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viernes, 28 de febrero de 2014

Capitulo 2 ST





Me desperté por culpa del sol, que me daba de pleno en la cara. Me sentía débil, desorientada y no recordaba nada. Absolutamente nada. Abrí los ojos con pereza ya que me pesaban mucho. ¿Que se supone que había pasado?

Miré hacia mis manos, en una de ellas había una aguja pinchada. Me llevé las manos a la nariz, algo realmente molesto estaba allí, dándome aire.

La habitación era blanca, completamente blanca y muy triste. Me encontraba sola y como ya he dicho, desorientada. La puerta se abrió y pasó un chico, seguido de una chica vestida de verde con una bata. Les miré extraño. ¿Quienes eran? ¿Que hacían aquí?

-Bien Míriam, vamos a hacerte unas pruebas -Dijo la chica-
-P-Perdone p-pero.. -Dije con dificultad- ¿Donde estoy?
-En el hospital, te lo dijimos ayer. -Contestó la chica-
-E-en el hospital? Porqué? -Le miré con temor- Y-yo estoy b-bien... s-solo... solo me duele muchísimo la cabeza. -Llevé una de mis manos a la cabeza-
-¿Recuerdas algo? -Preguntó con calma-
-N-no.
-¿Sabes quien soy? -Preguntó el chico-
-¿M-mi doctor? -Dije con temor-

Hubo silencio. Un silencio bastante incómodo. ¿Porqué me daba la sensación de que eso ya lo había dicho? O por lo menos, de que había vivido una situación parecida?

El chico se pasó las manos por la cara y las llevó hasta su pelo. Soltó un suspiro y se sentó a un lado de la cama. Se me quedó mirando fijamente.

-Soy tu marido.

Me quedé mirándolo con miedo. ¿Mi qué?

Intentó tocarme el brazo, pero lo aparté rápido. El miedo invadía mi cuerpo. Él se puso pálido y se levantó de la cama y salió de la habitación con la mujer de la bata detrás.

-Tranquilizate Álvaro -Le agarró del brazo-
-¿Como no se puede acordar de mi? Se supone que ayer despertó, se supone que debería saber quien soy.
-Álvaro, los golpes en la cabeza son muy serios, no son nada comparados con los golpes que te das en una pierna o en un brazo. -Dijo seria-
-Dijiste que todo iba bien.
-Es lo que te acabo de decir Álvaro. Un golpe en la cabeza es algo serio, y más su golpe. A veces según como el tejido presione contra el cráneo puede provocar cierta discapacidad.
-¿Cierta discapacidad? Ella no se acuerda de mi, no se acuerda de nadie.
-Aunque esté despierta la inflamación puede provocar confusión, pérdida de memoria y cambios de humor muy constantes.
-¿Que?! -Gritó y se pasó las manos por el pelo-
-Eso es normal.
-Nada de esto es normal.

*

No se en que momento me quedé dormida. Ya no tenía el aparato molesto en mi nariz y tampoco tenía la aguja puesta en mi mano. Que alivio.

Me levanté con dificultad, necesitaba estirar las piernas, andar un poco. Salí de la habitación y fui hasta la sala de espera. Allí encontré al chico de antes, sentado en una silla y con las manos en la cabeza, escondiéndola. Con cuidado me senté a su lado y le toqué el hombro un par de veces, hasta que levantó la cabeza.

-¿Que haces aquí?
-No lo se -Alcé los hombros- ¿No crees que deberías ir a descansar? -Arrugué las cejas-
-No lo creo. -Agarró una bolsa y me la tendió- Te he traído algo de ropa. -Murmuró-
-Gracias -Sonreí- Em... Tengo hambre. Te apetece si... hum.. ¿Bajamos a comer? -Mis mejillas se sonrojaron-
-Vale. -Sonrió-

Bajamos hasta la cafetería del hospital y pedimos cada uno un bocata acompañado de un café y un agua. Nos sentamos a comer y ambos estabamos callados, hasta que decidí romper el hielo.

-¿Puedo preguntarte algo?
-Claro. -Dejó de comer y me miró- ¿Que quieres saber?
-Estoy casada contigo. ¿Cierto?
-Si.
-Bien. -Me callé- ¿A que me dedicaba?
-Acababas de acabar la carrera.
-¿Cual?
-Magisterio infantil.
-Guay. ¿Trabajaba?
-Nope.
-Entiendo. -Miré hacia mi bocata- ¿Soy alérgica a algo?
-Nope.
-¿T-tengo familia? -Levanté la vista hacia él-
-Sip. Tus padres, tus abuelos, tu hija y yo.
-¿Tengo una hija? -Me tensé. ¿Como no podía recordar que tenía una hija?-
-Sip.
-Ella es...?
-Sip, es nuestra.

En ese momento, sentí que me sacaba un enorme peso de encima. ¿Como podía ser que no recordaba nada?

-Me puedes contar como... como nos conocimos?
-Em... creo que no sería bueno forzar tu memoria Míriam.
-Por favor -Le puse un puchero-
-Esta bien -Bufó- Nos conocimos en el aeropuerto de Malloca.
-¿En Mallorca?
-Sip, tu estabas de vacaciones, habías acabado bachillerato y ibas con Marta a celebrarlo. Nosotros nos chocamos en el aeropuerto, y después nos vimos en el hotel y teníamos la habitación una a la otra. Por un momento pensé que eras una acosadora -Soltó una carcajada-
-¿Y eso porqué? -Arrugué el ceño-
-Pues, porque nosotros teníamos un grupo de música bastante famoso y no era normal que me encontrara a alguien tan seguido. Tu sabías quien era, pero en cambio no gritaste, ni te pusiste nerviosa, ni nada. Me llamaste la atención. -Sonrió y bajó la mirada-
-¿Cuantos años tengo?
-Veintidós.
-Y... Y tu?
-Veinticinco.
-¿Como se llama la niña?
-Leire.
-Bonito nombre. -Sonreí-
-Lo escogiste tu.
-¿De veras?
-Sip.

Nos quedamos en un silencio. Algo incómodo para mi gusto. No sabía donde mirar, no sabía que hacer. Él agarró mi mano y la apretó con fuerza y le miré.

-No te sientas mal. ¿Vale? Prometo que haré que recuerdes.
-No prometas algo que no sabes si podrás cumplir -Suspiré- ¿Que pasa si la antigua yo no regresa? ¿Que pasa si mi nueva yo no logra volver a sentir lo mismo? ¿Eso implicaría que tendríamos que pedir el divorcio o algo parecido? -Hice una mueca-
-Poco a poco volverás. Tengo fe en ti.

Sonreí. Sus palabras me dieron confianza. Acabamos de comer y subimos a la habitación. Estaba realmente cansada y me empezaba a doler la cabeza. Él me ayudó a subirme a la cama y en menos que canta un gallo me quedé dormida.

La siesta duró poco. Cuando desperté, él estaba allí con un pequeño bebé en brazos. Respiré profundo y con mucha fuerza de voluntad abrí los ojos.

-Lo siento -Susurró-
-Tranquilo.

Me incorporé y me senté, mirándolo.

-Ella es..
-Leire -Sonrió- ¿Quieres cogerla?

Por un momento, me entró el pánico. ¿Como se supone que voy a coger a un bebé? Y si le hago daño, y si se me cae? Creo que él entendió mi temor, sonrió y con mucho cuidado puso a la pequeña en mis brazos. Me indicó con mucho cuidado como debía cogerla.

Era preciosa. Tenía un tono rubio, sus ojitos estaban cerrados y sus manos no paraban de abrirse y cerrarse despacio. Me quedé encandilada mirándola. Era divina, por no decir preciosa.

-Es hermosa.
-Todo el mundo dice que se parece a ti -Sonrió- ¿Puedo hacer unas llamadas? Tus padres están preocupados, necesitan saber que estás despierta.
-Oh, claro pero.. ¿Me tengo que quedar con ella? -El pánico me invadió-
-Sabrás hacerlo -Besó mi frente- Ahora mismo regreso.

Él salió por la puerta y yo miré a la pequeña. Esta, empezó a hacer unas muecas y empezó a llorar. El pánico se apoderó de mi otra vez. Por instinto, empecé a mecerla y le tatareé una canción, esta, pareció calmarse.

  • Ya pasó la tempestad, tienes la oportunidad de olvidar aquello que nos hizo amar”

Cuando quise dame cuenta, él estaba apoyado en el marco de la puerta, aplaudiendo.

-Hacía tiempo que no te escuchaba cantar. -Sonrió-
-¿Cantaba?
-En realidad, era más como un hobby. ¿Sabes que esa canción era nuestra?
-¿Enserio? -Abrí los ojos-
-Si, fue una de las que tocamos cuando nos presentamos a Eurovisión.
-¿Euro que?
-Nada. -Soltó una risita- te ves tan tierna con Leire en brazos.. -Mordió su labio inferior-
-Esto... -Me quedé mirándolo. No me acordaba de su nombre-
-Álvaro. -Dijo él mientras se acercaba-
-Si, eso, em... ¿Cuanto tiene la niña?
-Un mes.
-¿Un mes?
-Sip.
-¿Cuanto llevo en coma?
-Un mes. -Arrugué las cejas-
-¿Como es eso posible? -Él suspiró-
-Cuando te dieron el alta, fuimos a comer y bueno, un camión chocó contra nosotros. Yo solo salí con heridas y la niña estaba ilesa ya que iba en mi parte pero el camión chocó contra tu lado y te diste un fuerte golpe en la cabeza, a parte de todos lo moratones y los rasguños que tienes por todo tu cuerpo. -Hizo una mueca-
-No te culpes. -Fue lo primero que dije- Quiero decir, seguro que no fue tu culpa, no te culpes porque yo esté así. Confío en las palabras que me has dicho antes. Tengo fe de que la antigua yo regresará y sabrá hacerte feliz. Y de verdad, de verdad lo lamento, lamento haberte echo sufrir durante todo este mes, y lamento hacerte sufrir durante todo lo que quede hasta que me recupere. No podría imaginar el infierno que es todo esto para ti.
-Tranquila -Acarició mi mejilla- Tu padre y tus abuelos vendrán en el próximo avión, quieren verte y tu madre vendrá cuando pueda. La pequeña Lis no para de preguntar por ti ¿sabes?
-¿Quien es Lis?
-Tu hermana pequeña. Debe de tener ya aproximadamente seis o siete añitos. No recuerdo bien.
-Oh.

No fui capaz de decir nada más. Leire comenzó a llorar y él la agarró en brazos y sacó un pequeño biberón de él. Lo agitó un poco y con cuidado se lo puso en la boca. La niña lo recibió sin ningún problema y empezó a chupar por la tetina. Con sus pequeñas manitas, se iba tapando la cara o iba tocando el biberón.



Simplemente me quedé maravillada ante esa criatura.




@SmileerAuryn 

2 comentarios:

  1. Dios que perfección es precioso no e comentado antes porque no e podido pero me encant de verdad sigue siguiente yaaaa (este es la cuenta de mi padre )me llamo Ana y soy de granada besos

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  2. Oins, precioso capítulo. ¿Se puede perder la memoria de nuevo? No lo sabía oye...
    Seguro que la antigua ella volverá.
    SIGUIENTE :)

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