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domingo, 13 de abril de 2014

Capitulo 6 ST



-Q-Que has dicho? -Abrió los ojos de par en par-
-Yo... Yo no quise decir eso. Pero, es que no se lo que siento, estoy echa de pura confusión y tu no ayudas yéndote por ahí con la primera que se te cruza. No tengo ayuda, no recuerdo nada. Como crees que me siento? Eh? Tu no sabes lo jodido que es estar así, no lo sabes.
-Tu tampoco te has parado a pensar como debo estar yo. No tienes ni pizca de idea lo que he sufrido todo ese mes el cual tu has estado en coma. No tienes ni puñetera idea, así que no me vengas con que yo no te entiendo porque tu a mi tampoco. No sabes todo lo que sufrí, todo lo que sufrí cuando no podía sacarte del coche, cuando los médicos te estaban atendiendo, cuando casi te mueres delante de mi, cuando te inducieron al coma para poder salvarte, cuando estuve noche tras noche velando por ti en ese maldito hospital. -Vi como las lágrimas resbalaban por su cara- Tu no sabes lo duro que se me hace que no me reconozcas, que no recuerdes lo nuestro. No sabes lo duro que es escucharte decir que ya no me amas.

Ambos nos quedamos en silencio. Sabíamos que era difícil para los dos, pero no nos ayudábamos mutuamente. Entonces para que servía que me hubiera ido a vivir con él?

-Álvaro... -Intenté hablar, pero no me dejó-
-No te acerques. -Dio un paso hacia atrás- Cena tu sola, yo no tengo hambre.

Dicho eso, se encerró en la habitación. Solté un largo suspiro. Resignada, bajé a la cocina y me preparé una taza con cereales. Sinceramente no tenía hambre.

Me senté en el sofá y me encendí la tele. Dejé un programa de estos culebrones y poco a poco me comí los cereales.

No se en que momento me quedé dormida, pero noté como unos brazos me rodeaban la cintura y me elevaban con cuidado. Perezosamente rodeé algo con mis brazos, para no caerme, pero, estaba tan cansada que no tenía consciencia de nada.


Estaba en un coche, a mi lado conducía mi chico barbudo, iba concentrado, mirando a la carretera y hablándome animadamente. Ambos hablábamos, hablábamos de como sería la habitación de la niña, como sería nuestra vida a partir de ahora.

Todo se veía bien, estábamos ambos felices, hasta que unas luces nos iluminaron por la parte derecha del coche. Él intentó acelerar, pero no tuvo éxito.

El coche se sacudió, los airbags saltaron. El llanto había empezado, mi cuerpo dolía, dolía demasiado. Él gritaba mi nombre sin parar, me sacudía, pero yo no estaba consciente, ya no más, ya no hay más dolor.


-Míriam... Míriam... -Me sacudió-

Me levanté de repente, sudada y agitada. Cuando había llegado yo a mi cama? Que hacía él aquí?

Me sentía asustada. Mi pecho subía y bajaba y mis lágrimas empezaron a correr por mis mejillas. Me abracé contra él. Sentía que le necesitaba, sentía que debía tenerlo cerca, que con él estaba a salvo, que me ayudaría y que todo estaría bien.

Él me abrazó al instante. Intenté calmarme, pero mis lágrimas no cesaban. Sollozo tras sollozo me pegaba más a su cuerpo. Empezó a acariciar mi pelo, logrando tranquilizarme.

-Que ha pasado?
-Ha... ha sido una pesadilla, nada más. -Intenté tranquilizarme-
-Quieres contarme? -Negué rotundamente- Segura?
-Segura -Susurré-
-Bien.

Se separó un poco de mi pero, instintivamente, volví a abrazarme, pegándolo más a mi cuerpo.

-Quedate conmigo. -Susurré- No me dejes sola por favor. -Sollocé- Quedate, quedate.

Él volvió a acariciar mi pelo, una y otra vez. Sin dejar de abrazarme, se acostó y yo quedé apoyada en su pecho. Escondí mi cabeza en su cuello, oliendo su perfume.

Me tranquilicé al instante. Él bajó sus manos hasta mi cintura y me atrajo a él.

-Fue horrible -Susurré-
-No tienes porqué hablar si no quieres. -Acarició mi pelo- Será mejor que duermas.
-Quedate conmigo.
-Me quedaré aquí contigo, no te preocupes. Cuando despiertes aquí estaré -Acarició mi mejilla-
-Está bien.

Me acomodé mejor en su pecho y caí rendida ante los brazos de Morfeo.

Me desperté por culpa de una opresión al rededor de mis caderas. Llevé mis manos hasta ellas, topándome con otras manos. Entonces, recordé lo que pasó anoche. Se quedó conmigo.

Sonreí como una tonta enamorada. Me giré despacio y miré como dormía. Se le veía tan tranquilo y tan cansado...

Mordí mi labio inferior. Llevé mi mano hacia su pelo y empecé a acariciarlo con delicadeza. Bajé con cuidado uno de mis dedos y lo llevé hasta su mejilla y volví a subirlo hasta el pelo.

Él se removió y abrió poco a poco los ojos.

-Siento si te he despertado, te veías tan tranquilo durmiendo....
-Tranquila, estoy bien. -Sonrió-
-Siento haberte despertado anoche. -Hice una mueca-
-Deja de disculparte, esta bien. No iba a dejar que gritaras toda la noche, podrías despertar a la niña.

Asentí. Un vacío se colocó en mi pecho. No se porqué. Quizás, una parte de mi, haya pensado que anoche vino por el grito de mi pesadilla.

Sus manos dejaron de abrazar mi cadera. Su cuerpo ya no estaba en mi cama. Él había abandonado la habitación sin decir nada. Porque me sentía tan mal?

Fui hasta la habitación de la niña, como cada mañana, la cogí entre mis brazos y bajé a la cocina. Él ya había preparado el biberón y me lo tendió.



*


Después de haber dejado a la niña en la cuna, bajé a desayunar. Me sentía mareada.

Agarré una de las tazas que se encontraban en el armario, cuando iba decidida a ponerle la leche, sentí un pinchazo que traspasaba toda mi cabeza. Uno, dos, quizás tres. La taza resbaló entre mis manos, cayendo al suelo y rompiéndose. Solté un leve quejido. Dolía demasiado.

-Estás bien? -Él llegó de inmediato solté la taza-
-Me duele.... -Sollocé- Me duele muchísimo. -Llevé las manos hacia mi cabeza-

De un momento a otro, desvanecí.

*


-Le hemos echo un TAC y un par de pruebas para ver que es lo que le ha podido pasar. Lo más seguro que el dolor de cabeza solo provenga del estrés o como tu nos has dicho, de las pesadillas que tiene cada noche. Puede ser que ella se vea obligada a recordar su vida. -Suspiró- cuando tengamos las pruebas hablaré contigo, pero no te preocupes Álvaro, no será nada grabe.
-Tengo miedo Daniela. -susurró-
-Lo se Álvaro. -Sonrió- Veo como la miras. La debes querer muchísimo.
-Ya sabes que si. -Bufó-
-A mi no me mirabas igual. -Desvió su mirada- Me alegra de que esta chica te haga feliz, te lo mereces después de todo.
-Gracias. Supongo.
-Yo... siento haber sido tan zorra contigo.
-No tienes porqué disculparte.
-Si que tengo Álvaro, te hice daño dos veces... no me lo perdonaré nunca en la vida.
-Hace cuanto paso eso Dani? Quizás siete u ocho años... es agua pasada.
-Lo sé, pero igualmente el remordimiento sigue ahí. -Algo pitó- Es mi busca. -Lo ojeó- Tengo que irme. En cuanto tenga los resultados vengo y te digo algo. -Acarició su mejilla- Tardará en despertar un par de horas, tranquilo.
-Está bien. -Murmuró inseguro-



*



-Hola preciosa. -Dijo una voz cuando me desperté- Como te encuentras?
-Á-Álvaro? -Susurré-
-Estoy aquí -Acarició mi pelo con suavidad, como si me fuera a romper- Como te encuentras?
-Como si me hubiera pasado un camión lleno de elefantes por encima -bufé- que me ha pasado?
-Te has desmayado. Los dolores de cabeza eran muy fuertes como para soportarlos.
-Porque me siento atontada?
-Te anestesiaron nada más llegar aquí. -Acarició mi mejilla- Porque no me dijiste que te encontrabas mal?
-Porque no quería molestarte más de lo que te molesto. -Aparté mi cara de su mano-
-No me molestas Míriam.
-Se que eso no es verdad. Si que te molesto. Soy una completa desconocida metida en una casa desconocida, viviendo con dos personas que no reconoce... esto es realmente una mierda.
-Tranquilizate, vale? Tienes que darte tiempo.
-Pero me estoy cansando. Estoy cansada de vivir una noche tras otra la misma pesadilla. Tu me gritas, yo te grito y de repente estoy sola y nadie me conoce... es horrible.
-Dormiré contigo para espantar tus pesadillas. -Dijo mientras volvía a acariciar mi pelo-
-Harías eso por mi?
-Eso y mucho más. -Besó mi frente- Ahora deberías dormir antes de que tus dolores de cabeza regresen.



*


No quiero perder al amor de mi vida por un simple capricho -Dije sin dejar de mirarlo ni un solo segundo- ¿Porque todo es tan difícil Álvaro? ¿Porque la vida me pone tantos obstáculos? ¿Porque no puedo ser feliz de una vez sin ningún tipo de complicación?



*

Me desperté con una sensación extraña en el cuerpo. Por alguna razón me sentía nerviosa, intranquila y realmente confundida. Miré a mi alrededor e inmediatamente reconocí que estaba en el hospital. Él estaba tumbado en el sofá que estaba al lado de la camilla y tenía mi mano estrujada contra la suya. La aparté sigilosamente y con cuidado me levanté y me encerré en el baño. Lavé mi cara y mojé mi nuca, me miré en el espejo. No había nada interesante.

Volví a la habitación y él se había despertado.

-Buenos días -Sonreí-
-Hola.
-Como estas?
-Bien -Se estiró-
-Creo que... he recordado algo -él inmediatamente me miró-
-El que?
-Bueno, no se si es un recuerdo o solo ha sido un sueño, pero le he levantado con una sensación muy extraña...
-Dime que era, quizás pueda ayudarte.
-Estaba en un parque y llovía, estaba sola... realmente no se porque estaba allí, pero creo, que apareciste de la nada y estuvimos hablando y yo te dije algo así como “no quiero perder el amor de mi vida por un simple capricho” -Le miré- Dime que no ha sido producto de mi imaginación.
-No, no lo ha sido, realmente pasó Míriam. -Acarició mi mejilla-
-Entonces... porqué me siento así?
-Así como? -Frunció el ceño-
-Una parte de mi necesitaba que ese sueño hubiera sido real... siento que si que era verdad y siento algo aquí -llevé la mano a mi pecho- que no se explicar. -miré al suelo- Que me está pasando? -llevé las manos a mi cara-
-Estás recordando. -Su sonrisa era preciosa- Estás recordando -medio gritó. Me agarró por las caderas y me alzó al aire dando vueltas sobre él mismo-
-Bajame! -Reí- Vamos a caer.


Se dejó caer al sofá conmigo encima. Mis pulsaciones se aceleraron cuando quedé tan cerca de él. Nuestras frentes estaban juntas, nuestras miradas se cruzaban. Mis manos empezaron a temblar y diría que mi cuerpo estaba igual.


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@smileerauryn

4 comentarios:

  1. Oooooh así sí! mejora la cosa! jajajaja me encanta!

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  2. oleh! Por fin, despues de la tormenta, llega la calma.
    Hay, he llorando con el principio jo, son tan cucos ;_;
    Ojala Miriam recuerde de una vez y, ¿quien era la chica con quien estaba Alvaro en el restaurante? ¿la medica?
    ¡Siguela!

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  3. Aww, Álvaro la sigue queriendo de todos modos :')
    De esta segunda temporada, este capítulo se ha convertido en unos de mis favoritos. ¡Está recordando!
    SIGUIENTE :)

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