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domingo, 3 de noviembre de 2013

Capitulo 75





Se que no tengo que ser rencorosa, que a lo mejor se habrán olvidado de mi cumpleaños, pero... ¿Que todo el mundo se haya olvidado de mi cumpleaños? O vivo en un día que no es el mío, o es que realmente no le importo a casi nadie.
Suspiré resignada. Entramos en casa y me dejé caer en el sofá. Rápidamente, Nala vino hacia nosotros y subió al sofá, mientras movía la cola con entusiasmo. Me senté en el sofá y la cogí. ¿Como una cosita tan pequeña podía enamorarte en un día?


-Habría que sacarla -Dijo Álvaro mientras cogía su correa- Lleva todo el día encerrada, pobre.
-Si.. Anda trae -Dije mientras estiraba el brazo para que me diera la correa-


A Nala no es que le gustase mucho estar atada, ya que cada vez teníamos guerra para ponerle la correa. Después de tantos intentos, lo logré. Me levanté del sofá con pesadez y salimos. Álvaro pasó su brazo por mi cuello y me acercó a él. Llegamos a un parque y soltamos a Nala. Nos sentamos en un banco.


-¿Que crees que estarán haciendo los chicos? -Pregunté después de un largo silencio-
-No lo se. ¿Porque lo preguntas? -Dijo mientras besaba mi mejilla-
-Por nada, curiosidad. -Intenté sonreír- No se nada de ellos desde hace un par de días, me tienen preocupada.
-Sabes como son, seguro que cada uno estará con sus parejas ajenos de todo... Ya sabes... -Besó mi frente-
-En fin... -Suspiré-
-¿Estas bien? -Dijo mientras se separaba-
-Si, claro... ¿Como no voy a estar bien? Te tengo a ti, aquí a mi lado. -Le miré- No te vayas nunca de mi lado, por favor. -Supliqué-
-¿Crees que me voy a ir? Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. -Acarició mi mano- Me he separado de ti dos veces, y esas dos veces, sentía que me moría... Eres mi vida Míriam. No quiero que te largues, no quiero volver a perderte, me niego rotundamente... “Sin ti no soy nada” -Canturreó y sonreí-
-Te amo -Besé sus labios-
-Y yo amor. Y he estado pensando una cosa... -Se calló-
-Vaya, ¿Tu pensando?
-¡Oye! -Me dio un mini empujón- Había pensado en que, ya que hemos vuelto, en que nos han visto juntos por ahí y subí aquella foto en twitter tuya y de Nala... En volver a hacerlo oficial -Le miré-
-Sabes que oficial ya es. No veo la necesidad de ponerlo en twitter, vamos... no se, pero si tu quieres yo no me negaré -Acaricié su mejilla-
-Entonces... ¿Me dejas hacerlo?
-Que si pesado, si es lo que quieres...
-¡Yupi! -Le miré y solté una carcajada-
-Eres como un niño pequeño.
-Puede ser, pero los niños pequeños no hacen esas cosas tan malas de esta mañana -Besó mi nariz-
-Eres un cochino -Le pegué en el hombro-


Álvaro sacó su móvil, puso la cámara, me acercó a él. Apoyé mi espalda en su pecho y el apoyó su barbilla en mi hombro, estiro el brazo, me dio un beso en la mejilla y cerré los ojos, sonriendo como una niña pequeña. Echó la foto. Dejó otro beso en mi mejilla, me separé de él y tecleó rápido algo, que ni siquiera vi. Fui en busca de Nala y nos fuimos hacia casa.

-Ah, quiero que esta noche te pongas el vestido que te he regalado -Dijo Álvaro mientras se apoyaba en el marco de la puerta-
-¿Para que? ¿Vamos a salir? -Dije mientras me empezaba a sacar mis pantalones-
-Miriam, no hagas eso -Dijo mientras se mordía el labio inferior- Y si, vamos a salir
-¿Es obligatorio? -Bufé-
-Si. -Se cruzó de brazos-
-Está bien. -Me puse el pantalón del pijama-
-¿No crees que es un poco, demasiado, corto? Todavía hace un poco de frío.
-Sip, pero tengo calor -Le guiñé el ojo-
-¿Quieres guerra? -Me miró sorprendido-
-¿La quieres tu? -Dije mientras me saqué la camiseta y me acerqué a él-
-Cada día me sorprendes más. -Me agarró de la cintura-
-Mmm ¿Eso es bueno no? -Dije mientras mordía su labio inferior-
-No hagas eso -Gruñó-
-¿El que? -Comencé a retroceder- ¿Esto? -Volví a mordele el labio-
-Controlate.
-¿Yo? Si no estoy haciendo nada -Susurré en su cuello- Venga, no te hagas el duro, sabes que quieres. -Dejé besos por su cuello-
-Si no te digo que no, pero tienes que prepararte, a las nueve tenemos una reserva... -Le miré-
-Oh, vamos Álvaro. -Llevé una de sus manos a mi culo- Lo deseas tanto como yo -Susurré-


Álvaro soltó un gruñido. Le empotré contra la puerta. Otro gruñido. Esto no me iba a salir bien. Agarré el cuello de su camiseta y le llevé hasta la cama, una vez allí, le tiré y me senté encima de él. Me quedé mirándolo y me mordí el labio.


-Debería estar prohibido que fueras tan condenadamente sexy ¿Sabias? -Dije mientras pasaba mis manos por debajo de su camiseta-
-Y debería estar prohibido que tu seas tan condenadamente sexy. Sabes que pierdo el control cuando tu lo tomas -Intentó levantarse pero no le deje-
-No, no bonito. Nada de eso.
-Oh, vamos... -Dijo mientras ponía sus manos en mis caderas-
-Para nada bonito -Le besé-


Dejé que se incorporase, le saqué la camiseta, recorrí su cuello, dejándole una gran marca, me mataría cuando se la viera. Moví mis caderas, hacia delante y atrás. Álvaro gruñó. Me encantaba cuando hacia eso. Volví a repetirlo. Álvaro se desesperaba, lo notaba en sus besos. Por última vez, volví a repetirlo. Tumbé a Álvaro, besé sus labios y me levanté.

-¿Donde te crees que vas? -Me miró-
-¿Yo? A la ducha -Le guiñé un ojo-
-No pensarás dejarme... así. -Se señaló-
-Uhh, dejame pensar... -Pasé mi mano por mi pelo- Si, te vas a quedar así. Lo siento. -Me encerré en el baño-
-¿Y que hago yo ahora? -Gritó-
-¡Lo que te de la gana! -Grité desde el baño-

No pude contenerme la risa, la cara de Álvaro fue digna de una foto. Me duché más rápido de lo que me esperaba. Me enrosqué la toalla y conecté el secador me peine con lentitud, y con la misma lentitud me sequé el pelo. Cuando ya estaba seco, salí hacia la habitación. Álvaro estaba estirado en la cama, cotilleando su Iphone. Me puse la ropa interior y bajé a la planta baja para buscar el vestido. Lo miré nuevamente. Era perfecto. Todo esto era perfecto.

-¡Míriam! -Gritó Álvaro-
-Que quieres
-Tu padre al teléfono.

Agarré la caja y subí las escaleras lo más rápido que pude, entré en la habitación y cogí mi móvil.


-¿Hola? -Me limité ha decir.-
-Hija -Dijo mi padre con un punto de ternura-
-Hola pa, ¿Que querías?
-¿A caso no puedo hablar con mi hija?
-Claro que si papá -Solté una risita- Pero es raro que me llames a estas horas...
-Acabo de venir de un viaje con Cloe. Sabes lo pesada que es... -Bufó-
-Me imagino. -Nos quedamos callados-
-Siento no haberte llamado esta mañana.
-Tranquilo, no pasa nada -Mordí mi labio para que no cayeran mis lágrimas. Jo, le echaba mucho de menos- Te echo mucho de menos Pa.
-Lo se mi amor, yo también. -Suspiró- Feliz cumpleaños vida -Dijo con un tono melancólico- Desearía tenerte aquí para poder estirar esas orejitas.
-¡No! -Grité- No, por favor... Eres un bruto. ¿Sabes lo que duele eso?
-Imagino, pero es tradición.
-Cuando me veas, no te acordarás.
-Que te lo crees tu, igual, nos vemos antes de lo esperado... -Hubo un silencio- Auch, Cloe! Vigila lo que haces, bruta. -Reí-
-Eres un caso papá. -Miré a Álvaro- Te quiero mucho. -Bajé mi vista al suelo-
-Y yo a ti mi niña. Estudia mucho y ya sabes.. utiliza protección.
-¡Papá! -Grité un poco escandalizada-
-¿Que? Ya sabes... por vuestro bien..
-Si papá, si... adiós.
-¿Como que adiós? ¿Y tus abuelos que? ¿Eh? -Dijo mi abuela- Hay que ver lo poco que nos quieres.
-No digas eso Abue... Si yo te quiero muuuucho.


Miré a Álvaro y me hizo unas señales para que me sentara con él. Abrió las piernas y me senté entre ellas, apoyé mi espalda en su pecho y Álvaro empezó a pasar sus dedos por mi brazo, haciéndome cosquillas. Puse el altavoz, de manera que estuvimos hablando un largo rato los dos con mis abuelos. Decidimos colgar, ya que como no nos empezáramos a preparar no llegaríamos a la sorpresa de Álvaro. No sabía que era y me mataba la curiosidad. Me vestí y me hice un moño, alto. Me maquillé, no mucho, pero me maquillé, me puse labial rojo y me eché colonia. Entré en la habitación y Álvaro estaba vestido con un traje negro. Demasiado sexy. Guardé mi cartera, el labial, el móvil y las llaves en el mini bolso. Me calcé los tacones y me puse la americana.


-Se que odias que te vende los ojos, pero necesito hacerlo -Le miré-
-Álvaro...
-Tranquila, que lo de esta tarde no pasará -Soltó una carcajada-
-Eres realmente malo, y con ese traje estás condenadamente sexy.
-Lo se. Y tu estás condenadamente fabulosa con ese vestido tan sexy que, si fuera por mi, no estaría en estos momentos puestos en tu cuerpo.
-¿Quieres quedarte con las ganas? ¿Otra vez? -Dije sonriendo-
-Malvada.

Bajamos y antes de subirnos al coche, me vendó los ojos. Me puse nerviosa. Estuvimos un buen rato en el coche, le preguntaba donde íbamos o si quedaba mucho para llegar, pero no decía nada. De un momento a otro, Álvaro paró el coche. “Ahora es cuando me deja aquí tirada en medio de la nada por ser una pesada y por dejarle con las ganas” pensé. Abrió la puerta y me ayudó a salir, todo estaba en silencio. Álvaro me cogió por la cintura, y empezamos a andar. Una puerta se abrió, todo seguía en silencio. Me soltó.

-¿Álvaro?
-Estoy aquí tranquila.
-Por favor, destapame los ojos, me va a dar algo como sigas así... -Suspiré-
-Tranquila, ahora te los destapo, un segundo..
-Oye, si me has traido a un lugar vete tu a saber donde, con los ojos tapados, espero que ni me violes ni me mates... -Escuché unas risas- Esto no tiene gracia -Me crucé de brazos-
-Oh, por favor, callate ya ¿si? Vas a joder la sorpresa.


Vale, ok. ¿Quieres que me calle? Ya me callo. Noté que me sacaba la venda. Todo estaba a oscuras. Las luces se abrieron de golpe, cegándome.


-¡Sorpresa! -Gritaron-


Abrí los ojos, y... Allí estaban todos, vestidos elegantes, rodeando el pastel, con una pancarta y globos al rededor del suelo. Casi, me echo a llorar, tuve que morder mi labio para evitarlo.
Papá, Cloe, los abus, Marta, Hugo, Carlos, Blas, David, María, Ariadna, Andrea, Eunice, Clara, Dani, Andrés y Ana estaban allí. Jo. Me iban a hacer llorar. Álvaro me abrazó.


-Se que llevas mal todo el día porque ninguno de los pelmazos te ha felicitado. -Me dio la vuelta- El melón tuvo la genial idea de hacerte sufrir, y hacer ver que no se acordaban de tu cumpleaños, así estarían más tranquilos para preparar todo esto.
-¿A quien llamas tu melón? ¿Eh? -Dijo Carlos- Anda, deja de acapararla. Ven aquí enana -Me tendió sus brazos-
-¿Enserio ha sido idea tuya? -Pregunté asombrada-
-Sip, aunque no te lo creas, a veces tengo buenas ideas. -Me sonrió y le abracé- Feliz cumpleaños enana -Me besó la frente-
-Gracias -Sonreí-


Pasaron uno por uno a felicitame, Marta se quedó la última.


-Me siento la peor mejor amiga del mundo, quise llamarte para felicitarte -Mordió su labio inferior- Pero me sacaron el móvil -Suspiró-

-Gracias -La miré- Gracias por estar conmigo todos estos años y por no fallarme. -La abracé- Eres la mejor amiga que me ha podido tocar en este mundo. -Intento de no llorar fallido- 

4 comentarios:

  1. OHHHHHHH que bonito!! si es que Carlos alguna vez tiene que tener una buena idea!!
    Me encanta el capítulo y como no quiero mas!!!! Tengo ganas de saber que pasará a continuacion.
    Espero que actualices pronto la otra novela que me he quedado con las ganas de mas jaja
    Sigue asi y no cambies eres una escritora absolutamente fabulasa
    Besos, María

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    1. Ya no se que decirte para agradecerte! JAJAJA
      Gracias por todo de verdad, siempre estás en el pie del cañón y, supongo que, la semana que viene subiré capitulo de la nueva novela :$
      Besitos!

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  2. Miriii! Me ha encantado el capítulo, en serio, está genial! Fue buena la idea de dejarle a Álv con las ganas jajaja.
    Me tienes que pasar el link de la otra novela (que yo soy muy vaga para buscarlo) aunque ya sé más o menos como empieza. Me siento privilegiada! Gracias!
    Un beso guapa!!
    PD; Espero capítulo pronto y, si necesitas ayuda, ya sabes. ;)

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    1. Puedes sentirte privilegiada María! jijijiji
      Aquí te dejo el nuevo link http://areyouwannamakemyday.blogspot.com.es/
      Besitos!

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