[Narra
María]
Dani
había acabado de hacerse el tatuaje en la clavícula. Anti-Hero.
Nuestras manos estaban agarradas cuando Demian empezó a hacerle el
tatuaje, él la apretaba, cada vez que le dolía y yo me limitaba a
devolverle el apretón o besarle la mano. Íbamos hablando de lo que
podíamos hacer después de salir de ahí, decidimos ir al centro
comercial, a comer y después a comprar algo. Y así lo hicimos. Al
salir de allí, fuimos al restaurante que se encontraba en el centro
comercial. Estábamos los dos riendo como tontos cuando mi móvil
sonó.
-¿María
donde estás?
-Con
Ariadna mamá -Dije mirando a Dani-
-¿Estas
segura?
-Hay
mamá, si, estoy con ella.
-Pasamela
-No,
esta en el baño... -Intenté no sonar desesperada-
-¿Desde
cuando eres tan mentirosa? -Dijeron detrás de mi y mi espalda se
tensó, giré lentamente la cabeza y allí estaba mi madre-
-Mamá...
-María...
-Dijo con un tono de decepción-
-Esto...
puedo explicártelo
-¿Explicarme
que? ¿Que me mientes en mi propia cara? No te eduque para que me
mintieras...
-Joder
mamá. ¿Y que iba a hacer? ¿Decirte que iba a salir con Dani para
que no me dejaras salir? No soy una niña pequeña. -Me crucé de
brazos-
-Ahora
mismo te vas hacia casa.
-No.
-La miré- No pienso irme.
-María...
-Que
no mamá -Me giré y miré a Dani- Vamonos.
-Hablaremos
cuando llegues a casa -Dijo enfadada-
Dani
no dijo nada, salió conmigo de allí. Me esperaba una gorda en casa.
Dani me abrazó.
-Siento
haberte puesto en este lío.
-No
ha sido tu culpa -Dije mientras ponía mis manos en su cara- Si le
hubiera dicho a mi madre que hubiera salido contigo, estaría
encerrada en mi casa como una quinceañera. -Suspiré- Ya verás la
que me caerá en casa -Hice una mueca- Pero bueno... Disfrutemos de
la tarde ¿Vale? No quiero pensar en mi madre -Suspiré-
Dani
asintió, y fuimos entrando en las tiendas pero, estaba en mi mundo y
no me apetecía comprar nada. Dani lo notó, así que me sacó de
allí y fuimos a dar una vuelta. Me hablaba de chorradas para
alegrarme, y la verdad es que se lo agradecía mucho. Me acompañó
hasta la puerta de casa y allí nos despedimos. Me dio un tierno beso
en los labios. Me dejó atontada. Entré en casa y allí me encontré
a mis padres, enfadados. Tragué saliva.
-Venga
aquí señorita -Dijo mamá y me resigné a ir-
-Que.
-Dije con sequedad-
-¿Te
parece bonito mentirnos sobre tu paradero y con quien estas?
-Preguntó enfadada-
-Mamá
por favor, soy mayor de edad, no hace falta que me protejas tanto.
-Estás
en mi casa, mi casa, mis normas. Si no puedes respetarlas será mejor
que te largues de aquí -Dijo papá enfadado y abrí los ojos -
-¿Que?
-Grité-
-Eso
María -Dijo mi padre- Que si no eres capaz de respetar las normas de
esta casa te vas. Hemos tenído suficiente con tu hermana para que
ahora tu hagas lo mismo que ella.
-Pero
bueno, ¿Que mierda de padres sois? -Pregunté mirándolos- ¿Como
podéis echar de casa a vuestra propia hija? -Les miré incrédula-
No me puedo creer, después de todo lo que le ha pasado a Ariadna,
seguís con el tema. ¿No os dais cuenta que os pasáis de
sobreprotectores? ¿No os dais cuenta que tengo que mentiros para
poder salir con quien yo quiera? No me extraña que Ariadna se haya
ido de este infierno de hogar, sois los peores. ¡Los peores! -Grité
y mi padre se acercó a mi a zancadas-
-No
te atrevas a decir eso niña insolente. -Me agarró del brazo-
-Papi,
suéltame... me estás haciendo daño -Dije intentandome soltar pero
no había manera, cada vez me agarraba más fuerte-
-Eres
una niñata consentida, no se como nos lo puedes pagar así,
mintiéndonos.
-Ya
está bien -Grité- Estoy harta, harta de que seáis tan
sobreprotectores, harta de que no me dejéis en paz, soy mayor de
edad y puedo hacer lo que se me antoje. -Me pegó una cachetada-
¿Pero quien te crees que eres? -Volví a gritar-
-Soy
tu padre, y hago contigo lo que quiero. ¿Te ha quedado claro?
-¿Tu
no vas a hacer nada? -Miré a mi madre- ¡Me acaba de pegar!
-Te
lo mereces. -Dijo cruzándose de brazos-
-Puah,
que asco de familia -Dije mirándolos y recibí otra ostia, pero esta
vez en los labios. Me toqué el labio y de él salía sangre-
Definitivamente estáis muertos para mi -Gritó- Y que no os quepa
duda que ahora mismo me voy de esta casa -Volví a gritar-
Subí
llorando a mi habitación. Saqué dos maletas de debajo de la cama y
las llené con toda la ropa y de mis objetos importantes. Todo lo que
no me podía llevar, me lo llevaría cuando mis padres no estuvieran.
Me lamí el labio, olvidando que estaba partido, y saboreé la
sangre. Entré en el baño para curarmelo. ¡Vaya regalo de
navidades! Salí corriendo de esa casa, corriendo como pude. Mis
lágrimas invadían mis ojos, mi pecho dolía, mis padres me habían
decepcionado. ¿Como podían tratar así a su propia hija? Cuando me
di cuenta, me encontraba en casa de Dani. Sabía que este tenía que
madrugar para mañana. Toqué el timbre reiteradas veces. Hasta que
abrió y se quedó mirándome, horrorizado. Yo no dejaba de llorar,
Dani me abrazó y hizo que entrara en casa.
-Por
dios santo. ¿Quien te ha echo eso? -Dijo levantando mi cara. Tenía
la mejilla morada y el labio partido-
-M...Mi
pp... padre. -Dije entrecortadamente, el llanto no me dejaba hablar-
-Oh
dios mio.. lo siento... -Dijo abrazándome-
-No...
no es tu culpa... yo... yo... no debí mentirles.
-¿Y
esas maletas?
-Me...
me he ido de casa -Dije un poco más calmada- En verdad, ellos me han
echado. -Suspiré y volví al llanto-
-Oh,
princesa..
-Dani
esto... -Dijo un chico entrando en la cocina- Ups, pensaba que sería
alguno de los chicos. -Dijo mirando desde el marco de la puerta-
¿Estas bien chiquilla? -Preguntó el rubio-
-S..
si.... -Miré a Dani- Puedes... ¿puedes llamar a mi hermana?
-Pregunté escondiendo mi rostro en su cuello- No.. no.. yo no..
-Tranquila...
tranquila -Dijo acariciándome el pelo- Dame tu móvil y la llamo -Se
lo di-
Conversación
telefónica
-María,
hola. -Dijo Ariadna medio dormida-
-No
soy María. -Dijo Dani mientras me acariciaba-
-¿Dani?
¿Eres tu? ¿Que haces con el móvil de mi hermana? ¿Le ha pasado
algo?
-Si...
bueno, no... necesita que vengas a buscarla Ari, ha tenido una pelea
con tus padres, está en mi casa...
-Oh,
dios mío. -Dijo horrorizada- Dame tu dirección y voy corriendo.
¡Malditos mal nacidos!
Dani
le pasó su dirección y en menos que cantaba un gallo ella estaba
allí. Carlos, miraba el panorama serio, yo no pude mirarle a los
ojos. Me daba vergüenza.
-Espera..
Yo a ti te conozco -Dijo Carlos mirándome- Has estado en alguna
firma ¿Verdad?
-S...si
-Dije mirando al suelo-
-Vamos,
mírame... -No le hice caso- Hey, no soy tan feo para que estés
mirando al suelo ¿no?
-No..
es que... te asustarás.
-Oh,
vamos. ¿De que tengo que asustarme? Si puedo ver la cara de Dani sin
asustarme es un milagro. -Reí y le mire- Oh, madre.. ¿Quien te ha
echo esto?
-Yo...
No hagas comentarios al respecto ¿si? -El asintió-
-¡María!
-Escuché el grito de mi hermana y vino corriendo hacia mi- Dios
santo, ¿Esto te lo ha echo papá? -Asentí y empecé a llorar- Eh,
tranquila... Te puedes quedar conmigo en mi casa ¿Vale? -Asentí-
Gracias por llamarme Dani
-No
hay de que, ella me dijo que te llamase. -Ariadna le abrazó-
-Gracias...
Anda sis, vamonos... tienes que descansar.
La
miré y asentí. Me despedí de Carlos y abracé a Dani y le di un
beso en la mejilla. Ariadna puso las maletas en su coche y nos fuimos
hasta su casa. Dejé las maletas en mi respectiva habitación, saqué
un pijama y me estiré en la cama, volviendo a llorar. Era la primera
vez que mi padre me pegaba. La primera y la última.
Me
quedé dormida en cuanto menos me lo esperé. Cuando me levanté,
bajé a hacer el desayuno ya que Ariadna seguía dormida. Puse una
bandeja de magdalenas con algunas galletas e hice un zumo de naranja.
Al poco tiempo, Ariadna se despertó y me abrazó. Intenté no llorar
y creo que lo consegui, aunque quería hacerlo. Desayunamos en
silencio.
-Oye,
ya que yo tengo coche y que tu estás aquí... Había pensado en
irnos ya a Jaén, así te apartas un poco de la realidad hasta que
esas dos personas lleguen. -La miré-
-Si...
como quieras.
-No
se como has aguantado tanto viviendo con ellos.
-Ya
-Suspiré- Nunca pensé que papá llegaría a ponerme una mano
encima... nunca me había pegado.
-La
que siempre se llevaba las ostias de papá era yo... -suspiró-
Supongo que siempre fuiste su favorita.
-No
sabes lo horrible que fue, papá me echó de casa, me pegó y mamá
solo decía que me lo merecía por ser mala hija y no se que cosas
más. -Apreté el baso de zumo- ¿Como unos padres pueden decirle eso
a sus hijas? No lo entiendo.
-Ya,
pero dejemos de hablar de ellos... nos pondremos mal las dos y no
quiero -Dijo levantándose- Anda, vamos a hacer una mini maleta y nos
vamos pa' Jaén -Dijo contentísima-
-Esta
bien cabeza loca. -Le sonreí- ¿Que haría yo sin ti? -Dije mientras
la abrazaba-
-Nada,
no harías absolutamente nada.
-Oh,
venga ya... -La fulminé con la mirada-
Ariadna
enchufó el reproductor de música, y empezó a bailar y a cantar
mientras hacía la maleta. Yo reía. Que hermana más loca me había
tocado.
-Eh
-Dijo llamando mi atención- Escucha esta canción que viene a
continuación. -Dijo levantando un dedo- Girl, i'm falling on my
knees I beg you baby please -Empezó a cantar y reí-
-La
que no le gustaba Auryn. Yo flipo contigo.
-Hombre,
ahora que tengo un cuñado cantante, tendré que escuchar sus
canciones para quedar bien con él ¿No crees?
-No
es tu cuñado idiota -La miré mal-
-¿A
no? -Me miró- ¿Entonces porque fuiste a él antes de venir aquí?
-Pues...
no lo se Ariadna. Cuando me di cuenta estaba en su casa, a parte,
mamá esta tarde nos pilló juntos, mientras se suponía que iba
contigo a lo del tattoo. -Suspiré-
-¿Y
no hubo besitos?
-Solo uno, cuando me dejó en casa... Pero no se, no hemos hablado de ello y él el sábado tiene una boda y hoy tiene un concierto -Suspiré- Prefiero tenerle de amigo,
antes que no tenerle...
-¿Y
si él quiere ser algo más que un amigo?
-No
creo... bah, no se. Ayer no se acercó aunque estuvimos bien hablando
-Levanté los hombros-
-Quiero
ver tu tattoo. -Dijo cambiando de tema-
-Ya
lo verás, está en la espalda.
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