi nombre es que como no te calles te pego una ostia que vas a salir volando de aquí. -Gruñí-
-Vale, vale. Ya lo capto. Solo intentaba ser simpático
-Pues conmigo no lo intentes, porque no va a funcionar ¿Vale? Ahora callate porqué no me estoy enterando de una mierda.


El chico no dijo nada más durante aquellas horas infernales. Solo deseaba que pasasen e irme a casa a dormir un poco. Estaba cansada debido a los exámenes. Cuando por fin sonó el último timbre, recogí todo para irme. Cuando salí por la puerta una mano me agarró y me empotró contra la pared.


-¡Aya! -Me quejé- ¿Que coño estas haciendo?
-¿Porque coño eres tan borde chica? -Preguntó Hugo frunciendo las cejas-
-Pues soy así, si no te gusta, te jodes. Ahora suéltame -Le ordené-
-¿Y si no quiero?
-Pues voy a gritar. -Cogí aire para gritar pero Hugo me tapó la boca y fruncí el ceño-
-No creo que una preciosidad como tu, sea tan borde. No pega con tu físico
-Tal vez no. -Gruñí- Pero me suelo comportar así con la gente que no tiene respeto hacia las otras. Ahora, suéltame.
-Vamos a tener que compartir mesa durante todo el año, así que yo de ti me llevaría bien.
-¿Me estas amenazando? -Levanté una ceja-
-No, solo te estoy diciendo que nos queda un largo año de ser compañeros de mesa. Solo quiero llevarme bien contigo. -Dijo acercándose a mi-
-Pues hubieras pensado antes de llamarme imbécil ¿No crees?
-Ya te he pedido disculpas por eso. Estaba estresado y no sabía ni lo que decía.
-¿Me quieres soltar ya? -Moví mi mano para que se diera cuenta de que seguía cogiéndome- Me quiero ir de una vez a mi casa.
-Esta bien. -Me soltó y me separé- Hasta el lunes preciosa
-Adiós imbécil. -Gruñí-


La verdad que este tío me saca de quicio. ¿Pero quien se cree que es para cogerme y empotrarme contra la pared? ¿Quien se cree que es para acercarse así a mi? Salí corriendo de clase. Las chicas estaban afuera esperandome.


-¡Por fin sales hija! -Dijo Andrea sonriendo- ¿Donde te has metido?
-Es que... me quedé hablando con uno de la clase. -Suspiré- Es realmente pesado.-
-Adiós Marta -Dijo Hugo pasando por nuestro lado y levantando la mano, solo me limité a sonreír-
-¿Y este? ¿Quien es? -Dijo Míriam-
-El chico con que me quedé hablando. Esta mañana me tiró los libros y me insultó y por colmo después de clase me ha empotrado contra la pared y no me dejaba irme.
-¿Que?! -Gritaron las tres-
-Pues no esta nada mal -Dijo Eunice-
-La verdad es que tiene su punto -Dijo Mimi-
-Bueno, que me da igual. Me quiero ir a casa. ¿Vamos?
-Si por favor -Dijo Mimi- Quiero dormir.
-¿Y tu cuando vas a hablar con Álvaro? -Preguntó Andrea-
-No lo se -Susurró Mimi-
-¿Que pasa amiga? -Le pregunté y nos miró-
-Hace dos semanas que no me llama. -Suspiró-
-¿Y porque no nos dijiste nada? Sabiendo que nosotras llamamos a los chicos... ¿Porque no nos lo has dicho?
-Porque... no se -Susurró y pude notar que estaba apunto de llorar-
-¡Hey!¡Hey! No llores ¿Vale? -Dije abrazándola- si no te ha llamado por algo será. ¿No crees?
-Yo ya no se que creer, chicas. -Suspiró- Tengo presentimiento de que esto no va a durar mucho mas. -Se secó las lágrimas- No se...
-Quizá tendrás que esperar un poco más.
-¿Y si me está poniendo los cuernos? -Susurró-
-¡Como puedes decir eso! -Grité- Sabes que Álvaro te quiere, y mucho. No le veo capaz de que haga nada de eso.
-Marta, llevo tres meses sin verlo, tres meses. ¿Tu sabes lo largo y duro que se me ha echo? Encima, desde hace dos semanas, que no me llama, ni me envia mensajes ni nada. No lo entiendo. Carlos habla perfectamente contigo -Le dijo a Andrea- Encuentra tiempo, te llama y habla contigo aunque solo sean cinco minutos para preguntarte como estas, que tal tu día y para decirte que te echa de menos. Yo ni siquiera eso. -Intentó aguantar las lágrimas pero se le escaparon- Yo.. Yo ya no se que pensar, no se que hacer. -Dijo cogiéndose de los pelos-
-No sabemos exactamente el porqué de todo esto Mimi, así que no te asustes, ni te preocupes porque a lo mejor ha estado ocupado -Dijo Eunice- Venga, ya verás como esto será solo un susto.



Mimi asentía. Me mataba mucho verla así. ¿Porque el gilipollas de Álvaro no la llamaba? ¿A caso le estaba poniendo los cuernos? No. No creo. Álvaro no es de poner los cuernos. Tiene que haber alguna explicación... algo. Llegamos a casa y lo primero que hizo Mimi fue encerrarse en su habitación. No se para que sacamos el tema. Suspiré profundamente. Cogí mi móvil y marqué el numero de Álvaro, pero este no cogía. Llamé a Carlos, él siempre tiene el móvil encima.


-¿Hola? -Preguntó una chica desde la otra línea-
-Hola. -Dije cortante- ¿Esta Carlos?
-Si -Rió- Un momento, ahora se pone.


¿Hola? ¿Que me he perdido? ¿Que hace una chica con el móvil de Carlos?


-¿Si?
-Carlos. -Dije tajante-
-Oh, Hola Marta, ¿Que tal estas?
-¿Quien era esa chica y porque ha cogido ella el teléfono?
-Oh, em... Ella es Rocío.
-Y lo dices tan pancho. ¿Le estas poniendo los cuernos a Andrea?
-Eh, no, no. Yo no... Quiero decir -Corrigió- Rocío es una amiga de Blas, pero solo una amiga. Van juntos a la Universidad y como pasamos por aquí a hacer un concierto pues le ha venido a ver.
-Mmm. No se yo eh.
-Enserio Marta. ¿Como crees que le pondría los cuernos a Andrea?
-No lo se. Cosas peores he visto. ¿Que querías decir con que tu no? ¿A caso Blas o Álvaro le están poniendo los cuernos a alguna de ellas?
-¿Eh? No. -Dijo nervioso- ¿Para que llamabas?
-Para que me pases con Álvaro.
-¡Oh! Si. Ahora te lo paso. Un momento.


Pude escuchar como Carlos llamaba a Álvaro.


-Joder, ¿Quien es tío? Para que me interrumpes.Estaba apunto de ganarles!


Se escuchó con claridad y de repente se calló. Susurró un “mierda” y se puso al teléfono


-¿Si?
-Oh, veo que estas vivo -Dije con sarcasmo- Tienes a tu novia preocupada porque hace más de dos semanas que no la llamas. Va llorando por los rincones de la casa y tu ahí tan feliz sin llamarla. ¿Pero se puede saber que coño te pasa?
-Joder Marta. No me pasa nada. Solo que necesito tiempo. Solo eso.
-¿Tiempo? ¿Tiempo para que? Álvaro. -Suspiré- Tu quieres a Mimi?
-¡Claro, claro que la quiero! ¿Como me puedes preguntar eso?
-¿Entonces? ¿Porque necesitas tiempo? -Oí como Álvaro suspiraba-
-¡Joder Marta! La he cagado vale. La he cagado. -Noté como le temblaba la voz-


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