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martes, 22 de abril de 2014

Capitulo 7 ST





Sus labios rozaron con los míos y creí morir. Mis manos temblaban y sudaban, mi corazón iba a cien y mi cabeza ni pensaba. Sus labios rozaron un par de veces con los míos y, cada vez que lo hacía, crecía más las ganas que tenía de besarlo.

La puerta se abrió y yo rápidamente salí de su agarre y me senté en la camilla. Sentí como mi cara se acaloraba por segundos.

-Oh... lo siento. -Dijo la misma doctora que me atendió la última vez- Traigo los resultados, no hay nada fuera de lo normal, así que aquí tienes el alta. Si vuelve a pasarte esto, tomate estas pastillas. No abuses de ellas. -Advirtió-
-E-Esta bien.
-Bien, espero que te mejores.

Dicho eso, salió de la habitación y me giré para mirarle. En ese momento, caí en cuenta que la pequeña no estaba con nosotros.

-Y la pequeña?
-La he dejado con tus padres. -Se rascó la nuca- Saldré afuera para que te cambies.
-Esta bien -Bajé la mirada al suelo-

Sin decir nada más, él salió de la habitación y me cambié lo más rápida que pude. Cogí los papeles y ambos salimos del hospital. Nos montamos en el coche y nos fuimos.

-Me ibas a besar? -Pregunté tras un largo silencio-
-No si tu no querías. -Le miré-
-Y aunque no hubiera querído... lo hubieras echo?
-Puede -Alzó los hombros- Solo... solo quiero que no estés incómoda después de eso.
-Yo... no se si...
-Puede que te resulte difícil porque no me recuerdas, pero por favor, no hagas que esto sea más complicado, porque sinceramente... -Cogió aire- no puedo más -Susurró-

Le miré y arrugué el ceño. Que no puede más? A que se refiere? Va a dejarme sola? Me dejara?

-Eso quiere decir que... me dejarás sola? -Susurré-
-No, no pienso dejarte sola. Solo que, es justo para ti que, si después de un largo tiempo, no consigues recordarme... -Noté que le costaba hablar. Sabía que lo que vendría ahora, ni le gustaría a él, y probablemente a mi tampoco- Míriam, yo... no se como decirlo -Suspiró- solo quiero que, en caso de que no consigas recordarme, no quiero tenerte aferrada a mi.
-Con eso quieres decir que...
-Que te daré el divorcio si eso es lo que quieres. -Mis ojos se abrieron de golpe-
-Pero yo no quiero el divorcio. -Le miré- Y si después de divorciarnos, recuerdo algo? Y si después me arrepiento de haberme divorciado? No puedes hacer eso!
-No, no puedo, pero tampoco puedo obligarte a seguir conmigo si no quieres.
-Pero es que yo no he dicho que no quiera estar contigo.
-Antes dijiste que... -Le interrumpí-
-Se perfectamente lo que he dicho Álvaro, pero eso no significa que quiera distanciarme de ti. Eres lo único que conozco y algo en mi no quiere separarse de ti por alguna razón.
-El otro día cuando estabas con Alex parecías feliz.
-No te niego que Àlex haga sentirme bien y me hace sentir segura, pero no siento lo mismo que siento por ti -jugué con los dedos de mis manos- y no me preguntes que es lo que siento, porque ni yo misma lo se. Àlex solo quería hacerme sentir bien y me explicó cosas que ni siquiera podía imaginar -Suspiré-
-Que te contó? -Me miró-
-Que nosotros peleamos, y que poco después me lo encontré en mi pueblo y que algo surgió, pero volvimos aquí y me quedé contigo.
-Él se fue Míriam. El sueño que tuviste... tu te fuiste de casa porque no sabías que hacer. Àlex se iba a Barcelona y volvería con su novia, y tu no querías perderme. -Explicó- Te dejó.
-No me digas eso, quieres? En estos momentos, solo os tengo a él y a ti. Por favor, no hagas que desconfíe de él.
-Yo no voy a hacer nada. Tu eres bastante mayorcita para saber que debes hacer. Solo te digo que, si vuelves a enamorarte de él, antes de hacer algo de lo que te arrepientas, avisame, porque yo ya no puedo soportarlo más. -Sus manos apretaron el volante-
-Eso es una amenaza? -Dije con temor-
-No, es un aviso. He pasado por mucho Míriam, mi corazón simplemente ya no puede más.




*



Me encontraba en la habitación de la pequeña, sentada en la mecedora con ella en brazos. Hoy estaba revuelta y demasiado nerviosa, no dejaba de llorar y mis nervios se acababan. Me levanté, meciéndola un poco más rápido y le cantaba, pero nada resultaba calmarla.

-Leire por favor... calmate. No quieres comer, tienes el pañal limpio... que es lo que quieres?

Bufé un par de veces. Dejé a la pequeña en la cuna y llevé las manos a mi pelo. No me gusta para nada verla llorar. El corazón se me encoje y mis ojos se nublan, pequeñas lágrimas se acumulan en ellos.

-Por favor Leire...

Llevé las manos a mi cabeza, esta empezaba a dolerme. Maldita sea.



-Te voy a ser sincero... desde que te vi hoy en el aeropuerto, has causado en mi una cierta sensación que nunca la había sentido. Me siento muy bien contigo y me gustas. Nunca he creído en el amor a primera vista, hasta que te conocí. - Me quedé boquiabierta - Se que esto puede sonar muy rastrero o que me estoy aprovechando de ti, pero esto no es verdad. Cada vez que te veo el cuerpo se me estremece y hay cosquillas en mi barriga. Por eso, si Carlos no hubiera interrumpido... Yo.. te hubiera besado. 
-Entonces... ¿A que esperas?

Le miré, él sonrío y me besó. Madre mía. Que bien besa, que labios, que todo! Álvaro, ¿que estás haciendo?¡Me estoy excitando! Álvaro puso una mano por debajo de mi camiseta, al sentir su mano con mi piel, puedo notar que esta se me esta erizando. Esto nunca me había pasado, no a la primera vez de conocernos. Me separé de él y dejé que se estirase en el sofá para estirarme yo encima suyo. Que incomodo se estaba en el sofá, pobre Álvaro. No se como lo hizo, pero se incorporó, rodeé su cadera con mis piernas y me llevó hacia la cama, quedando yo debajo de él. Podía sentir sus manos como recorrían mi cuerpo. Estaba muy excitada. Metí sus manos por dentro de su camiseta, mientras el jugueteaba con mis labios. Saqué su camiseta y le miré a los ojos. ¿Como puede ser tan sexy? Podía notar todo su cuerpo encima mío y.. cuando digo todo es todo. Álvaro me sacó la camiseta y desabrochó mi bañador y empezó a jugar con mis pezones. Por el amor de Dios Álvaro, ¿A caso quieres que me muera? Di un giro en la cama y el quedó debajo mío. Me incorporé y me hice una coleta, que, acto seguido chocó contra el colchón, Álvaro volvía a estar encima mío. 



-Míriam, estás bien? -Preguntaron de golpe, sacándome de mis pensamientos-
-Que?
-Que si estás bien
-Oh, si, claro -Sonreí con nerviosismo- Lo que pasa que la pequeña no se calma y no se que más hacer. He intentado que comiera pero no come, el pañal lo tiene limpio y al mecerla no se duerme. -Llevé las manos a mi cabeza- Que tengo que hacer para que se tranquilice?

Él pasó delante mío y agarró a la pequeña, estuvo meciéndola un rato hasta que logró calmarla.


Se incorporó, rodeé su cadera con mis piernas y me llevó hacia la cama, quedando yo debajo de él. Podía sentir sus manos como recorrían mi cuerpo. Estaba muy excitada. Metí sus manos por dentro de su camiseta, mientras el jugueteaba con mis labios. Saqué su camiseta y le miré a los ojos. ¿Como puede ser tan sexy?


-Estás bien? -Volvió a preguntar y le miré-
-Porque lo preguntas?
-Porque te has puesto roja de un momento a otro.
-Y-Yo... es solo que... recordé una cosa y... y... bastante vergonzosa. -Noté que el calor de mis mejillas aumentaba más-
-Puedo saber que era? -Levantó la ceja-
-N-No creo que sea lo correcto... Digo... sería incómodo, o no... -Rasqué mi nuca- Será mejor que me eche un rato.

Salí corriendo de la habitación y me encerré en la que anteriormente había asignado como mi habitación. Me estiré encima de la cama. Seguían notando como mis mejillas seguían coloradas. No dejaba de pensar en el recuerdo o en la cosa que fuera eso que se metió en mi cabeza. Juraría, notar sus manos recorrer mi cuerpo, su boca recorriendo mi cuello y mis dedos enterrados entre sus cabellos.




*



No se en que momento me quedé dormida, pero lo que si puedo asegurar, es que me levanté jadeando y sudada, por no agregar que también me levanté excitada. Pero se puede saber lo que pasa por mi cabeza? No puedo parar de pensar como sus manos recorren mi cuerpo.

Como un simple recuerdo puede traerme tan loca? Quiero decir, parecía obsesionada con ese recuerdo y con sus manos recorriendo mi cuerpo, pero ni siquiera en la realidad había pasado. Bueno, si, pero no ahora.

-Míriam? -Escuché un susurró-

Me levanté de la cama, pasé mis manos por el pelo y abrí lentamente la puerta. Él estaba allí delante y solo vestía unos simples pantalones de chandal y nada más. Me ruboricé al instante.

-E-em... Y-Yo... Q-Que querías? -Enserio? No puedes escoger otro momento para tartamudear?. Pensé-
-Te venía avisar por si querías bajar a cenar.
-Oh, si, claro... mmmm... ahora voy.

Él asintió y bajó inmediatamente por las escaleras. Solté un suspiro y me resigné a bajar, no sin antes pasar por la habitación de la niña. Ella no estaba allí, supuse que él la tendría abajo.

Bajé de mala gana. Las imágenes volvieron a mi cabeza, otra vez haciéndome sonrojar.

-Quieres decir que te encuentras bien?
-De maravilla.
-Entonces porqué estás tan roja? -Levantó una ceja-
-Por nada... -Me quedé mirando su pecho y costillas, arrugué las cejas y me paré justo delante de él- Oye, estas cicatrices -Pasé mis manos cuidadosamente sobre ellas- son del accidente?

Él simplemente, se dedicó a cerrar los ojos y asintió lentamente.

-No recuerdo que fue exactamente lo que pasó, pero algunos cristales se clavaron cuando intenté sacarte del coche. -Levantó los hombros-

Se veía tan guapo. Su pelo estaba revuelto, sus ojos levemente cerrados mientras mis dedos tocaban esas pequeñas cicatrices. Había pasado por tanto, había estado un mes en el hospital conmigo, haciéndome compañía...

-Sabes? Creo recordar cuando me hablabas cuando estaba en coma.

Él abrió lentamente los ojos y me miró.

-Que quieres decir?
-Tengo... tengo un vago recuerdo. -Mordí mi labio inferior-

-No hagas eso -Susurró. Nuestras miradas conectaron en ese mismo instante-



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  @smileerauryn

1 comentario:

  1. Jajaja la pobre se siente incómoda con ese recuerdo y creo que Álvaro se está dando cuenta.
    ¿El divorcio? No no no, por favor :'( pero ¿le dirá que se besó con Àlex?
    SIGUIENTE :)

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