[]
-Míriam, tenemos que hablar. -Dijo
entrando como si nada en mi casa-
-¿De que quieres hablar? Tengo que
irme al colegio -Dije sin mirarle-
-De nosotros. -Le miré, tenía los
ojos hinchados-
-¿Que pasa con nosotros? ¿has
estado llorando? ¿Que pasa?
-Pues... todo... ha cambiado. -Dijo
mientras miraba al suelo y se rascaba la nuca-
-Por algo será. ¿No crees? -Dije
cruzándome de brazos-
-Míriam por favor, esto se me hace
difícil... Quiero ser sincero contigo. He estado toda la noche
pensando en como decirte eso sin hacerte daño, porque aunque después
de todo lo que te diga, siempre te he querido
-Pues va, empieza. ¿Que querías
decirme el Viernes? -Me miró y suspiró-
-Yo... estoy confundido. -Se
asomaron un par de lágrimas en sus ojos-
-Confundido ¿De que? -Seguía con
los brazos cruzados-
-No se lo que siento por ti
-Escupió- Osea, yo, si, te quiero, en estos dos años y medio has
sido la niña de mis ojos, mi princesa, pero... Ana lo ha girado
todo, no se... estoy confundido. ¡Joder! -Me quedé callada. ¿Que
se supone que tengo que hacer?- Dime algo, por favor.
-¿Que quieres que te diga Andrés?
Dime, ¿Que quieres que te diga?
-No se... Yo es que... me siento
una basura, por un lado siento que te estoy traicionando por estar
enamorándome de Ana, pero por otra... a la otra parte no es que le
importe mucho. ¡Joder! Ya no puedo más con esto -Me miró- Lo mejor
será que nos tomemos un tiempo. -Escupió-
-¿Un tiempo? ¿Un tiempo para que?
¿Para liarte con ella y después volver? No. Paso. -Le miré- Paso
de estar detrás tuya. No siempre me vas a tener detrás tuyo para
cuando te rechacen descargues tu tensión sexual conmigo. No quiero.
Si estás enamorado de ella, vete con ella, pero a mi no me hagas
sufrir más. -Elevé el tono de voz-
-Míriam por favor... no grites.
-¿Que no grite? -Pregunté con el
mismo tono de voz- ¿Pero tu te estás escuchando? Dime la verdad
-Dije un poco más tranquila- ¿La quieres?
-Que no lo se Míriam, no lo se.
-Le miré- Es que Ana me hace sentir unas cosas, que dejé de sentir
contigo hace tiempo. Creo que... me he enamorado de ella -No pude
contener más las lágrimas- Será mejor que lo dejemos.
-No, no, no, no -Empecé a negar y
sollozar- Por favor Andrés, no...
-Míriam, yo ya no se lo que siento
por ti, no voy a estar perdiendo el tiempo contigo.
-¿¡Como me puedes decir eso?!
-Golpeé su pecho- ¿¡Como coño me puedes decir eso?! -Grité- Eres
un capullo -Volví a golpear su pecho- ¿Alguna vez me has querido?
-Le miré-
-Claro que si, pero...
-Pero nada, eres un capullo. -Volví
a golpearle- No sabes luchar por nada, me cambias a la primera de
cambio. Te he pasado muchas Andrés, he luchado para que esta
relación no se vaya a la mierda, y solo porque venga una puta que te
abra sus piernas ya te vas con ella? Esto es increíble -Volví a
pegarle- Eres un imbécil.
-No decías eso cuando gritabas mi
nombre -Dijo mientras cogía mis muñecas-
-¡Eres un asqueroso! -Grité- Te
odio, te odio -Intenté soltarme y lo conseguí-
-Esto ya no da para más. Hemos
terminado. Lo siento. -Se largó-
-Eso, lárgate. Lárgate de mi
vida, no regreses nunca, estúpido -Dije mientras cerraba la puerta
de un golpe-
[]
Por más que lo quería evitar, por
más que lo quisiera olvidar, eso no se iba de mi mente.
[Narra
Álvaro]
Había pasado una semana desde que
habían dado de alta a Míriam, una semana la cual ella volvió a
vivir conmigo, una semana la cual volvía todo a la normalidad, por
fin. Nos encontrábamos los dos en la cocina, preparándonos la
merienda, cuando Míriam me abrazó por la espalda y depositó un
beso en mi cuello.
-Me alegra volver estar así
contigo... te he echado muchísimo de menos -Dijo mientras me
apretujaba contra ella-
-Y yo corazón -Me giré- Te amo
con todo mi ser. -La besé-
-¿Corazón? -Arrugó las cejas-
¿Desde cuando tu me llamas así?
-Mmmm, no se. -La hacerco más
hacia mi- ¿No te gusta?
-Mmm, es muy cursi -Dijo poniendo
cara de asco- Pero siendo tu, te lo consiento -Sonrió y la besé-
-Te quiero.
-Y yo Álvaro, y yo. -Me abrazó-
¿Comemos? Tengo hambre -Se sonrojó-
-Claro.
Nos sentamos en la mesa. Cogí una
fresa y se la di, haciendo que ella riera. Era una completa loca. Una
loca que amaba con toda mi alma.
-¿Te apetece jugar? -Dijo poniendo
una sonrisa pícara-
-Si tu quieres... -Dije mirándola
y se levantó-
-Ahora vengo. -Salió corriendo
escaleras arriba-
Al poco tiempo, bajó con un
pañuelo y me sonrió.
-¿Confías en mi? -Preguntó
mientras se ponía detrás de mi-
-Que remedio -Suspiré-
-Venga, te va a gustar -Susurró en
mi oído y lamió mi lóbulo-
Tapó mis ojos, la verdad es que
temía un poco por mi vida. Míriam se sentó delante mio, lo noté
por sus manos.
-Tienes que adivinar lo que te voy
a dar de comer. Si no lo aciertas, serás castigado. -Soltó una
risita-
-Me das miedo.
-Tranquilo, no te voy a dar de
comer ninguna guarrada, ni nada que pueda intoxicarte -Acarició mi
mano- ¿Preparado? -Asentí- Vale. ¿Que es esto? -Dijo mientras
llevaba un cacho de lo que sea que fuera a mi boca-
-Mmm, manzana? -Pregunté no muy
seguro-
-Sip. ¿Y esto? -Dijo mientras me
besaba-
-Uhh, no lo se... Emmm. Un
melocotón? -Míriam carcajeó-
-¿Tan gordos son mis labios que
los confundes con un melocotón?
-Mmm, no. Pero quiero saber cual es
el castigo, me tienes intrigado.
-¿Seguro que lo quieres saber? -Se
levantó-
-Sip.
-Esta bien. -Se sentó encima mío,
a horcajadas- Yo de ti, acertaría las cosas -Susurró- Porque si
no... -Dijo mientras mordía y chupaba mi lóbulo- Acabarás por
explotar -Hizo un movimiento de caderas que, como siguiera así, el
juego duraría poco-
-No hagas eso -Gruñí-
-¿El que? ¿Esto? -Dijo mientras
chupaba otra vez, mi lóbulo- ¿O esto? -Se volvió a mover-
-Ambas cosas. Como sigas así, el
juego durará poco. -Dije mientras ponía mis manos sobre sus
caderas-
-Me importaría poco que el juego
no siga -Besó mi cuello-
Acertara o no, Míriam me estaba
torturando. Llegué a un punto que no podía más. Me saqué el
pañuelo, y la vi allí, sonriente. La besé, la besé como si se
fuera acabar el mundo. Pasé mis manos por debajo de su camiseta,
rozando su piel. Ella se tensó, en ningún momento dejó de besarme.
Saqué su camiseta, dejándo sus preciosos pechos al aire. Dejé de
besar sus labios, para besar su cuello, bajé por su clavícula y
seguí bajando. Me quedé mordiendo y chupeteando su pezón. Míriam
gruñía y se mordía el labio. Ella sabía mejor que nadie, que yo,
no me podía resistir a eso. La aferré más a mi y, aunque yo la
estuviera torturando, ella también lo hacia, no dejaba de moverse
encima mío. Ella, sacó mi camiseta y volvimos a juntar nuestros
labios. Como pude, la agarré. Ella enroscó sus piernas en mi
cintura, y la senté en la encimera. Volví a darle esos besos en el
cuello, pero esta vez quedándome ahí. Mordisqueaba y chupeteaba su
cuello, provocando que me jadeara en la oreja. Otra cosa que no
resisto. Dejándole pequeñas marcas en el cuello, le saqué como
pude el pantalón del pijama, seguidamente con sus bragas.
-Hazlo ya -Susurró-
-¿El que corazón? -Me hice de
rogar-
-Seamos uno, por favor -Jadeó y
puso su frente con mi frente- No me hagas volver a repetirlo.
-Mmm ¿Lo deseas? -Asintió-
¿Cuanto?
-Demasiado -Me acercó a ella con
sus piernas- Venga...
-¿Y si ahora te dejo así? -Le
dije mientras mordía suavemente su labio inferior-
-No serás capaz -Me miró-
-No, la verdad es que no.
Dicho eso, volví a besarla, y en
cuestión de segundos ya eramos uno. Volvía a tenerla conmigo,
volvía a disfrutar con ella, volvía a poder amarla. Esta vez, lo
tengo muy claro, no pienso separarme de ella. Ella es mi corazón, mi
vida, mi motor, sin ella, estoy perdido.
Hola cielo!
ResponderEliminarOHHHHHHHHH!!!! ES ABSOLUTAMENTE PERFECTO!!!
Me encanta, cada dia te superas mas, y como no, estoy enamorada mas y mas de tu novela.
No tengo nada malo para decirte lo unico que sigas asi que eres una escritora fabulosa y que espero pronto capítulos y si pueden ser de nuevos personajes como Blas.... jajajjaja lo se estoy obsesionada con el pero es que es tan asdffghjkll como lo es tu novela.
Espero pronto el siguiente.
Besos.
Tranquila María que Blas pronto aparecerá!!! jijijiji
EliminarMe gusta que te guste la novela, enserio!!! :P
Besitos guapetona!!